Mutaciones genéticas y otros factores | 30 SEP 14

La obesidad no es la única causa de la diabetes tipo 2

Unos investigadores descubren unas nuevas mutaciones genéticas y otros factores que contribuyen.

Aunque comúnmente se vincula la epidemia de diabetes tipo 2 con el sobrepeso y la obesidad, el peso en exceso no es el único factor que fomenta la tendencia, sugiere la investigación reciente.

Tan solo en los últimos meses, al menos tres estudios nuevos han reportado otros factores que podrían subyacer a un diagnóstico de diabetes tipo 2. Esos factores tienen que ver con mutaciones genéticas, una hormona menos conocida llamada amilina, y problemas con el reloj natural del cuerpo.

La idea de que la obesidad no es lo único que provoca diabetes tipo 2 no es nueva.

"La genética es un factor importante en la diabetes tipo 2. Ciertos grupos étnicos contraen diabetes tipo 2 con unas tasas mucho más altas, y a edades mucho más tempranas que otros grupos", apuntó la Dra. Christine Resta, endocrinóloga del Centro Médico Maimonides en la ciudad de Nueva York.

"La obesidad sin duda es parte de la diabetes tipo 2 en la mayoría de personas. Pero el diagnóstico probablemente se deba a la suerte en un 50 por ciento, debido a cosas como los antecedentes familiares, y el 50 por ciento es lo que uno hace, como el estilo de vida. Hay personas delgadas que contraen diabetes tipo 2, y algunas personas, sin importar su peso, simplemente no contraerán diabetes", explicó.

La diabetes tipo 2 es un trastorno que hace que el azúcar se acumule en la sangre. Se desarrolla a medida que las células del cuerpo se hacen significativamente resistentes a la insulina, dificultando que esas células utilicen el azúcar como combustible. La insulina es una hormona producida en el páncreas que ayuda a que el azúcar entre en las células para ser usada como energía.

Como resultado, el páncreas produce cada vez más insulina. Al final, el páncreas ya no puede mantener el ritmo de la demanda de insulina. Entonces ocurre la diabetes tipo 2, según el Instituto Nacional de Diabetes y de Enfermedades Digestivas y del Riñón (NIDDK) de EE. UU.

Según el NIDDK, no hay duda de que los genes desempeñan un rol en la diabetes tipo 2. Los antecedentes familiares y la etnia también tienen un papel. Un estilo de vida sedentario también se asocia con el desarrollo de la diabetes tipo 2.

Aunque hace algo de tiempo que se sabe que los genes son al menos en parte responsables de la diabetes tipo 2, los investigadores no conocen todos los genes o mutaciones genéticas involucradas. Incluso cuando se han identificado genes específicos, no siempre está claro cuál es la mejor opción de tratamiento.

El estudio genético más reciente se enfocó en un gen llamado PPARG, que se sabía que tenía que ver con la diabetes tipo 2. Pero los investigadores hallaron que el uno por ciento de las personas tienen una de las nueve mutaciones que afectan la forma en que el gen funciona. En esas personas, el riesgo de contraer diabetes tipo 2 se multiplica por más de siete, según un estudio que aparece en una edición reciente de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

"Vamos en la dirección correcta, al descubrir estas mutaciones, pero la diabetes es un trastorno muy complejo", comentó el Dr. Joel Zonszein, director del centro clínico de la diabetes del Centro Médico Montefiore, en la ciudad de Nueva York.

Zonszein dijo que la reducción en la función del gen PPARG probablemente contribuya a la obesidad "mala" que ocurre alrededor del abdomen. "No son necesariamente personas que parecen obesas, y no necesariamente tienen un índice de masa corporal alto, pero tienen obesidad central. Lo estamos viendo más en gente de Paquistán e India", dijo.

"Lo que este estudio no dice es si tomar algún medicamento corregiría la anomalía. Al final, podremos identificar ciertos genes, y podremos administrar unos medicamentos mejores. Ya sabemos clínicamente que ciertos fármacos funcionan mejor en algunos pacientes que en otros", añadió.

Otro estudio, que aparece en la revista Journal of the Federation of American Societies for Experimental Biology, observó a otra hormona que produce el páncreas, llamada amilina. Normalmente, la amilina funciona junto con la insulina para ayudar al cuerpo a procesar y utilizar los azúcares de los alimentos como combustible.

Pero unos investigadores de Reino Unido y Nueva Zelanda hallaron que parte de la amilina se puede depositar alrededor del páncreas. Cuando esto ocurre, la amilina puede formar unas aglomeraciones tóxicas, según los investigadores. Esas aglomeraciones tóxicas pueden provocar la muerte de las células productoras de insulina, lo que posiblemente conduce a la diabetes.

El tercer estudio, que aparece en una edición reciente de la revista Diabetes Research and Clinical Practice, sugirió que unas alteraciones en el reloj interno del cuerpo podrían ser un factor de que se contraiga diabetes tipo 2. Los investigadores anotaron que los estilos de vida de hoy en día, de actividad las 24 horas del día y los 7 días de la semana, trastornan de forma constante los ciclos naturales de sueño y vigilia del cuerpo. Factores como las luces nocturnas, el trabajo por turnos y comer en momentos inusuales pueden alterar al reloj corporal.

Independientemente de cuáles pudieran ser las causas adicionales, en estos momentos el peso es uno de los pocos factores modificables que ayudan a gestionar a la diabetes tipo 2. "Si las personas pierden apenas del 5 al 10 por ciento de su peso corporal, pueden hacer una diferencia en la diabetes. Sin duda, el ejercicio también tiene un papel", enfatizó Resta.

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024