Aspectos destacados
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La investigación de New Michigan State University sugiere que los bebés que son menos activos duermen menos, algo que los nuevos padres deberían considerar al buscar posibles soluciones para las largas noches de insomnio.
La siesta no ayuda tampoco. De hecho, los bebés que dormían menos por la noche, pero dormían más durante el día, aún no podían dormir tanto como los que dormían más por la noche. Además, los niños cansados ??pesaron significativamente más en función de su longitud, lo que indica un riesgo potencial de obesidad de inicio temprano.
La investigación, publicada en la revista Infant Behavior and Development, es una de las primeras en centrarse en la conexión entre los comportamientos de salud comunes en los bebés.
"Sabemos que la actividad física y el sueño se influyen mutuamente y están fuertemente asociados con el crecimiento en niños mayores y adultos", dijo Janet Hauck, profesora asistente de kinesiología, que se especializa en la investigación de intervención de motricidad infantil. "Nuestros hallazgos sugieren que esta asociación podría surgir desde la infancia, un período crítico de desarrollo".
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