Las personas que han sido tratadas en cuidados intensivos suelen sufrir un deterioro cognitivo residual, pero se desconoce el motivo. Los investigadores del Instituto Karolinska en Suecia ahora vinculan el deterioro cognitivo con la inflamación duradera y un posible objetivo de tratamiento. Los resultados se presentan en la revista científica Intensive Care Medicine.
Cada año, unas 40.000 personas reciben tratamiento en cuidados intensivos en Suecia. Sobreviven más de las tres cuartas partes de estos pacientes críticos, pero muchos sufren un deterioro cognitivo posterior como parte de lo que se conoce como el "síndrome post cuidados intensivos" (PICS). Las deficiencias en la memoria, la atención, la velocidad de procesamiento y la resolución de problemas pueden permanecer durante años y evitar el retorno oportuno a la vida normal y al trabajo para los afectados.
"No hay tratamientos específicos ya que se desconocen las causas de la afección", dice Peder Olofsson, investigador del Departamento de Medicina del Instituto Karolinska en Solna.
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