Los trabajadores sanitarios en África son héroes | 17 NOV 14

El Ébola no es el mismo en países ricos o pobres

Los hospitales de EE. UU. tienen recursos que no están disponibles para los trabajadores médicos de África occidental, asolada por la epidemia.

Los médicos de Estados Unidos tienen un historial casi perfecto en el tratamiento de los pacientes de ébola, ya que apenas uno de nueve pacientes perdió la vida mientras estaba siendo atendido en un hospital de este país.

Y la última persona bajo tratamiento por ébola en EE. UU., un médico de Nueva York, el Dr. Craig Spencer, fue dado de alta del Hospital Bellevue en Manhattan el martes tras ser declarado libre el virus.

Esto plantea una pregunta: ¿es el ébola de verdad un virus tan letal y terrible como han sugerido muchos informes en los medios de comunicación?

En un sentido, sí lo es. El ébola es un virus que asola al cuerpo, atacando a todos los órganos mayores y provocando hemorragias, vómitos y diarreas terribles. Puede matar a una persona de varias formas.

"No diría que el virus no llega a ser letal", enfatizó el Dr. Thomas Ksiazek, director de las operaciones de laboratorio de alta contención del Laboratorio Nacional Galveston en la Rama Médica de la Universidad de Texas. "Yo no lo querría, ¿y usted?".

Pero el éxito de los médicos estadounidenses en el tratamiento de las víctimas de ébola ha revelado que el virus puede vencerse con regularidad, a través de una combinación de la detección temprana y una sólida atención de respaldo.

Hasta ahora, el virus del ébola ha sido un asesino devastadoramente efectivo porque se ha propagado en países en desarrollo, sobre todo en África, con unos sistemas médicos con pocos fondos y con frecuencia destartalados, comentó el Dr. Amesh Adalja, profesor clínico asistente de medicina de emergencias y atención crítica del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh.

En la epidemia actual en África occidental, el ébola ha acabado con las vidas de casi 5,000 personas, e infectado a más de 13,200 individuos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Los brotes pasados en África oriental han tenido unas tasas de mortalidad de hasta un 90 por ciento.

"Hemos visto al ébola cara a cara con la medicina de unos ámbitos austeros", señaló Adalja, que también es vocero de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (Infectious Diseases Society of America). "Ahora vemos al ébola cara a cara con la medicina en unos ámbitos modernos. Quizá no sea tan formidable aquí como allí".

La atención médica de los pacientes de ébola debe enfocarse en mantener los niveles de fluidos de los pacientes y en responder a cualquier insuficiencia orgánica que pueda ocurrir, señaló el Dr. Lee Norman, jefe médico del Hospital de la Universidad de Kansas.

Mayormente, eso significa suministrar fluidos intravenosos, administrar transfusiones de sangre si es necesario y corregir cualquier desequilibrio en los electrolitos que ocurra debido a los vómitos y la diarrea.

"Esas tres cosas son esenciales para que la enfermedad de la persona no se agrave cada vez más, sin formas de revertirla", dijo Norman. Los médicos también deben estar preparados para administrar diálisis o respiración mecánica si el virus del ébola ataca a los riñones o a los pulmones y provoca insuficiencia en esos órganos.

Los médicos y enfermeros de EE. UU. han podido suministrar esa atención necesaria. Pero una falta de recursos y de personal médico entrenado hace que proveer el mismo nivel de atención en África resulte casi imposible, lamentó Adalja.

"Se escuchan informes de cinco litros de diarrea al día. Eso es muy difícil de tratar, sobre todo si no se tiene acceso a fluidos intravenosos, lo que le pasa a muchos en África occidental", dijo. "Realmente señala el hecho de que una buena atención de respaldo puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte".

Ksiazek se mostró de acuerdo en que los profesionales sanitarios que combaten la epidemia en África occidental se enfrentan a problemas con los suministros que no existen en EE. UU.

"He visto y he estado en centros donde había menos gente cuidando a 80 o 100 pacientes que el personal que cuida a uno de nuestros pacientes aquí", lamentó. "Eso podría tener cierta influencia sobre el tipo de cuidado que se recibe, ¿no cree?".

Ksiazek añadió que todos los pacientes estadounidenses también han recibido uno o más tratamientos experimentales para el ébola, medicamentos punteros y transfusiones de sangre de los supervivientes.

El éxito de EE. UU. "probablemente se deba a una combinación de atención de respaldo temprana y el potencial de al menos uno de estos fármacos de tener un efecto positivo", planteó. "Casi nada de eso ocurre en África occidental".

Adalja compara el ébola con el cólera, otra enfermedad que provoca muchas muertes en los países en desarrollo.

"En Estados Unidos, nunca se oye de gente que muere de cólera, una enfermedad en que el pilar del tratamiento es simplemente dar fluidos a los pacientes", comentó. "Cualquier enfermedad resulta más difícil si no se cuenta con los recursos para tratarla".

En una conferencia de prensa matutina el martes cuando fue dado de alto del Hospital de Bellevue, Spencer instó a los estadounidenses a enfocarse en África occidental, sobre todo en los países que son el epicentro del peor brote de ébola de la historia: Guinea, Liberia y Sierra Leona.

Spencer dijo que los trabajadores sanitarios voluntarios que trabajen allí son esenciales para cambiar la marea contra el brote actual.

"Son los verdaderos héroes de los que nadie habla", afirmó. "Por favor, únanse a mí al enfocarnos de nuevo en África occidental, y garantizar que los voluntarios médicos y otros cooperantes no se enfrenten a estigmas y amenazas al volver a casa. Hay que respaldar a los voluntarios para ayudar a combatir esta brote en su origen".

 

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