Podría beneficiar a algunas mujeres | 17 AGO 15

Un análisis genético más amplio para el cáncer de mama y el de ovario

Las mujeres que no portan las mutaciones BRCA podrían tener otros genes de alto riesgo que afecten a la elección del tratamiento

Algunas mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama o de ovario podrían beneficiarse de un análisis genético más amplio que incluye más de 20 genes que se ha visto que aumentan el riesgo de cáncer, sugiere un estudio reciente.

Se ha tendido a enfocar los análisis genéticos de forma exclusiva en el BRCA1 y el BRCA2, dos mutaciones genéticas que se ha probado que aumentan dramáticamente el riesgo de una mujer de cáncer de mama o de ovario, apuntaron los investigadores.

Pero las mujeres que no portan el BRCA1 ni el BRCA2 podrían de cualquier forma tener otra mutación genética que sea el origen de los antecedentes de cáncer de mama en sus familias, explicó el autor principal del estudio, el Dr. Leif Ellisen, director de programa del Centro de Cáncer de Mama del Hospital General de Massachusetts, y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, ambas instituciones de Boston.

La investigación de Ellisen concluyó que un análisis genético amplio podría ayudar a los médicos a aconsejar y tratar mejor a alrededor de la mitad de las mujeres que tienen una predisposición genética al cáncer que no se deba al BRCA1 ni al BRCA2.

"A la mayoría de las mujeres en que se encuentran esas otras mutaciones (el 52 por ciento del grupo) en realidad se les haría una recomendación distinta que la basada solo en los antecedentes personales y familiares", planteó Ellisen.

El estudio aparece en la edición en línea del 13 de agosto de la revista JAMA Oncology.

Una reducción reciente y dramática en el costo de los análisis genéticos ha provocado un debate, que sigue en curso, sobre las ventajas y desventajas de dichos análisis, comentó el Dr. Len Lichtenfeld, subdirector médico de la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society).

Por ejemplo, una compañía llamada Color Genomics ofrece ahora un análisis de 19 genes para ayudar a las mujeres a medir su riesgo de cáncer de mama y de ovario por apenas 249 dólares, dijo. La compañía incluso ayuda a las mujeres a encontrar un médico que les recete el análisis.

Pero Ellisen dijo que esos análisis, realizados de forma indiscriminada y sin una consejería adecuada, podrían fomentar muchos temores e incluso hacer que algunas mujeres se sometan a mastectomías o extirpaciones del ovario sin necesidad.

"Hay que comunicarlo con precisión", planteó. "Si se atiende a una mujer que ha tenido un susto con el cáncer, y se le dice que porta un gen de riesgo significativo de cáncer, quizá se vea tentada a hacerse una de esas cirugías aunque el riesgo no sea tan alto, y en realidad no se justifique".

Para ver si un análisis de un panel genético amplio sería útil en algunas situaciones, Ellisen y sus colaboradores reclutaron a 1,046 mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama u ovario, pero que no portaban las mutaciones BRCA1 ni BRCA2.

Las mujeres se sometieron a un análisis genético usando un panel de 25 o de 29 genes, ambos comercialmente disponibles.

Los investigadores encontraron que el 3.8 por ciento de las mujeres (63 en total) portaban otro tipo de mutación genética que aumentaría su riesgo de cáncer, dijo Ellisen.

En la mitad de esos casos, era probable que la mutación alterara el resultado de una evaluación del riesgo de cáncer en las mujeres, concluyeron los investigadores. Los médicos podrían recomendar pruebas de detección de cáncer adicionales, o incluso la extirpación de las mamas o los ovarios, basándose en la nueva información genética.

"La pregunta era si, en esas personas que tienen antecedentes familiares, ¿es su riesgo lo suficientemente alto como para que ya se esté vigilando de cerca, y los hallazgos de este nuevo gen no habrían hecho ninguna diferencia?", planteó Ellisen.

"Hallamos que si se realiza un cálculo del riesgo que no incluya la información sobre el gen y se hace una recomendación, pero entonces se halla el gen y se vuelve a calcular el riesgo, el riesgo es muy distinto, y se haría una recomendación muy diferente", aseguró.

Los investigadores también concluyeron que se aconsejaría a las familiares cercanas de sexo femenino del 72 por ciento de las pacientes con la mutación que provoca cáncer que se sometan a los análisis genéticos, para ver si portan la misma mutación.

Pero estos nuevos datos podrían conducir a más confusión que claridad, dado que la capacidad de evaluar la genética de una persona supera al conocimiento sobre la forma en que los genes específicos contribuyen al cáncer, según Lichtenfeld y la Dra. Stephanie Bernik, jefa de cirugía oncológica del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York.

Se ha realizado muchísima investigación sobre el BRCA1 y el BRCA2, y la forma en que afectan al riesgo de cáncer está bien documentada. Conforman más o menos entre un 20 y un 25 por ciento de los cánceres de mama hereditarios, y alrededor del 5 al 10 por ciento de todos los cánceres de mama, según el Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU. También conforman cerca del 15 por ciento de los cánceres de ovario.

Pero no se sabe mucho sobre el riesgo de cáncer que plantean todos los demás genes, apuntaron los expertos oncológicos. Y para los médicos sin una capacitación adecuada en genética tal vez resulte difícil ofrecer información de calidad a las pacientes.

"Decimos que la información es poder, pero creo que para muchos pacientes, no siempre sabemos qué hacer con la información", comentó Bernik. "Con esos otros genes, el riesgo con frecuencia es entre bajo e intermedio. Si el riesgo es más bajo, ¿en qué momento sube lo suficiente como para decir a una mujer que una cirugía profiláctica es la mejor opción?".

Lichtenfeld se mostró de acuerdo, y añadió que "en términos prácticos, la pregunta es si estamos listos para esto en la práctica cotidiana de la medicina".

Ellisen cree que solo las mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama o de ovario deben someterse a pruebas genéticas en este momento. Añadió que el análisis genético debe combinarse con los antecedentes personales y familiares de una mujer para producir una evaluación matizada de su riesgo de cáncer.

"Si esa información se transmite de forma inadecuada a las pacientes, quizá crean que tienen algo malo, cuando en realidad no tienen nada malo en lo absoluto", señaló.

Cuando se sepa más sobre todos esos genes, quizá llegue un día en que los análisis genéticos se conviertan en un estándar amplio de atención para todas las personas, comenzando con una prueba en los recién nacidos, dijo Lichtenfeld.

"Pero sin duda todavía no estamos ahí", enfatizó. "Todo esto es un proceso de aprendizaje, y todavía estamos en la etapa de averiguar qué significa en realidad".

 

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