Universidad Estatal de Georgia
Resumen El recuerdo de una comida recientemente consumida puede servir como un poderoso mecanismo para controlar el comportamiento alimentario futuro, ya que proporciona un registro de ingesta que probablemente supera la mayoría de las señales fisiológicas generadas por la comida. En apoyo, el deterioro de la codificación de una comida en humanos aumenta la cantidad ingerida en el siguiente episodio de alimentación. |
El estudio sugiere que las neuronas en el hipocampo, una región del cerebro que es vital para los recuerdos personales, inhiben el comportamiento alimentario futuro al consolidar la memoria de la comida anterior. Los hallazgos se publican en la revista eNeuro.
Dos tercios de los estadounidenses tienen sobrepeso o son obesos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, y comer en exceso es una causa importante de esta epidemia.
"Los recuerdos de comidas recientemente consumidas pueden servir como un poderoso mecanismo para controlar el comportamiento de la comida porque le brindan un registro de su ingesta reciente que probablemente supere la mayoría de las señales hormonales y cerebrales generadas por su comida", dijo la Dra. Marise Parent, asociada director del Instituto de Neurociencias y profesor de neurociencia y psicología en el estado de Georgia. "Pero sorprendentemente, las regiones del cerebro que permiten que la memoria controle el comportamiento alimentario futuro son en gran parte desconocidas". |
Las células del hipocampo reciben señales sobre el estado del hambre y están conectadas a otras áreas del cerebro que son importantes para comenzar y dejar de comer.
Los investigadores se propusieron determinar si la alteración de la función del hipocampo después de ingerir una comida, cuando se está estabilizando la memoria de la comida, podría promover la alimentación más adelante cuando estas células funcionen normalmente.
Probaron esta predicción utilizando un método avanzado llamado optogenética que usa luz para controlar células individuales. El uso de esta técnica para inhibir las células del hipocampo después de que las ratas comieron una comida provocó que los animales comieran su próxima comida antes y les hizo comer casi el doble de comida durante la siguiente comida, a pesar de que las células ya no estaban inhibidas, mientras que los animales comieron la siguiente comida. Este efecto se observó independientemente de si a las ratas se les ofreció comida para roedores, una solución de azúcar o agua endulzada con sacarina.
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