Hallazgos contradictorios | 24 ABR 21

¿COVID-19 induce diabetes?

La infección por COVID-19, al igual que otras infecciones, puede causar hiperglucemia en personas sin diabetes conocida,

En este comentario, los autores discuten si COVID-19 puede conducir a una diabetes de nueva aparición. Señalan que la infección por COVID-19, al igual que otras infecciones, puede causar hiperglucemia en personas sin diabetes conocida, y destacan los posibles mecanismos a través de los cuales esto podría ocurrir. Los informes sobre la aparición de diabetes tipo 1 debido a COVID-19 han sido contradictorios y los autores concluyen que es poco probable que exista una asociación causal. Los datos sobre la expresión de la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2) en las células pancreáticas también han sido contradictorios. Además, no está claro si las células beta expresan o pueden inducirse a expresar el receptor necesario para la lesión viral directa y la destrucción de las células beta. Más allá de la expresión de ACE2 y los efectos directos de las células beta, los autores discuten otros mecanismos que podrían resultar en una nueva aparición de diabetes en el contexto de COVID-19.

Los datos disponibles sobre los efectos de COVID-19 en el desarrollo de diabetes de nueva aparición son contradictorios y se necesitan más estudios.

En las primeras semanas de la pandemia de COVID-19 surgieron informes que señalaron el impacto deletéreo de la diabetes en las personas infectadas con SARS-CoV-2. Con el tiempo, se ha informado que la obesidad, la hiperglucemia, la diabetes tipo 2 y la diabetes tipo 1 se asocian con un aumento de la morbilidad y la mortalidad por COVID-19, así como con una mayor necesidad terapéutica durante el ingreso hospitalario.

Más controvertida, sin embargo, ha sido la cuestión de si el SARS-CoV-2 específicamente, en sí mismo, es capaz de inducir diabetes; y, de ser así, en cuál de sus formas. Más allá de esta pregunta, abundan las hipótesis sobre si tal actividad provocadora de enfermedad (si existe) se debe a la aceleración de una característica subyacente y potencialmente patogénica asociada con la patogénesis de la diabetes tradicional (es decir, diabetes tipo 1 o tipo 2), o la incitación de una nueva variante de diabetes que implica la destrucción aguda de células β o el deterioro de la secreción de insulina.

Lo que sí parece claro es que la infección por SARS-CoV-2, como muchas otras infecciones, tiene la capacidad de inducir hiperglucemia en personas sin un diagnóstico previo de diabetes, ya sea a través de una secreción disminuida de insulina, una mayor liberación de hormonas contrarreguladoras, un exceso de producción hepática de glucosa, alteración de la eliminación de glucosa o una combinación de estos factores.

Se ha observado que el inicio de la diabetes, en informes de casos, ocurre simultáneamente con la infección aguda por SARS-CoV-2 o en las semanas o meses posteriores a la recuperación de la infección. Sin embargo, los hallazgos de los estudios epidemiológicos han sido contradictorios: por ejemplo, el trabajo del Reino Unido mostró un aumento en la incidencia de diabetes tipo 1 durante la pandemia de COVID-19, mientras que un estudio más amplio de Alemania no mostró tal cambio, aunque ninguno de los estudios confirmó el diagnóstico de COVID-19 ni consideró la carga viral como un factor contribuyente potencial.

Los resúmenes recientes de la literatura científica disponible sugieren que es poco probable que exista una asociación causal entre el COVID-19 y la aparición de la diabetes tipo 1, pero es necesario realizar más investigaciones. De hecho, en conjunto, la información disponible proporciona un fundamento sólido para el Registro CoviDiab recientemente formado, que busca abordar de manera proactiva tales preguntas.

 

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