Su influencia en la seguridad del paciente | 12 JUL 19

Papel crítico de la relación cirujano- anestesiólogo

Los aspectos funcionales y disfuncionales de la relación cirujano-anestesiólogo, algunos estereotipos negativos que cada profesión tiene de la otra. Se necesita más investigación para caracterizar mejor y comprender cómo mejorar las relaciones laborales
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Introducción

El trabajo en equipo entre los miembros del equipo de la sala de operaciones es uno de los elementos más críticos en la seguridad perioperatoria del paciente. Sin embargo, es posible que la mayor parte de la variación del efecto del rendimiento del equipo sobre el resultado y la seguridad, esté asociada con una díada en el equipo: la relación entre el cirujano y el anestesiólogo.

La hipótesis del autor de este trabajo deriva de su observación personal, informada por el trabajo de Diana McLain-Smith, quien ha identificado que la relación entre díadas en los equipos es esencial para su éxito o fracaso [1].

Si es cierto que las díadas de liderazgo son “un” o “el” elemento clave de seguridad, calidad, y/o funcionamiento efectivo de los equipos en la sala de operaciones, entonces la díada del cirujano y el anestesiólogo es la díada que debemos tratar de comprender y optimizar.

El autor de este trabajo ha encontrado poca investigación sobre esa relación en la bibliografía. ¿Cómo se ven los anestesiólogo y los cirujanos unos a otros? ¿Qué esperan el uno del otro? ¿Difieren sus valores y, de ser así, de qué manera y cómo puede ello afectar su habilidad para tomar las mejores decisiones para un paciente?

¿Cómo impacta su efectividad como una díada dentro de un equipo más grande sobre la función de ese equipo? Cuando las cosas se ponen difíciles ¿de qué manera esa relación contribuirá al éxito o al fracaso? Y, si esa relación es crítica para la seguridad (paciente y prestadores) y es disfuncional en ocasiones o frecuentemente ¿qué se puede hacer para mejorar su desempeño?

El autor cree que una mayor compresión de la dinámica de la relación cirujano-anestesiólogo llevará a intervenciones que la mejoraran y tendrán el efecto de aumentar la seguridad del paciente y la calidad de la atención perioperatoria.

A tal fin, se dirige a las preguntas previamente señaladas y sugiere acciones de trabajo para hacer que la relación sea óptimamente efectiva siempre que esta díada esté en funciones. La relación de la tríada cirujano-enfermera-anestesiólogo y otras, son también críticas para asegurar la seguridad, efectividad y calidad.

Sin embargo, la dinámica entre los dos médicos que a veces comparten, ceden o compiten por el liderazgo, tiene el poder de permitir o impedir el éxito, que puede trascender al de las otras díadas o a las interacciones múltiples y simultáneas.

¿Qué sabemos sobre la relación cirujano-anestesiólogo?

En este contexto, la "relación" se trata de lo bien que se llevan las dos personas, cuánto respetan y confían el uno en el otro y en la opinión de los demás, cuánto confían el uno en el otro para obtener consejos, y qué tan probable es que se mantengan informados unos a otros sobre las acciones que afectan a su compañero diádico.

Existe bibliografía que habla sobre algunos aspectos empíricos de la relación cirujano-anestesiólogo [2-6]. La comunicación y el conflicto han sido examinados y se han dado sugerencias para abordar ambos.

El conflicto entre individuos en la sala de operaciones – principalmente entre el anestesiólogo y el cirujano – es un problema significativo y ha sido experimentado o atestiguado por casi todos los que trabajan en una sala de operaciones. Mientras es esperable y sano, si se está bien manejado, el conflicto relacionado con decisiones profesionales, el conflicto personal no es saludable y nunca va en el mejor interés del paciente.

Debido a los caprichos del trabajo y de los seres humanos, los conflictos pueden surgir aun cuando generalmente existe una relación saludable entre las partes. A menudo puede ser una manifestación visible y potencialmente destructiva de una relación subóptima o tóxica.

Si el conflicto es problemático va a depender de cómo surge y luego de cómo lo manejan los individuos. Con demasiada frecuencia, eso no se hace bien.

La duración de la relación cirujano-anestesiólogo es variable, a veces los individuos se acaban de conocer, otras veces han trabajado juntos durante mucho tiempo. La familiaridad a veces proporciona confianza compartida que ayuda a desactivar el conflicto; otras veces forma una relación disfuncional atrincherada y desconfianza.

Algunos aspectos de la comunicación, percepción de roles, modelos mentales diferentes, el tono establecido para hablar y cuestiones relacionadas, han sido abordados en numerosos estudios, más notablemente por Lingard y col. [2,3], y también por otros [6-9]. En ninguno de esos artículos hay énfasis sobre la compresión de las raíces de la funcionalidad y disfuncionalidad de la díada cirujano-anestesiólogo, o de cómo mejorarla.

Desafortunadamente, se ha escrito poco sobre las relaciones efectivas en la atención de la salud, especialmente ejemplos de buenas relaciones de trabajo, que es más probable que sean más comunes en algunos entornos que en otros. Hay motivos para creer que estos contribuyen en gran medida a la calidad, la seguridad y la eficiencia.

Observaciones personales

El autor fue atraído a este tema mediante observaciones personales y conversaciones con anestesiólogos y cirujanos durante todos sus años trabajando en seguridad y calidad del paciente.

Dado que no es médico, y no ha experimentado directamente los comportamientos de una "tribu" como miembro de la otra, quizás sus perspectivas son de alguna manera defectuosas. (El término “tribu” puede ser usado para describir las diferentes profesiones en la sala de operaciones, por ej., cirujano, enfermera, anestesiólogo, técnico  quirúrgico.)

Para conocer cómo los instintos y comportamientos tribales pueden ser destructivos entre las tribus y para la sociedad, ver Junger [10]). Sin embargo, al ser un observador de ambos sin ese sesgo inherente, quizás tiene una perspectiva que generalmente no tienen los miembros de cada tribu. Es cierto que la mayoría de sus experiencias han sido con anestesiólogos, pero ha tenido suficientes conversaciones similares con cirujanos para notar patrones, preocupaciones e hipótesis.

  1. Observación N° 1: Cuando la díada es altamente funcional, sirve en gran medida al interés del paciente; cada uno puede ayudar y “rescatar” al otro, y una buena relación de trabajo crea un ambiente laboral mucho más placentero (para todos).
     
  2. Observación N° 2: Cuando la díada es disfuncional a veces pude – y lo hace – causar daño y crea a menudo un entorno de trabajo desagradable y, en ocasiones, tóxico.
     
  3. Observación N° 3: Cada lado de la díada tiene algunas percepciones del otro que son despectivas. Si tuviera que preguntarse a cada uno qué opinan sobre la otra especialidad en general, la primera respuesta incluiría algunas afirmaciones que son complementarias. (Corolario: cuando actúan juntos, ambos pueden compartir estereotipos comunes de otras tribus médicas).
     
  4. Observación N° 4: Cada lado de la díada a veces atribuye motivaciones a la otra que no están únicamente en el mejor interés de los pacientes.

Si bien no conoce datos empíricos que respalden las siguientes caracterizaciones, el autor ofrece algunos ejemplos de actitudes que ha recogido, sobre cómo cada lado de la díada percibe a veces que las acciones del otro pueden no ser en el mejor interés del paciente.

> Percepciones negativas de los cirujanos por parte de los anestesiólogos

Algunas percepciones negativas sobre los cirujanos por parte de los anestesiólogos incluyen:

  • Falta de conocimiento sobre cuestiones "médicas" o "relacionadas con la anestesia" (en lugar de quirúrgicas)
  • Falla en percibir o reconocer la extensión de la pérdida de sangre
  • subestimación constante del tiempo quirúrgico
  • Falta de comunicación con los pacientes y las familias sobre la probabilidad de éxito y la magnitud de la dificultad para la recuperación después de la cirugía
  • Falla en considerar adecuadamente las condiciones de salud del paciente y sus deseos
  • Desalentar al hablar con otros las preocupaciones sobre seguridad.

> Percepciones negativas de los anestesiólogos por parte de los cirujanos

Algunas percepciones negativas sobre los anestesiólogos por parte de los cirujanos incluyen: más preocupación por terminar su día a tiempo que por atender las necesidades de los pacientes; ansia irrazonable por cancelar un procedimiento basado en preocupaciones injustificadas; no apreciación de la necesidad de mantener un horario; tiempos de rotación excesivamente largos; distracción y falta de atención durante la cirugía; falla en comunicar cambios importantes en los signos vitales a todo el equipo; falla en mantener informado al equipo de la necesidad de soporte con vasopresores; falta de comprensión de la relación paciente-cirujano; y falta de voluntad para cambiar el enfoque anestésico ante la necesidad del cirujano de optimizar las consideraciones técnicas quirúrgicas.

> Valores diferentes

 

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