Metanálisis de Tratamientos Múltiples | 21 ENE 14

Analizan la eficacia de los antipsicóticos en la esquizofrenia

Los agentes antipsicóticos son un grupo de fármacos heterogéneo en términos de eficacia para el tratamiento de los pacientes esquizofrénicos. Una guía basada en evidencias para la selección del fármaco más apropiada en cada caso.
Autor/a: Dres. Leucht S, Cipriani A, Davis JM y colaboradores Lancet 382(9896):951-962, Septiembre 2013

Introducción y objetivos

La elección del antipsicótico por administrar en pacientes con esquizofrenia es un tema discutido debido, entre otros factores, al costo de los antipsicóticos atípicos. Si bien se cuenta con fármacos nuevos, como la asenapina, la iloperidona, la lurasidona y la paliperidona, la disponibilidad de formulaciones genéricas de los antipsicóticos atípicos más antiguos implica la necesidad de evaluar la rentabilidad del tratamiento. Hasta el momento no fue posible clasificar a los agentes de acuerdo con su nivel de eficacia y tolerabilidad debido a la falta de información al respecto, entre otras cuestiones.

El presente estudio se llevó a cabo con el fin de comparar los antipsicóticos típicos haloperidol y clorpromazina frente a 13 antipsicóticos atípicos empleados en casos de esquizofrenia. El objetivo de los autores fue clasificar las sustancias de manera fundamentada según la información disponible sobre la eficacia, el riesgo de interrupción y la tolerabilidad del tratamiento.

Métodos

Se llevó a cabo un metanálisis de estudios efectuados en pacientes con esquizofrenia o trastornos relacionados, tratados con alguno de los antipsicóticos de interés. Las bases de datos consultadas incluyeron el registro del Cochrane Schizophrenia Group, Medline, Embase, PsycInfo, el Cochrane Central Register of Controlled Trials y el sitio ClinicalTrials.gov. También, se evaluó la base de datos de la Food and Drug Administration de los EE.UU., entre otras fuentes. Los estudios incluidos fueron aleatorizados y controlados, publicados o no, con un diseño simple o a doble ciego.

El criterio principal de valoración fue el cambio medio del nivel de síntomas evaluado mediante la Positive and Negative Syndrome Scale o la Brief Psychiatric Rating Scale. Además, se tuvo en cuenta la interrupción del tratamiento, el aumento ponderal, la necesidad de utilizar fármacos antiparkinsonianos, el aumento de los niveles plasmáticos de prolactina, la sedación y la prolongación del intervalo QT corregido (QTc) en el electrocardiograma.

Se prestó atención al tratamiento de la etapa aguda de le enfermedad, es decir, a los resultados obtenidos luego de 6 semanas de administración de los fármacos. De no contarse con dicho parámetro, se consideró la información obtenida entre las 4 a 12 semanas de tratamiento.

Resultados

Se incluyeron 212 estudios que incorporaron 43 049 pacientes con una media de edad de 38.4 años, cuya enfermedad tuvo una media de duración de 12.4 años. El 94% de los estudios tuvo un diseño a doble ciego. En coincidencia con lo observado en la mayoría de los estudios efectuados en pacientes con esquizofrenia, el 35% de los sujetos abandonó el tratamiento.

La mayoría de las diferencias observadas entre los fármacos fueron graduales. Todos los fármacos evaluados fueron superiores en comparación con el placebo, en tanto que la clozapina fue superior en comparación con el resto de los fármacos. Luego, se ubicaron, en orden decreciente de eficacia, la amisulpirida, la olanzapina y la risperidona.

La aceptación del tratamiento se evaluó en términos de interrupción. Con excepción de la zotepina, todas las drogas analizadas fueron significativamente superiores al respecto en comparación con el placebo. La suspensión del tratamiento fue significativamente menos frecuente entre los pacientes tratados con amisulpirida, olanzapina, clozapina, paliperidona y risperidona en comparación con el resto de las sustancias. En términos de abandono, los resultados correspondientes al haloperidol fueron desfavorables en comparación con aquellos respecto de la quetiapina y el aripiprazol.

Todos los fármacos, excepto el haloperidol, la ziprasidona y la lurasidona, generaron mayor aumento ponderal en comparación con el placebo. Dicho aumento fue significativamente mayor ante la administración de olanzapina en comparación con el resto de los agentes.

En segundo lugar se ubicó la zotepina. Tanto la clozapina como la iloperidona, la clorpromazina, el sertindol, la quetiapina, la risperidona y la paliperidona generaron aumento ponderal significativo en comparación con el haloperidol, la ziprasidona, la lurasidona, el aripiprazol, la amisulpirida y la asenapina. Finalmente, la iloperidona generó un nivel mayor de aumento ponderal en comparación con la paliperidona, la risperidona y la quetiapina.

La aparición de síntomas extrapiramidales asociados con el tratamiento no difirió significativamente ante la administración de clozapina, sertindol, olanzapina, quetiapina, aripiprazol, iloperidona, amisulpirida y asenapina en comparación con el placebo.

La clozapina provocó menos síntomas extrapiramidales que el resto de los fármacos y el placebo, seguida por el sertindol, la olanzapina y la quetiapina. En cambio, el haloperidol generó una cantidad significativamente superior de síntomas extrapiramidales en comparación con el resto de las sustancias con excepción de la zotepina y la clorpromazina, de las cuales no difirió en forma significativa al respecto. Los agentes peor tolerados fueron la zotepina, la clorpromazina, la lurasidona, la risperidona y la paliperidona.

El aumento de los niveles plasmáticos de prolactina no fue significativo ante la administración de aripiprazol, quetiapina, asenapina, clorpromazina e iloperidona en comparación con lo observado al administrar placebo. El aumento del nivel de prolactinemia fue significativo ante la administración de paliperidona y risperidona en comparación con lo observado para el resto de los fármacos, en tanto que el tratamiento con haloperidol se asoció con un nivel plasmático de prolactina significativamente superior en comparación con el resto de los agentes, con excepción de la clorpromazina y el sertindol.

No se encontró una prolongación significativa del intervalo QTc asociada con el tratamiento con lurasidona, aripiprazol, paliperidona y asenapina. La droga que generó una mayor prolongación del intervalo QTc fue el sertindol. La sedación no fue significativa ante la administración de amisulpirida, paliperidona, sertindol e iloperidona.

Tanto la evaluación de la eficacia como de los síntomas extrapiramidales asociados con el tratamiento arrojaron resultados sólidos ante la realización de análisis de sensibilidad y metarregresión. La dosis de haloperidol influyó sobre la aparición de eventos adversos extrapiramidales. Concretamente, esta última fue más frecuente entre los pacientes tratados con las dosis más elevadas, aunque la administración de dosis bajas también se vinculó con un perfil desfavorable de tolerabilidad en comparación con el resto de los antipsicóticos. No se encontró una variación significativa de la eficacia del haloperidol según la dosis administrada. En cuanto a la clorpromazina, la administración de dosis mayores de 600 mg/día se asoció con un nivel mayor de eficacia en comparación con la administración de dosis inferiores. Dichas dosis no influyeron significativamente sobre la aparición de síntomas extrapiramidales.

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024