Aumentaron al mudarse a la ciudad | 24 OCT 20

Las enfermedades cardiovasculares de una tribu nómada de África

Los habitantes del pueblo turkano, en el noreste de Kenia, registraron más riesgo de sufrir hipertensión, diabetes y obesidad desde que dejaron el campo y adoptaron dietas occidentales, ricas en carbohidratos
Autor/a: Juan Miguel Hernández Bonilla El País, Materia

Los problemas cardiovasculares del pueblo turkano, ganaderos nómadas nativos del noroeste de Kenia, han aumentado significativamente desde que algunos de sus miembros abandonaron los campos y se mudaron a las ciudades. Los hallazgos de un nuevo estudio publicado este miércoles en la revista Science Advances sugieren que el riesgo de padecer enfermedades como hipertensión, diabetes y obesidad es mayor cuando los antiguos pastores llegan a los centros urbanos y adoptan dietas occidentales, ricas en carbohidratos.

El trabajo liderado por Amanda Lea, Dino Martins y Julien Ayroles, investigadores de la Universidad de Princeton, concluye que “pasar más tiempo en áreas urbanas conduce a impactos más severos en la salud de estos individuos”. Ayroles cuenta que el proyecto comenzó cuando él estaba visitando a su amigo, Dino Martins, que en ese momento era el director del Instituto de la Cuenca del lago Turkana. “Estábamos haciendo una larga caminata en el desierto cuando de la nada aparecieron tres mujeres con baldes de agua en la cabeza”, dice Ayroles. “Es una escena común en esa parte del mundo, pero dado lo aislados que estábamos de la civilización parecía extrema”.

Martins le explicó a Ayroles que estas mujeres eran de la comunidad turkana y que a menudo tenían que caminar de cinco a diez kilómetros para conseguir agua. “Lo que llevaban en los baldes les debía durar al menos una semana”, cuenta Ayroles, y reconoce que solo en esa caminata matutina él y su amigo ya habían bebido más de cuatro litros de agua. "La temperatura era de 40 grados bajo un sol abrasador. La idea de que los humanos pudieran sobrevivir con tan poca agua en un desierto tan caluroso sonaba increíble”, recuerda el científico. Y concluye: “Decidimos investigar. Nuestro objetivo inicial era estudiar la adaptación a la vida en el desierto en esta población, pero cuanto más aprendíamos sobre la historia reciente de los turkana, más nos interesaba la migración y el efecto del estilo de vida en su salud”.

Mujeres turkanas cargando agua en el desierto de Kenia. / Kennedy Saitoti Omufwoko
Mujeres turkanas cargando agua en el desierto de Kenia. / Kennedy Saitoti Omufwoko(C) Joan de la Malla

Ayroles cuenta que el norte de Kenia permaneció aislado del resto del mundo hasta 1970, cuando los bloqueos militares impidieron la libre circulación de personas por esa región. “Tomó años construir carreteras en esa área; solo llegaron cuando encontraron petróleo”, explica el científico. Sin embargo, según Ayroles, lo que generó el cambio masivo de estilo de vida fue la hambruna de África Oriental de principios de los años 80. “La mayoría de los rebaños de animales de los que dependía el pueblo turkano murieron y las comunidades tuvieron que recurrir a ayuda alimentaria. Años después, decenas de miles de turkanos tuvieron que abandonar su estilo de vida seminómada, migraron a las ciudades, se volvieron sedentarios y ahí comenzó el problema”.

Según los investigadores, los habitantes que desde ese momento viven en las ciudades tienen índices más altos de presión arterial, colesterol y glucosa en la sangre frente a los que se quedaron en el campo. “Proporcionamos evidencia directa de que las transiciones de estilos de vida tradicionales a urbanos impactan negativamente la salud cardio-metabólica en un solo grupo genético, el de los que migraron a la ciudad”.

Consuelo Prado, profesora de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Madrid, afirma que estos problemas cardiovasculares no son culpa de la migración en sí misma, sino del estilo de vida y del acceso a determinada alimentación. “Lo clave es que la comida ya no se trabaja, como antes cuando eran nómadas, sino que se compra en tiendas o supermercados. Una de las razones de las enfermedades es que tienen que pagar por el alimento y comprar el más barato, y lo más barato es la comida chatarra, la comida basura llena de grasas y carbohidratos; la comida sana y equilibrada es más cara y muchas veces las comunidades pobres de Kenia no la pueden comprar", insiste Prado.

 

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