Reporte de los CDC | 25 NOV 14

Muchas personas que beben mucho no son alcohólicas

Pero aumentar el precio del alcohol y limitar las ventas podría ayudar a controlar el consumo excesivo.

La mayoría de personas que beben en exceso o que se dan atracones de bebida no son alcohólicos, afirma un informe reciente del gobierno de EE. UU.

De hecho, el 90 por ciento de los que beben demasiado no son dependientes del alcohol. Pero uno de cada tres adultos bebe en exceso, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

"Muchas personas suponen erróneamente que las personas que beben demasiado son alcohólicas", comentó el coautor del estudio, el Dr. Robert Brewer, líder del programa de alcohol de los CDC.

"El hallazgo sorprendente fue que nueve de cada diez personas que beben demasiado no cumplen con los criterios diagnósticos del alcoholismo", señaló.

Brewer dijo que algunas personas que beben en exceso se están "automedicando".

"Pero en gran parte es un reflejo del hecho de que vivimos en una sociedad en que las personas reciben muchos mensajes mezclados sobre el consumo de alcohol", planteó. "Se ha hecho creer a muchas personas que beber, y con frecuencia beber grandes cantidades, es parte de la diversión. Lo que debemos hacer es cambiar el ambiente en que las personas toman sus decisiones respecto al consumo de alcohol".

Según el informe, publicado el 20 de noviembre en la revista de los CDC Preventing Chronic Disease, la mayoría de personas que beben en exceso también se dan atracones de bebida.

Los atracones de bebida se definen en las mujeres como consumir cuatro o más copas en una ocasión, y en los hombres como consumir cinco o más copas en una ocasión. Ocho o más copas a la semana se considera excesivo para las mujeres, y para los hombres 15 o más copas a la semana se considera excesivo. Cualquier consumo de alcohol se considera excesivo en las mujeres embarazadas y en los menores de 21 años, señaló Brewer.

Pero el alcoholismo es una afección crónica que por lo general incluye antecedentes de beber en exceso, un deseo intenso de alcohol, seguir bebiendo a pesar de problemas repetitivos con el alcohol, y no poder controlar el consumo.

El consumo excesivo de alcohol es responsable de 88,000 muertes cada año. Cada año mueren unas 3,700 personas dependientes del alcohol, según el informe.

Esas muertes son provocadas por los efectos a largo plazo de beber en exceso, como el cáncer de mama, la enfermedad del hígado y la enfermedad cardiaca. Las muertes también ocurren por los efectos inmediatos de beber, como la violencia, la intoxicación con alcohol y los accidentes de coche.

En 2006, las consecuencias del consumo excesivo de alcohol costaron a los Estados Unidos más de 223 mil millones de dólares, señaló Brewer.

Los servicios de tratamiento son importantes para los alcohólicos, apuntó Brewer. "Pero debemos observar una variedad más amplia de intervenciones que puedan abordar el consumo excesivo en los que no son alcohólicos", planteó.

Brewer dijo que entre las estrategias para reducir el consumo excesivo se podría incluir aumentar el costo del alcohol. "La conducta de consumo de alcohol de las personas responde mucho al precio. Si el alcohol es más caro, la gente tiende a beber menos", dijo.

Otra estrategia podría ser limitar la disponibilidad del alcohol al controlar de forma estricta los lugares donde las personas pueden comprarlo, comentó Brewer.

Además, se debe animar a los médicos a evaluar a sus pacientes por el consumo excesivo de alcohol, y a aconsejarles que beban menos, dijo.

El Dr. Scott Krakower, jefe asistente de la unidad de psiquiatría del Hospital Zucker Hillside en Glen Oaks, Nueva York, dijo que "a pesar de toda nuestra concienciación y estrategias para dirigirnos al alcoholismo, pasamos por alto a la mayoría de pacientes que luchan contra un problema de consumo excesivo de alcohol o de atracones de bebida".

Los adultos y los adolescentes con frecuencia subestiman la cantidad que beben y se ponen en situaciones peligrosas cuando consumen demasiado alcohol, advirtió.

"Las evaluaciones y la educación son clave para ayudar a los pacientes y a las familias a comprender esto mejor, y cómo pueden parar. A través de esas estrategias, podemos ayudar a detectar el problema pronto, y evitar que empeore", dijo Krakower.

Para el estudio, los investigadores analizaron datos de 138,100 adultos de EE. UU. a partir de los 50 años de edad de todos los estados y Washington, D.C., que participaron en la Encuesta nacional sobre el uso de drogas y la salud en 2009, 2010 o 2011.

 

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