Tratamiento sintomático | 07 ABR 19

Pregabalina para el síndrome de boca ardiente

Este estudio buscó evaluar la eficacia de la pregabalina para el abordaje del síndrome de boca ardiente.
Autor/a: Amasyali S, Gurses A, Akyol A y colaboradores Clin Psychopharmacol Neurosci. 2019 Feb 28;17(1):139-142

Introducción

El síndrome de boca ardiente es un tipo de neuropatía dolorosa que afecta a los nervios craneales. Ha sido definida y clasificada como la sensación de quemazón o disestesia intraoral que se presenta diariamente durante más de 2 horas al día, a lo largo de más de 3 meses, sin lesiones causales evidentes.

Existen varias definiciones por distintas organizaciones, y una de ellas clasifica al síndrome de boca ardiente en tipo primario o idiopático, en el que no existe causa preexistente, y el tipo secundario, en el que existiría un factor precipitante.

La forma idiopática crónica afecta entre un 0.7% y 15% de la población, y es más frecuente en mujeres que en varones a partir de la quinta a séptima décadas de vida.

El presente estudio evalúa nueve casos con diagnóstico de síndrome de boca ardiente, tratados exitosamente con pregabalina.


Casos clínicos

Los pacientes incluidos en el estudio fueron derivados del consultorio de atención ambulatoria del Departamento de Neurología de la Universidad Adnan Menderes, y referían disestesia o sensación quemante en la boca.

Se evaluaron la intensidad, el inicio, la duración y los factores aliviadores o agravantes de los síntomas, además de la historia clínica. Posteriormente se realizó un examen intraoral, además de un análisis de laboratorio, estudios por imágenes y un electroencefalograma.

Del total de nueve pacientes, siete eran de sexo femenino. Entre las comorbilidades registradas hubo antecedentes de hipertensión arterial, nódulos tiroideos, diabetes mellitus, hipertrigliceridemia, gastritis y migraña, entre otras.

La duración de los síntomas en esta muestra fue desde 6 meses en adelante. En dos pacientes, el síndrome se presentó luego de extracciones dentarias. Entre los estudios de laboratorio se evaluaron la uremia, la creatinina, los electrolitos, las enzimas hepáticas, el colesterol, los triglicéridos, el recuento total de glóbulos rojos, el hierro, la ferritina, la vitamina B12 y la eritrosedimentación, entre otros, y todos los participantes presentaron valores normales, incluso los pacientes con nódulos tiroideos.

Además, dos individuos con diabetes tuvieron valores de hemoglobina glucosilada por fuera del rango normal. No hubo registro patológico en el electroencefalograma, ni particularidades en la resonancia magnética craneal. Se diagnosticó síndrome de boca ardiente secundaria, salvo en dos pacientes.


Discusión

El síndrome de boca ardiente es un trastorno que se caracteriza por sensación intraoral de quemazón u hormigueo, que se manifiesta en distintos lugares de la cavidad oral. Entre las zonas más afectadas se encuentran la porción anterior y los bordes dorsales y laterales de la lengua, la región anterior del paladar duro y la mucosa labial. 

Su patogénesis no ha sido aclarada actualmente, y por este motivo se considera que es un trastorno de etiología multifactorial y características enigmáticas. Existen hipótesis que han detallado distintos hallazgos, desde los mecanismos neuropáticos y las alteraciones hormonales, hasta mecanismos psicológicos.

Estos hallazgos comprenden la menor densidad de terminaciones nerviosas a nivel epitelial y subpapilar que reflejarían neuropatía y axonopatía de las fibras trigeminales, los cambios en la composición salival, las alteraciones en el flujo sanguíneo a nivel de la mucosa y en la morfología celular, la disminución significativa de neuroesteroides luego de la caída de los esteroides sistémicos, el daño a nervios sensitivos responsables de la gustación (nervios glosofaríngeo y vago, entre otros) y, probablemente, la incapacidad en cuanto a la actividad inhibitoria del sistema trigeminal, las respuestas patológicas del reflejo de parpadeo que indicarían neuropatía trigeminal subclínica, y los trastornos autonómicos similares a los hallados en la enfermedad de Parkinson, entre otras alteraciones.

Parecería entonces que este síndrome estaría relacionado con una perturbación en el sistema nervioso central o periférico. Las alteraciones hormonales o los trastornos psicológicos podrían contribuir a estos cambios.
Existen estudios que buscaron establecer los procesos patológicos subyacentes.

El diagnóstico del síndrome de boca ardiente se basa en la exclusión de todos los factores locales y sistémicos, y es exclusivamente clínico, por lo que deben excluirse todas las posibles causas secundarias. De presentarse una causa subyacente, esta debe ser tratada.

Algunos de los factores locales y sistémicos que pueden causar ardor bucal son: infecciones orales (virales, bacterianas o micóticas), irritación mecánica o química, lesiones térmicas, hiposalivación, hábitos parafuncionales, lesiones de la mucosa oral, estomatitis por alergia de contacto, deficiencias nutricionales que involucren al hierro, el zinc, el folato y las vitaminas B1, B2, B6 y B12, trastornos autoinmunes, gastrointestinales y deficiencias hormonales, así como trastornos inducidos por fármacos que puedan generar hiposalivación o xerostomía.

Por tal motivo, se debe efectuar una evaluación detallada ante la sospecha de síndrome de boca ardiente. Se organizaron las causas subyacentes que fueron identificadas durante la investigación, entre ellas, por ejemplo, la deficiencia de hierro y vitamina B12, presente en dos pacientes. 

 

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