Los más comunes | 10 JUL 12

¿Qué son los tics y por qué aparecen?

Parpadear en exceso, rotar la cabeza sin sentido y hasta gritar aunque no se sienta miedo, son algunas de las expresiones de este complejo trastorno.

Por Mariana Israel 

Algunos parpadean en exceso, como si tuvieran una basurita en el ojo. Otros rotan la cabeza, como para aliviar una contractura. Y una minoría grita aunque no sienta miedo, o larga una catarata de palabrotas sin motivo. Así son los tics: imprevisibles y sin sentido. Pueden ser gestos normales -como guiñar un ojo- pero fuera de contexto.

Se calcula que afectan al 1% de los niños: "Es habitual que aparezcan entre los 6 y 8 años, y suele haber algún antecedente familiar", explicó el doctor Claudio Waisburg, director médico del Departamento Infanto Juvenil del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro.

Empeoran con la ansiedad, la fatiga y el estrés, pero esto no significa que sean "tics nerviosos", como se los conoce. "Los tics se deben a un trastorno en el desarrollo neurológico de los hábitos: hay un cortocircuito en los mecanismos de inhibición y por eso se escapan estos actos repetitivos", definió la doctora Beatriz Moyano, directora del Centro Interdisciplinario de Tourette, TOC y Trastornos Asociados.

Los motivos de fondo son, sobre todo, genéticos y perinatales: bajo peso al nacer, tabaquismo o estrés extremo de la madre durante el embarazo, intoxicaciones, falta de oxígeno en el momento del parto, entre otros.

La buena noticia es que en el 75% de los casos, los tics desaparecen en la adultez. Sin embargo, la consulta médica es clave.

Más allá del tic

Es importante que aquellos padres con un hijo que padece un tic hagan la consulta médica. En lo posible, a un neurólogo especialista en movimientos anormales o a un psiquiatra infantil. "La razón es descartar otras enfermedades. Dependiendo de la extensión del área del neurodesarrollo afectada, los chicos, además de tics, pueden tener trastornos del aprendizaje, déficit de atención, problemas de control de los impulsos, ansiedad y trastornos obsesivos compulsivos (TOC)", indicó la doctora Moyano, que es también jefa de la Unidad de TICS y Tourette del Instituto de Neurociencias de Favaloro y vicepresidenta de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad. Señaló que más de la mitad de los chicos con tics que trata, tiene, además, déficit atencional.

El tic puede desaparecer con la edad, pero los problemas asociados, no. Por esto, hay que consultar para saber con qué se lidia y cómo.

El tratamiento involucra a padres, maestros, neurólogos, psicopedagogos, psicólogos y psiquiatras. "Una terapia con buenos resultados es la técnica de reversión de hábitos -afirmó la doctora-. Consiste en enseñar a la persona a reconocer las sensaciones previas al tic. Y entrenarla para que, cuando siente que está por venir, haga un movimiento contrario. Por ejemplo, si el tic es llevar la cabeza hacia atrás, se le dice que lleve el mentón al pecho. Así se van extinguiendo las sensaciones molestas que dan origen al gesto".

"La medicación se aplica cuando los tics son severos o estigmatizantes", aclaró Moyano.

En casa, se aconseja a los padres "explicar a los chicos lo que tienen, para que ellos puedan contárselo a sus compañeros de clase".

 

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