Un estudio prospectivo | 09 OCT 18

¿Son los cirujanos reacios a informar con precisión los eventos adversos intraoperatorios?

En este estudio, los autores buscaron examinar retrospectivamente la incidencia verdadera de los eventos adversos intraoperatorios, si los cirujanos están dispuestos a auto-reportarlos, y la precisión comparativa de dos métodos de detección de los mismos
Autor/a: Peponis T, Baekgaard JS, Bohnen JD, Han K, Lee J y colaboradores Surgery 2018; 164(3): 525-529
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Introducción

Durante los últimos años, varios estudios han intentado resaltar el impacto de los eventos adversos intraoperatorios (EAI) sobre los resultados postoperatorios y la calidad de la atención quirúrgica [1-10].

Por ejemplo, la ocurrencia de un EAI se ha asociado independientemente con un aumento significativo de la mortalidad postoperatoria, morbilidad, duración de la estadía, readmisiones, así como de los gastos hospitalarios [3-6].

Sin embargo, la verdadera incidencia de los EAI sigue siendo difícil de evaluar, muy probablemente a causa de la falta de un método estandarizado para que los cirujanos reporten de forma sistemática y precisa los EAI.

Una reciente encuesta anónima a los cirujanos de Boston, sugirió que la tasa actual de EAI puede ser más alta que lo que ha sido sugerido previamente por los estudios retrospectivos, con la mayoría de los cirujanos habiendo tenido de uno a seis EAI en los últimos 12 meses de su práctica [10].

En el mismo estudio, aproximadamente la mitad de los cirujanos puntualizaron la falta de un sistema estandarizado para reportar los EAI y la ausencia de una clara definición del EAI, como dos de las barreras más importantes para reportarlos [11].

En este estudio, sus autores buscaron examinar retrospectivamente: (1) la incidencia verdadera de los EAI; (2) si los cirujanos están dispuestos a auto-reportar los EAI; y (3) la precisión comparativa de dos métodos de detección de los EAI (auto-reporte del cirujano versus revisión del protocolo operatorio).

Métodos

> Criterios de inclusión

Todos los pacientes de 18 o más años de edad sometidos a cirugía abdominal, entre enero y julio de 2016, en una institución académica terciaria, fueron incluidos prospectivamente. Se excluyeron a los pacientes de trauma, cirugía vascular y ginecológica.

Los pacientes cuya cirugía se confinó a la pared abdominal sin clara violación de la cavidad peritoneal, tales como la reparación de una hernia inguinal o umbilical, también fueron excluidos. Los procedimientos quirúrgicos incluidos fueron realizados por cirujanos generales, laparoscopistas/bariátricos, colorrectales, hepatopancreáticos, oncólogos, de atención aguda y de trasplante.

Identificación de los EAI

Se revisó diariamente la programación de la sala de operaciones para identificar a los pacientes elegibles. Se envió un correo electrónico al cirujano primario inmediatamente después de la finalización de cada operación. El correo electrónico contenía un enlace a una base de datos REDCap segura.

Se proveyó al cirujano con la definición del Instituto de Medicina del EAI y se le preguntó si había ocurrido un EAI durante la operación. El Instituto de Medicina define al EAI como “una lesión causada por el manejo médico más que por la condición subyacente del paciente” [12].

Un EAI fue definido como un evento adverso que ocurrió en la sala de operaciones. Si los cirujanos respondían que efectivamente se había producido un EAI se les pidió que indicaran la estructura que había sido lesionada inadvertidamente.

Seguidamente, revisores que desconocían los casos, examinaron sistemáticamente todos los protocolos operatorios para identificar EAI. Para señalar: los reportes operatorios fueron dictados exclusivamente por los cirujanos que realizaban las operaciones.

Objetivos finales primarios y secundarios

Los objetivos primarios fueron: (1) la tasa de respuesta de los cirujanos; (2) la incidencia global de EAI reportada por los cirujanos; y (3) la incidencia global de EAI detectada por los revisores de los protocolos quirúrgicos.

Los objetivos secundarios fueron las tasas específicas de severidad de los EAI, según lo informado por los cirujanos, o según lo detectado por la revisión del reporte operatorio. Para evaluar la severidad del EAI, se utilizó el sistema de clasificación de 6 niveles desarrollado previamente por el mismo grupo de investigación [13] (Tabla 1).

Primero, se midió la tasa de respuesta de los cirujanos a las consultas por correo electrónico. Segundo, se compararon las tasas global y específica por severidad de los EAI, reportadas por los cirujanos con las detectadas en la revisión de los protocolos operatorios.

TABLA 1: Sistema de clasificación de los EAI [13]

Clase Descripción Ejemplo
I Lesión que no requiere reparación quirúrgica dentro del mismo procedimiento Laceración del hígado por tracción reparada con electrobisturí
II Lesión que requiere reparación quirúrgica sin remoción de órgano o cambio en el procedimiento originalmente planificado Enterotomía durante la lisis de adherencias que es reparada primariamente
III Lesión que requiere remoción de tejido y órgano, con completitud del procedimiento originalmente planificado Lesión esplénica durante una colectomía izquierda que requiere esplenectomía
IV Lesión que requiere un cambio significativo* y/o no completar el procedimiento originalmente planificado Lesión de la vía biliar durante una colecistectomía que requiere una hepaticoyeyunostomía
V Lesión intraoperatoria pasada por alto que requiere reoperación dentro de los 7 días Enterotomía iatrogénica omitida que es identificada en el 3° día postoperatorio, requiriendo reoperación
VI Muerte intraoperatoria Muerte intraoperatoria debida a una hemorragia no controlada

 * No incluye la conversión de cirugía laparoscópica a abierta

Análisis estadístico

El análisis estadístico se realizó utilizando el programa Stata, versión 13.1 (StataCorp LLC, College Station, TX). Las variables fueron resumidas como frecuencias y porcentajes. Se usó la prueba de c2 o la exacta de Fisher para la comparación de las variables categóricas, según lo apropiado. Se definió un valor de P menor a 0,05 como estadísticamente significativo.

Supervisión ética

Este estudio fue aprobado por la Junta de Revisión Institucional.

Resultados

Las estructuras más comúnmente lesionadas fueron el intestino (30,8%), seguido por las estructuras vasculares (20,6%)

Se incluyó un total de 1.989 operaciones consecutivas, con consultas enviadas por correo electrónico inmediatamente después de cada procedimiento, como ya fuera descrito. La Tabla 2 describe la demografía de los pacientes incluidos y las especialidades de los cirujanos actuantes que recibieron las consultas.

Los cirujanos respondieron 1.430 consultas (71,9%) reportando EAI en 107 operaciones (7,5%). En 5 operaciones, el cirujano reportó más de un EAI. La revisión sistemática de los protocolos operatorios identificó EAI en 417 operaciones (21,0%). La mayoría de esas lesiones fueron de gravedad baja: 65,4% de clase I; 20,4% de clase II; 4,6% de clase III; 2,1% de clase IV; 6,5% de clase V; y 1,0% de clase VI (muerte intraoperatoria).

TABLA 2: Datos demográficos basales de la población de pacientes y especialidad del cirujano que realizó la operación

  Variable
Edad en años, mediana (RIC) 55 (43-66)
Género masculino, n (%) 951 (47,8)
Especialidad del cirujano:
Cirugía general, n (%)       771 (38,8)
• Cirugía mínimamente invasiva, n (%) 390 (19,6)
• Cirugía de atención aguda, n (%) 439 (22,1)
• Cirugía oncológica, n (%) 183 (9,2)
• Cirugía de trasplante, n (%) 206 (10,3)
 

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