Dolor | 15 DIC 14

Guía anterior como factor etiológico del dolor de la articulación temporomandibular

La presencia de guía anterior, no es un factor que evite el dolor en ATM, debido a que éste es multifactorial por lo que pueden existir un sinnúmero de causas que desencadenen problemas en la misma.
Autor/a: Dres. Rubén Cárdenas Erosa, Celia Elena Mendiburu Zavala, David Cortes Carrillo, Diana Navarro Zapata, Pedro Lugo Ancona Fuente: Facultad de Odontología de la Universidad Autónoma de Yucatán, México 
INDICE:  1. Artículo | 2. Referencias
Artículo

Resumen 

Objetivos: Determinar si la ausencia o presencia de guía anterior es  causa de la presencia de dolor en la articulación temporomandibular (ATM) en los pacientes que asisten a la Clínica de Odontología restauradora de la Facultad de Odontología de la Universidad Autónoma de Yucatán (FOUADY).

Material y método: Estudio descriptivo, prospectivo, transversal y observacional. La muestra fue no probabilística-intencionada, se encuestaron a   206 sujetos.   

Resultados: El 28% no presentó guía anterior y el 72% presentó guía anterior; de este, el 22% presentó dolor en ATM y a la palpación, el 42%   dolor en la máxima apertura, 16% chasquidos, crepitación y dolor al masticar, 31% presentó desviación mandibular al abrir y cerrar la boca, 19% desgaste en caras oclusales, 13% artritis y 34% dolor de cabeza.

Conclusión: El porcentaje que si mostró guía anterior fue alto, aunque los que presentaron signos y síntomas de esto sólo tuvo un 22% de dolor en la ATM.

Palabras clave: Guía Anterior, etiología, dolor articulación temporomandibular

Introducción
El dolor en sus diversas modalidades es una de las causas más frecuentes de consulta médica en nuestro país; por su elevada frecuencia ha sido considerado un problema de salud pública. Un manejo inadecuado del mismo, llega a tener severas repercusiones físicas, psico-afectivas y socioeconómicas, para el paciente, su familia y los servicios públicos (1).

La asociación internacional para el estudio del dolor lo define como una experiencia sensorial y emocional no placentera, asociada a un daño tisular, ya sea real, potencial o descrita en términos de dicho daño. Un dolor agudo está definido como aquel que tiene menos de tres meses de haberse iniciado, producido por un daño tisular real o potencialmente identificable (1).

El dolor crónico, por el contrario, es una condición relativamente constante que se ha convertido en un elemento presente en la vida cotidiana del paciente (2).

El dolor de la ATM, puede ser resultado de la estimulación de los nocioceptores localizados en la articulación, los músculos de la masticación o ambos (2).

Los nocioceptores de la ATM están localizados junto a la cápsula articular y ligamentos, en el disco y los tejidos retrodiscales, así como en los lugares peri-vasculares y en el hueso subcondral. El dolor de origen miógeno, puede tener su origen en los músculos esqueléticos, los tendones o sus fascias (3).

La articulación temporomandibular (ATM) es una de las más complejas del organismo, es considerada como una articulación compuesta, ya que está formada por dos articulaciones entre la mandíbula y el hueso temporal y es una articulación sinovial (3). Se caracteriza por trabajar conjuntamente con el lado opuesto en forma sincrónica o de forma independiente, se relaciona íntimamente con la oclusión y el sistema neuromuscular, posee mayor capacidad para resistir los procesos degenerativos y de regenerarse por sí sola que el cartílago hialino de otras articulaciones sinoviales.  La cápsula articular y muscular circundantes están inervadas y por lo tanto suelen ser el principal motivo de dolor en los desórdenes temporomandibulares (3).

Dentro de los factores etiológicos involucrados en el desarrollo de los trastornos temporomandibulares (TTM), se encuentran la colocación de una simple restauración dental alta que altera la oclusión, traumatismos, apertura excesiva de la boca durante periodos de tiempo prolongados sin el empleo de abrebocas de plástico, estrés emocional, disarmonía ortopédica que ocasiona cambios en la oclusión de paciente, bruxismo e hiperactividad muscular (3).

Otro trastorno común en la ATM (que no es doloroso), es la alteración interna del menisco, causante de un sonido de “click” que ocurre en los movimientos de apertura y cierre. Estudios epidemiológicos de los TTM, han determinado que el sonido de “click” es un trastorno muy común que se observa en el 30% de los adultos. Los mismos estudios han demostrado que existen ruidos articulares en individuos saludables, durante los movimiento de apertura y cierre; estos ruidos han sido reportados por individuos que no han padecido TTM (4).

Los desórdenes crónicos menos comunes son la artritis degenerativa, así como osteoartritis y osteoartrosis siendo más frecuentes en adultos de la tercera edad (5).

El trauma directo de la mandíbula representa un factor de riesgo etiológico.  Otras posibles etiologías para los TTM son los factores conductuales, que incluyen estrés, tensión y un enfoque somático (4). Dos de los síntomas comunes a los TTM son la cefalea tensional y el dolor de espalda. La fisiopatología de los TTM que se manifiestan principalmente con disfunción muscular dolorosa aun no es está muy clara; sin embargo se cree que se debe a la fatiga de los músculos de la masticación, adicionada con espasmos e inflamación de los tejidos musculares siendo más comunes en adultos de mediana edad (6).

El objetivo principal de una restauración dental, desde el punto de vista del paciente, es regresarle la estética, fonética, y salud (7).

Los dientes anteriores son el factor más importante para reconstruir el sistema estomatognático. En la dentición primaria  y, luego en la permanente, los órganos dentales que primero erupcionan son los incisivos centrales desarrollando un tope anterior para la mandíbula. Este tope es el resultado del contacto que existe entre los dientes incisivos centrales de la mandíbula y los incisivos centrales del maxilar proporcionando así una guía para los dientes posteriores, que les permite moverse en una adecuada posición y dentro de una dimensión vertical y la relación céntrica precisas (7).

La relación céntrica es el punto de partida para establecer la guía anterior, así como el sistema neuromuscular junto con los ligamentos capsulares, las estructuras óseas de los cóndilos y las paredes de las cavidades articulares son los factores limitantes para lograr la relación céntrica (8). 

Después de la relación céntrica, la guía anterior es la determinación más importante que se debe realizar cuando se restaura una oclusión. El éxito o fracaso de muchos tratamientos oclusales dependen de la guía anterior (9).

Se llama  guía anterior al contacto en los contornos linguales de los seis dientes anteriores superiores con las áreas incisal de los seis centrales inferiores en oclusión céntrica así como en protrusiva, latero protrusión y las excursiones laterales (10). Tiene la tarea esencial de proteger los dientes posteriores en los movimientos laterales y protrusivos de la mandíbula (10). Si comparamos la ATM con una articulación en bisagra, observaremos que la mayor fuerza que puede aplicarse sería en el área de molares y, los dientes anteriores, que se encuentran más lejos de la articulación, tendrán una posición más favorable para soportar fuerzas laterales. El objetivo principal de la guía anterior es hacer que las piezas anteriores sean lo más fuertes posibles para que puedan llevar a cabo su función masticatoria; así como ser cómoda, funcional y estable, incluso sin contacto posterior. Esto es, una buena guía anterior debe ser capaz de resistir por sí misma, sin ayuda de las piezas posteriores (9).

 

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