Efectos adversos cognitivos potenciales | 22 JUN 15

Las grasas trans de la comida podrían empeorar la memoria

Los hombres que comían más no rindieron bien en una prueba de memorizar palabras.

Las grasas trans podrían ser un desastre para la memoria, como lo son para los niveles de colesterol, sugiere un estudio reciente.

Los hombres jóvenes que comían unos niveles altos de grasas trans rindieron menos en una prueba de memoria en que tenían que memorizar palabras que los que comían unos niveles más bajos, encontraron los investigadores.

En el estudio, los hombres con una ingesta alta de grasa trans recordaron entre 12 y 21 palabras menos, de una puntuación promedio de 86, señaló la autora líder, la Dra. Beatrice Golomb, profesora de medicina familiar y preventiva de la Facultad de Medicina de la Universidad de California, en San Diego.

"Es una relación bastante grande", dijo Golomb. "Amplía las evidencias de que las grasas trans no son algo que las personas deban entrar en su boca".

Pero es importante anotar que el estudio no se diseñó para probar una relación causal de forma definitiva. Solo puede mostrar una asociación entre un mayor consumo de grasas trans y una peor memorización.

Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 17 de junio de la revista PLOS One.

El estudio de Golomb ve la luz un día después de que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. anunciara una retirada paulatina de tres años de los aceites parcialmente hidrogenados del abasto de alimentos de Estados Unidos. Esos aceites son una fuente primaria de grasas trans.

Golomb llama a las grasas trans la "anti comida", y anota que aumentan los niveles de colesterol "malo" LDL al mismo tiempo que reducen los niveles de colesterol "bueno" HDL.

Las grasas trans también aumentan la inflamación e interfieren con la producción hormonal, lo que podría explicar la asociación entre las grasas trans y una mala memoria, planteó.

"El objetivo de la comida es proveer al cuerpo los nutrientes que necesita para funcionar adecuadamente", dijo Golomb. "Esto en realidad hace lo contrario. Trastoca la función celular y orgánica".

Golomb decidió observar las grasas trans después de otro estudio en que el chocolate se vinculó favorablemente con la memoria. El chocolate es un antioxidante y tiene propiedades antiinflamatorias, así que era lógico que las grasas trans pudieran dañar la memoria al fomentar la inflamación, comentó.

En el estudio, los investigadores evaluaron datos de 645 hombres sanos a quienes se pidió que completaran una encuesta sobre los alimentos de su dieta y que participaran en una prueba de memoria.

La prueba consistía de un conjunto de 104 tarjetas, cada una con una palabra. Los hombres tenían que decir si cada palabra era nueva o se había mostrado antes.

En promedio, los hombres de 45 o menos años recordaron 86 palabras. Pero por cada gramo adicional de grasas trans consumido a diario, su rendimiento se reducía en 0.76 palabras, reveló el estudio.

Los hombres cuyas dietas diarias contenían unos 16 gramos de grasas trans memorizaron 12 palabras menos correctamente, mientras que los hombres que consumían hasta 28 gramos de grasas trans al día recordaron unas 21 palabras menos, encontró el estudio.

"Este estudio ofrece material de reflexión sobre los efectos adversos potenciales de los ácidos grasos trans de la dieta sobre la función cognitiva [mental]", comentó el Dr. Marc Gordon, jefe de neurología del Hospital Zucker Hillside en Glen Oaks, Nueva York.

Pero Gordon dijo que el estudio no prueba un vínculo directo entre las grasas trans y la memoria, sino que solo muestra una asociación potencial que podría tener otra explicación.

Además de provocar inflamación, las grasas trans también podrían inhibir la producción de ácidos grasos omega 3 en el organismo, que desempeñan un rol esencial en la función cerebral, enfatizó Golomb.

"No sería inesperado que eso condujera a una peor función cerebral", dijo.

Las grasas trans también podrían afectar los niveles de serotonina de una persona, dijo Jim White, experto en nutrición de Virginia Beach, Virginia, y vocero de la Academia de Nutrición y Dietética (Academy of Nutrition and Dietetics). La serotonina es una hormona que regula el estado de ánimo, el apetito y el sueño, y que también tiene un rol en la función cerebral.

"Si la grasa trans reduce los niveles de serotonina, de verdad puede afectar a la depresión y a la memoria", dijo White, y anotó que estudios anteriores han mostrado un aumento en la depresión entre las personas que consumen cantidades altas de grasas trans.

El 16 de junio, la FDA dictaminó que los aceites parcialmente hidrogenados ya no "se reconocen como generalmente seguros", una designación que durante décadas ha permitido a las compañías usar los aceites en una amplia variedad de productos de comida.

Las compañías tienen hasta el 18 de junio de 2018 para reformular sus productos y eliminar todos los aceites parcialmente hidrogenados, o para pedir a la FDA que permita usos específicos de esos aceites, anunció la agencia.

Aunque los fabricantes de alimentos han reducido las grasas trans en un 86 por ciento desde 2003, las grasas trans siguen conformando del 2 al 3 por ciento de la dieta estadounidense promedio, lo que equivale a 5 o 6 gramos al día, dijo White.

"Normalmente no recomiendo eliminar nada del todo de la dieta", dijo White. "Nuestros cuerpos incluso necesitan una pequeña cantidad de grasas saturadas para sostenerse. Pero les digo a las personas que no consuman nada que tenga grasas trans. Ese es un nutriente que ha sido totalmente negativo".

El estudio se enfocó en los hombres porque hubo demasiadas pocas mujeres como para incluirlas en el análisis, señaló Golomb. Pero añadió que no ve ningún motivo por el cual las grasas trans afectarían a las mujeres de forma distinta que a los hombres.

 

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