En un banco, en una plaza, hay sentados un niño y una niña. Tienen la cara tapada y no se puede deducir por la ropa que usan de qué sexo es cada uno. Se sabe que al menos uno de los dos miente. No se sabe cuál. Más aún: podría ser que mintieran los dos, pero lo que es seguro es que alguno de los dos no dice la verdad.
Se produce entonces el siguiente diálogo.
Niño 1: “Yo soy una nena”.
Niño 2: “Yo soy un varón”. (*)
Con estos datos, ¿puede deducirse el sexo de cada uno?
Como usted advierte, el planteo es fácilmente comprensible. Le sugiero que ahora le dedique un poco de tiempo y fíjese si puede alcanzar a responder la pregunta.
Solución
Como se sabe que al menos uno de los dos niños miente, la situación se reduce a analizar los siguientes tres casos:
1) Que el niño 1 mienta y que el niño 2 diga la verdad.
2) Que sea el niño 2 el que mienta mientras que el niño 1 diga la verdad.
3) Que mientan los dos: niño 1 y niño 2.
Veamos juntos si con la estrategia de analizar cada caso por separado, y usando las dos frases que dijeron ambos (releer (*)), es posible deducir el sexo de cada uno.
Caso 1: el niño 1 miente y el niño 2 dice la verdad. En ese caso, leyendo (*), se deduce que:
a) El niño 1 es un varón (ya que sabemos que miente y había dicho que es una nena).
b) El niño 2 es un varón también (ya que dice la verdad).
Comentarios
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