Día de San Valentín / Que dice la ciencia sobre el enamoramiento | 14 FEB 12

Anatomía del flechazo: cómo nace el amor

Alcanza con una mirada, un roce o una sonrisa para que se desencadenen procesos químicos que alteran el organismo y el cerebro.

Por Laura Reina

El corazón se acelera, la presión arterial aumenta, la piel enrojece y hasta se produce una inhibición de movimientos del sistema digestivo. Parece lo menos apropiado para una cita amorosa, pero es lo que sucede cuando alguien se enamora.

Basta una mirada, una sonrisa, un roce para desencadenar en el cuerpo un proceso incontrolable como el flechazo, la razón por la que hoy millones de parejas en el mundo rinden tributo al amor evocando a San Valentín. Este proceso se desarrolla en el cerebro, bien lejos del corazón, y se produce en menos de un segundo.

Según Juan Carlos Calvo, doctor en Ciencias Químicas de la UBA, investigador principal del Conicet y autor del libro ¡Qué porquería las hormonas! , es acertado hablar de "la química del amor".

"Si estamos excitados o deprimidos, contentos o amargados, expresamos internamente esas situaciones con cambios en las concentraciones de determinadas sustancias, muchas de las cuales se sintetizan o actúan sobre el sistema nervioso. Hoy sabemos que existe una interconexión impresionante entre todos estos sistemas y nuestra psiquis", explica.

"En el flechazo -detalla Agustín Ibáñez, director del Laboratorio de Psicología Experimental y Neurociencias (Ineco)- se activan mecanismos como la serotonina y la dopamina, que están asociados con el placer. Y, al mismo tiempo, se desactivan los mecanismos de defensa que dejan a la persona «con la guardia baja»."

"Además -agrega Ibáñez-, se producen altos niveles de oxitocina y vasopresina, dos hormonas que cumplen un papel crucial en la consolidación del vínculo amoroso. Existen, también, ciertos inductores del flechazo asociados con vectores universales, como el atractivo físico, la fijación de la mirada, la simetría facial y la relación cintura-cadera, que son captados por nuestros sentidos, especialmente por la vista."

"Son características asociadas con la reproducción", describe Calvo, para quien definitivamente existe "el amor a primera vista".

"Parecería que una relación cintura/cadera de 0,7 es la medida ideal para que el hombre se sienta atraído por una mujer. Proporciones en la cara, relacionando distribución y tamaño entre los ojos, la nariz y la boca, también expresarían números «mágicos» que enamoran", agrega Calvo.

 

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