Uveitis | 10 SEP 12

Métodos de diagnóstico actuales para la uveitis infecciosa anterior

Nuevos métodos que facilitan el diagnóstico para detectar uveitis infecciosa, diferenciándola de la idiopática.
Autor/a: Dres. Rebecca Stephanie Hunter, MD; Ann-Marie Lobo, MD International Ophthalmology Clinics,Volume 51, Number 4, 145–156

La uveitis es una inflamación de los tejidos que involucra el iris, cuerpo ciliar y la coroides, aunque también puede afectar otras estructuras intraoculares como la retina y nervio óptico. Constituye una de las principales causas de discapacidad visual, provocando casi 10% de la pérdida de visión en el mundo occidental y 30.000 casos de ceguera por año. La incidencia anual se estima entre 17 y 52 por cada 10.000 personas/año.

El Grupo Internacional de estudio de la uveitis ha desarrollado un método de clasificación de la uveitis de acuerdo con el sitio de la inflamación, aportando una mejora para el diagnostico y tratamiento de la uveitis. Dentro de esta clasificación, la uveitis anterior es la más común, representando 50-60% de todos los casos de uveitis.

La uveitis anterior puede tener una etiología infecciosa o no infecciosa. Algunas formas de uveitis pueden tener algunos rasgos sistémicos y oculares que permiten un rápido diagnóstico, como corio-retinitis localizada con vitritis adyacente a la cicatriz corio-retiniana en la toxoplasmosis ocular. Otras etiologías requieren mayor cantidad de estudios para su diagnóstico. A pesar de los nuevos métodos de diagnóstico, algunos estudios han encontrado que tan solo puede identificarse la etiología de la uveitis en 65% de los pacientes, el resto de los casos son considerados “idiopáticos”. Algunos estudios han demostrado que 40% de la uveitis anterior tienen como origen una patología idiopática. Dichos casos son atribuidos a un proceso autoinmune sistémico o una infección viral recurrente, sin embargo con las nuevas modalidades de diagnóstico y pruebas de laboratorio se empiezan a descubrir patógenos infecciosos subyacentes. En el presente estudio destacamos las nuevas modalidades de diagnóstico y los últimos patógenos que se han descubierto están implicados en la uveitis.

Un tercio de la población mundial está infectada con Mycobacterium tuberculosis. Dicha infección puede detectarse con un análisis  positivo de tuberculina, de todas formas dicho análisis carece de especificidad y el diagnóstico de tuberculosis, especialmente extrapulmonar, es difícil. Asimismo, se ha desarrollado el QuantiFERON-TB Gold test, que mide la liberación de interferon-γ luego de estimulación in vitro de linfocitos en pacientes con antígenos específicos de M. tuberculosis, que ha resultado tener menor tendencia a falso positivos en pacientes con vacuna BCG o expuestos a micobacterium atípico. Este análisis también es más  sensible en caso de pacientes inmunocomprometidos. La desventaja es que dicho estudio es costoso y no está disponible en cualquier laboratorio.

Tanto en uveitis anterior infecciosa como no infecciosa puede haber precipitados queráticos, aunque no es posible distinguir en un examen clínico entre un precipitado de origen infeccioso o no. El uso de tecnología de imágenes de alta resolución, alta magnificación, no invasivas, como la microscopía confocal in vivo y especular, ha proporcionado una nueva forma de estudiar los precipitados queráticos. Un estudio reciente que utilizó dicha técnica de microscopia confocal in vivo, llegó a la conclusión de que los precipitados correspondientes a pacientes con uveitis infecciosa son normalmente dendritiformes e infiltrados, mientras que en la no infecciosa son más globulares. De todas formas los autores advierten que la presencia de morfología de precipitados no infecciosa no excluye una etiología infecciosa. Es necesario seguir investigando las características morfológicas de los precipitados queráticos y su potencial para el diagnóstico.

La tomografía computada de alta resolución y tomografía de emisión de positrones (PET) son estudios utilizados normalmente para diagnóstico de infecciones sistémicas, aunque no se usan en general para el diagnóstico de uveitis, se ha comprobado que pueden servir. Un estudio realizado en India demostró que la tomografía computada de alta resolución puede servir para el diagnóstico de uveitis granulomatosa, especialmente asociada a tuberculosis. Cabe aclarar que se trataba de una zona con tuberculosis endémica.

Se ha informado que el estudio PET sirve para el diagnóstico de sarcoidosis ocular, pero para el diagnóstico de uveitis infecciosa debe ser investigado aún en mayor profundidad, aunque existen estudios sobre su utilidad en casos sospechosos de uveitis asociada con tuberculosis.

A finales del siglo XX volvió a utilizarse la paracéntesis de la cámara anterior para el diagnóstico de inflamación e infección intraocular. La mayoría de los estudios han investigado su  utilidad en el diagnóstico de uveitis infecciosa posterior. Algunos estudios han demostrado que el análisis del humor acuoso arroja un diagnóstico en un tercio de los pacientes con uveitis infecciosa posterior y tiene una sensibilidad de 82% y especificidad de 100%, lo que sería igual o mejor que la biopsia de vítreo. Comparada con otras técnicas más invasivas de recolección de fluidos intraoculares, la paracentesis de CA puede ser realizada en consultorio y dar resultados rápidamente.

Otras técnicas más invasivas son la aspiración con aguja de granuloma o nódulo del iris y la biopsia. Estas modalidades más invasivas están indicadas en casos altamente sospechosos de lesión neoplásica o granulomatosa atípica que no responden a tratamiento normal. Los patógenos asociados con nódulos en el iris son tuberculosis, propionibacterium acnes, VHS y candida albicans. Una vez identificado el patógeno el paciente suele responder bien al tratamiento antibiótico adecuado.

 

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