Introducción y objetivos |
Las epilepsias conforman un grupo heterogéneo de cuadros caracterizados por la aparición de crisis no provocadas, originadas en una descarga eléctrica anormal cerebral. Este cuadro es frecuente y se observan 33 a 57 casos cada 100 000 individuos. Según lo informado, el tratamiento farmacológico eficaz se asocia con la ausencia completa de crisis en hasta el 70% de los individuos.
Además, aproximadamente el 70% de los pacientes lograrían la ausencia de crisis ante el uso de una sola droga antiepiléptica (DAE). En el 30% restante, se observan crisis resistentes que, en general, requieren el uso combinado de DAE u otras estrategias.
El origen de la epilepsia es diverso ya que se asocia con factores genéticos y diferentes lesiones cerebrales, entre otras causas. Los pacientes con epilepsia presentan diferentes manifestaciones clínicas. Esto incluye distintos tipos de crisis, que en la actualidad son clasificadas de acuerdo con los criterios de la International League Against Epilespy (ILAE).
A grandes rasgos, la epilepsia puede tener un inicio parcial o focal y un inicio generalizado. Las crisis parciales se originan en una región cerebral definida y pueden ser simples, complejas o con generalización secundaria. En cambio, las crisis generalizadas se originan en ambos hemisferios cerebrales y pueden ser tónico-clónicas, de ausencia y mioclónicas.
El presente estudio se llevó a cabo con el fin de evaluar la monoterapia de los pacientes epilépticos con crisis de inicio focal o generalizado.
Métodos |
Los autores realizaron un metanálisis en red en el cual incluyeron las DAE autorizadas y utilizadas en la práctica clínica para la monoterapia de los pacientes con epilepsia.
Los fármacos considerados fueron:
El objetivo fue comparar el tiempo transcurrido hasta la discontinuación, la remisión o la aparición de la primera crisis epiléptica ante el uso de las drogas mencionadas para la monoterapia.
La información evaluada fue obtenida a partir de estudios aleatorizados y controlados, de grupos paralelos, en los cuales todos los participantes recibieron monoterapia con una DAE. Los estudios se seleccionaron mediante una búsqueda en las bases de datos Cochrane Epilepsy Specialised Register, Cochrane Central Register of Controlled Trials (CENTRAL) y Medline, entre otras.
Los participantes fueron niños o adultos con crisis de inicio parcial o generalizado. Los estudios debían incluir al menos una comparación entre al menos 2 de los 10 fármacos incluidos en el análisis.
La evaluación del tiempo transcurrido hasta la interrupción del tratamiento permitió evaluar la eficacia y la tolerabilidad. En segundo lugar, se evaluó el tiempo transcurrido hasta la remisión y hasta la aparición de la primera crisis, así como la tolerabilidad del tratamiento.
Resultados |
La selección realizada resultó en la inclusión de 12 391 participantes evaluados en 36 estudios. Un total de 4058 pacientes interrumpieron los estudios antes de su finalización.
La mayoría de las suspensiones tuvieron lugar en individuos que recibieron gabapentin y fenobarbital, en tanto que la menor cantidad de discontinuaciones se observaron en pacientes tratados con levetiracetam y valproato de sodio.
El motivo más frecuente de interrupción del tratamiento fue la aparición de eventos adversos, especialmente entre los pacientes que recibieron carbamazepina y topiramato. En el 27% de los casos, el abandono del tratamiento se vinculó con la falta de control de las crisis, que alcanzó el 62% entre los participantes que recibieron gabapentin.
En el metanálisis en red, cada droga administrada a los pacientes con crisis parciales se comparó frente a la carbamazepina. La lamotrigina y el levetiracetam fueron significativamente superiores, en comparación con la carbamazepina, en tanto que esta última resultó significativamente superior, en comparación con el gabapentin y el fenobarbital. La lamotrigina resultó significativamente superior al resto de los tratamientos, con excepción del levetiracetam.
Para los pacientes con crisis generalizadas, el fármaco tomado como referencia fue el valproato de sodio. De acuerdo con los resultados obtenidos, el valproato de sodio fue significativamente superior en comparación con la carbamazepina, el topiramato y el fenobarbital.
En cambio, en pacientes con crisis parciales, el levetiracetam sería superior frente la mayoría de las demás drogas. El fenobarbital resultó menos favorable que la mayoría de los demás fármacos en ambos tipos de pacientes.
Con respecto al tiempo transcurrido hasta la remisión, en individuos con crisis parciales la carbamazepina fue significativamente superior en comparación con el levetiracetam. No se observaron diferencias significativas entre la lamotrigina y los demás tratamientos.
Comentarios
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