Adicciones | 31 OCT 01

Uso intravenoso de la cocaína en la Argentina

Sobre entrevistas realizadas en usuarios de cocaína por vía intravenosa se estudian los niveles de iniciación en diferentes grupos de sustancias.
Autor/a: Hugo A. Míguez 
INDICE:  1. Introducción | 2. Introducción | 3. Introducción | 4. Introducción
Introducción

La utilización de la cocaína por vía intravenosa introdujo  en la vida del usuario un patrón de comportamiento circular y de deterioro creciente que puede definirse en cuatro momentos: "Preparación", "Locura", "Bajón" y "Fisura". (gráfico 2)

La "Preparación"  incluye por un lado todas las estrategias posibles para conseguir el dinero que permita comprar la cocaína y, por otro lado, la selección de lugares y personas para inyectarse. En cuanto al primer punto este define el grado de organización de los grupos y, en ausencia de dinero, el "capital de recursos" indispensable para conseguirlo. La detección de casas para el "escruche" (robo) y los contactos para "reducirlo" ( reventa de objetos robados), el pago de "rescate" (comisión por comprar droga para otro), la prostitución masculina y femenina, integran los recursos con los que el grupo accederá al dinero. El robo de droga no tiene ninguna mención y parece ser casi la única norma que no puede ser transgredida.

El segundo punto tiene que ver con la escogencia de los lugares y de los participantes. Circunstancia que tiene una importancia particular porque los usuarios entienden que puede influenciar la situación de "endrogamiento" dificultando o quizá imposibilitando llegar al "flash". Esto determina la distancia que no sólo se establece con los amigos que no se drogan sino, incluso, con los que aspiran cocaína y que son percibidos casi en el mismo lugar. Esto explica en parte que mucho del mensaje preventivo acerca de no compartir el equipo de inyectarse sea resistido como un mal presagio o una "pálida" amenazante.

"...si te hacés la cabeza que te va a pegar mal,  te pega mal...ya vas como mal predispuesto... porque después de cinco o seis cuesta hacérselo y no se lo puede hacer...".

El momento siguiente al de "Preparación" es la sesión de inyectarse que es llamada  "Locura". Esta se inicia con lo que los usuarios mencionan como "el registro" y que designa la práctica de introducir y sacar el líquido con la jeringa hasta asegurar ( por la presencia de sangre) que la aguja esta en la vena. Al margen de este objetivo la práctica es fuertemente valorada  por su efecto de excitación, tanto por el que "registra" como para el que observa.

"(el registro)  es cuando entra la sangre, vos tiras para atrás y registras, sentís una sensación divina y ya cuando lo mandas para adentro sabés que te va a pegar. Son diez orgasmos juntos , al mismo tiempo , el mismo placer. Es imposible imaginarlo, la única forma es picándose. El sólo hecho de "registrarte" para ver si estás en vena te pone loco, y ese bombeo que se manda un poquito y después se saca , saque y ponga, entra y sale, lo sentís como una sopapa en todo el cuerpo..."

El ser inyectado aparece como resultado de la dificultad en hacerlo uno mismo conforme avanza la obnubilación de la conciencia. En algunos casos aparecen miembros más diestros que el grupo llama "enfermeros"  y en los que se reconoce la destreza de poder "picar con mambo", es decir, poder inyectar hallándose bajo los efectos de la droga. En todos los casos está la urgencia, dada por el deseo irreprimible. Esto determinan que al primer contratiempo con la aguja o la jeringa se pase a compartir las que estén en uso frente a la desesperación de verse demorado. La  "locura" de cocaína transcurre como una sucesión alterada de "registros y flashes" donde la ansiedad de sentirse descubierto o perseguido acompaña todo el proceso de inyectarse repetidamente.

"Después del flash empezabas a fantasmear y empezás a escuchar ruidos que no hay, pasos,  gente que camina, uno siente que lo revientan y se queda ahí en la Villa, con un arma en la mano,  esperando que pase algo".

El descontrol se  despierta a veces con la obstrucción de la aguja, problema común dado las impurezas de la sustancia y la pequeñez de la aguja que habitualmente se usa (para insulina). La desesperación entonces hace que el intercambio de jeringas y agujas se imponga sobre cualquier advertencia preventiva. Sin omitir que a veces hay más disponibilidad de drogas que de jeringas y agujas.

"A lo mejor antes de empezarse a inyectar van y compran una aguja para cada uno pero una vez que se te tapó la aguja ¿Qué hacés ? ¿No te picás más ? Conozco personas que tenían HIV y que se estaban inyectando con otra y la jeringa se tapó y le pedían la aguja y él  decía ¡ Yo tengo HIV loco !  y el otro responder ¡No importa!"
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La "locura" es atravesada todo el tiempo por la idea de muerte, por sensaciones de agonía experimentadas como lucha y como placer, como ansia y  congoja, como deseo vehemente y angustia al mismo tiempo. Este colocarse en situación de morir para desde ahí sentir el placer emerge todo el tiempo a través de una  vigilancia, obsesiva y estéril, de los límites de lo que cada uno puede inyectarse  "sin d

 

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