Los 7 pecados de la psicofarmacología | 02 NOV 15

Claves para la prescripción apropiada de los agentes psicotrópicos

Los autores enuncian siete errores frecuentes, cuya corrección permitiría un mejor abordaje de los enfermos que necesitan este tipo de drogas.
Autor/a: Salzman C, Glick I, Keshavan M Journal of Psychopharmacology 30(6): 653-655, Dic 2010

Introducción

En los últimos años se establecieron algunas pautas básicas para ayudar a los médicos generales en la prescripción de drogas psicotrópicas; los “Diez Mandamientos en Psicofarmacología” y las “perlas de la enseñanza” son algunos ejemplos. Aunque éstas y otras guías han sido de utilidad en el ámbito de la práctica rutinaria, su aplicación sigue siendo subóptima.

En la literatura médica se dispone también de algoritmos de prescripción y guías elaboradas por paneles de expertos, para ser usadas en el proceso de aprendizaje del uso de los psicofármacos. Cada año, el American College of Neuropsychopharmacology establece recomendaciones en este sentido; la American Society of Clinical Psychopharmacology también creó un algoritmo para la indicación de los psicofármacos por los médicos generales.
 
Los siete errores de la psicofarmacología

A pesar de los intentos mencionados, en muchos casos, los patrones de utilización de los psicofármacos siguen siendo inadecuados. Algunos aspectos en particular o los llamados por los autores “los siete pecados” merecen atención especial, ya que su consideración apropiada podría ayudar a reducir errores frecuentes y riesgosos detectados en sus largas trayectorias dedicadas a la enseñanza.

Los expertos hacen hincapié, sin embargo, en el hecho de que estos enunciados se basan por completo en su experiencia, pero no en investigaciones específicas. Además reconocen que la lista no es completa y que otros educadores, clínicos e investigadores podrían crear pautas diferentes. No obstante, en su opinión, estos siete puntos podrían representar un buen inicio para mejorar la prescripción de las drogas psiquiátricas en la práctica diaria.


Las tres “D”

Diagnóstico

Antes de indicar cualquier tratamiento se debe efectuar una evaluación diagnóstica completa, de modo de evitar prescripciones inapropiadas y posibles interferencias de los fármacos en el proceso diagnóstico. En este sentido, los expertos advierten sobre la necesidad de utilizar no sólo los criterios diagnósticos propuestos en el Diagnosis and Statistical Manual of Mental Disorders; por ejemplo se deben considerar los patrones sintomáticos, los antecedentes personales y familiares, la evolución, la sintomatología anterior y las características étnicas, entre otros aspectos.

No siempre la “falta de felicidad” indica depresión y necesidad de tratamiento antidepresivo, al igual que no todas las “preocupaciones” reflejan un trastorno de ansiedad. Asimismo, no todas las anormalidades del pensamiento son sinónimo de manía y no todos los trastornos de la memoria o del juicio representan esquizofrenia.
 
Dosis

Por lo general, la falta de respuesta adecuada y los efectos adversos excesivos se relacionan con la dosis. La respuesta al tratamiento se vincula con las variaciones farmacocinéticas y farmacodinámicas entre los enfermos. Los profesionales deben tener en mente que algunos pacientes pueden requerir dosis muy inferiores a las recomendadas, en tanto que otros necesitan dosis superiores. La identificación de la dosis correcta, en cada paciente, es un proceso complejo, en el cual, la relación con el enfermo y sus familiares asume un papel decisivo.
 
Duración

No es infrecuente que los esquemas terapéuticos se interrumpan o modifiquen antes del período necesario de prueba. También es común que la terapia se abandone prematuramente, cuando los síntomas mejoran, un fenómeno que puede asociarse con recaídas. De hecho, la mayoría de los trastornos del eje I tienen una evolución crónica, de modo que el tratamiento, en la dosis apropiada, debe mantenerse por períodos prolongados (meses, años o, incluso, de por vida), para evitar las recidivas.


Tratamiento con múltiples fármacos

La respuesta parcial es un fenómeno habitual, a pesar de que se indiquen los mejores fármacos psiquiátricos. Por este motivo, muchos enfermos deben ser tratados con dos o tres drogas con el objetivo de lograr la respuesta completa. En este sentido se debe tener en cuenta que la utilización de más de una droga de la misma clase terapéutica puede ser útil en algunas ocasiones; en general, este abordaje no sólo no se asocia con mejor evolución, sino que puede incrementar considerablemente el riesgo de efectos adversos.

 

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