Tratamiento | 10 DIC 12

Utilización de rifampicina para el tratamiento de retinopatía serosa central

Se informa el caso de un paciente con retinopatía serosa central tratado con rifampicina y sus resultados.
Autor/a: Dres. Nathan C Steinle, Naina Gupta, Alex Yuan, Rishi P Singh Br J Ophthalmol 2012;96:10e13

Un paciente de sexo masculino, 68 años, afro-americano, fue sometido a cirugía de cataratas con implante de lentes intraoculares en el ojo de derecho, sin complicaciones. Al no mejorar la agudeza visual como era de esperar, se lo derivó a un especialista en retina.

Al ser examinado, se observó que el paciente presentaba alteraciones en el epitelio pigmentario de la retina en ambos ojos. Un angiograma fluoresceínico reveló varias áreas de hiperfluorescencia en ambas máculas, que se correspondían con las alteraciones observadas en el epitelio pigmentario retiniano (fig. 1). Las imágenes de tomografía de coherencia óptica de dominio espectral (TCO DE) mostraron fluidos subretinianos difusos en el ojo derecho, sin espacios cistoides intra-retinianos, con conservación del contorno foveal y coroides con espesor aumentado (Fig. 2 A). Sobre la base de dichos exámenes se diagnosticó retinopatía serosa central, crónica, multifocal. El paciente tenía antecedentes de diabetes, no insulino dependiente, pero no se observó retinopatía diabética en el fondo de ojo y su hemoglobina A1c fue 6,1% al momento de la evaluación inicial. La medicación sistémica del paciente, no podría haber contribuido al desarrollo de la retinopatía serosa central. El paciente declaró no haber consumido esteroides en ninguna forma. Se propuso al paciente terapia fotodinámica con verteporfin, pero eligió continuar con controles. Durante dos años, continuaron los controles y la negativa del paciente a la terapia fotodinámica. En dicho periodo la tomografía de coherencia óptica  mostró fluido subfoveal en ambos ojos (fig. 3).

En enero de 2011, el paciente experimento un rápido deterioro de la visión del ojo derecho. La TCO DE mostró un aumento de fluido subfoveal de 64 µm, con respecto a 14 días antes (fig. 2B). El paciente aceptó tratamiento oral con rifampicina 300 mg, dos veces por día. A las cuatro semanas, el paciente notó una mejoría significativa de la visión, que se confirmó mediante estudios, la agudeza visual mejor corregida mejoró de 20/200 a 20/70 en el ojo derecho. Asimismo, fue sorprendente observar que el fluido subretiniano crónico observado durante dos años en la TCO DE (fig. 3) había desparecido con 4 semanas de tratamiento con rifampicina (fig. “C, 4).




Fig. 1
Fotografías de fondo de ojo y angiograma fluoresceínico

 



Fig. 2. Tomografía de coherencia óptica de dominio espectral.
Ojo derecho. A) 26/I/09. B) 4/I/2011. C)7/I/2011

 

Fig. 3 Cuadro de mediciones del líquido subfoveal

La retinopatía serosa central se caracteriza por desprendimientos serosos de la retina secundarios a una o varias lesiones de epitelio pigmentario retiniano. En su forma crónica, la atrofia del epitelio pigmentario es multifocal y ampliamente difundida. Aunque no está claro cuál es su patogénesis, se ha demostrado que la RSC está asociada a hipercortisolismo, como en el síndrome de Cushing, embarazo, tratamiento con glucocorticoides sistémicos y estrés. La RSC crónica tiene altos índices de recurrencia y mal pronóstico visual. Los tratamientos recomendados normalmente son tratamientos contra el estrés, suspensión de tratamientos con corticosteroides, terapia fotodinámica con verteporfin y tratamiento láser.

El paciente mejoró con el tratamiento de rifampicina, sin embargo, luego de discontinuarlo, se produjo recurrencia de RSC, al repetir el tratamiento el paciente volvía a mejorar. Este patrón condujo a la investigación de las drogas antituberculosas del paciente, lo que reveló que la rifampicina tiene la capacidad de disminuir los niveles endógenos de esteroides y que quizás dicho mecanismo provoca la resolución de la retinopatía serosa central del paciente.

La inducción del citocromo P450, 3ª4 aumenta el metabolismo de esteroides endógenos, produciendo la mejoría de la RSC. Los efectos colaterales más comunes de la rifampicina son: rash, anorexia, molestias gastrointestinales, síntomas gripales, se manchan los lentes de contacto y aumentan las enzimas hepáticas. Antes de comenzar el tratamiento con rifampicina se recomienda analizar las enzimas hepáticas, bilirrubina, creatinina, hemograma completo y plaquetas. Se ha comprobado que un paciente puede ser tratado con rifampicina por periodos prolongados, como en el tratamiento de la tuberculosis.

Se proyectó continuar con el tratamiento en este paciente durante varios meses, luego discontinuarlo y controlar si hay signos de recurrencia de la RSC crónica. Sería interesante comprobar si una dosis menor de mantenimiento serviría para evitar la recurrencia.

 

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