Informe de la Academia Estadounidense de Pediatría | 31 DIC 11

Los niños pobres no tienen suficiente tiempo para jugar

Los padres deben recordar que los juguetes costosos que no siempre pueden comprar no son necesariamente los mejores para el desarrollo de sus hijos.

Por Amy Norton

NUEVA YORK (Reuters Health) - Los niños de barrios urbanos pobres necesitan más tiempo para jugar, sostiene un informe de la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés).

Muchos especialistas habían manifestado que los niños casi no tienen tiempo para el juego desestructurado, que es importante para el desarrollo mental y físico infantil.

El nuevo informe llega luego de que la AAP aseguró hace varios años que los niños de las zonas suburbanas de Estados Unidos están "sobre-exigidos" con clases formales y particulares, lo que les deja poco tiempo para jugar.

"No es lo mismo con los niños pobres. Pero, aun así, ellos tampoco tienen tiempo libre para el juego", dijo la doctora Regina M. Milteer, autora principal del estudio.

Los problemas, especialmente en las ciudades, son la falta de lugares seguros para jugar, que los padres están demasiado ocupados en tratar de pagar la casa y otras necesidades básicas, y las escuelas están reduciendo el recreo y la educación física para dar más clases.

En las zonas pobres del país, en especial, las escuelas deben reducir la brecha en el rendimiento estudiantil. "En un tercio de las escuelas con las tasas más altas de pobreza, se eliminó el recreo", dijo Milteer.

Un 70 por ciento de las escuelas primarias del país ofrece un recreo diario, según concluyó recientemente una encuesta a directores de escuelas de Estados Unidos. Pero eso no es lo que recomiendan muchos expertos.

La Academia Estadounidense del Corazón aconseja que los niños gocen de 20 minutos diarios de receso y 2,5 horas semanales de educación física. Según la AAP, el juego es clave para el desarrollo infantil.

Milteer señaló que el juego libre tiene beneficios únicos, como aumentar la imaginación y enseñarles a los niños habilidades sociales y de negociación. "Aprenden cómo jugar bien en el arenero", dijo.

Milteer recordó un estudio del 2009 sobre 11.000 alumnos de tercer grado que había demostrado que los niños que tienen recreos regulares reciben calificaciones más altas en conducta escolar.

Los resultados no prueban que el recreo sea el motivo, pero Milteer opinó que es lógico que los niños, como los adultos, se concentren mejor si toman un descanso durante el trabajo.

Ese estudio demostró también que los niños que habitualmente no tenían recreos tendían a ser negros, pobres y vivir en ciudades grandes.

Una manera de ayudar a los niños pobres de las ciudades es "alentar a las escuelas a mantener los recreos y las clases de educación física", indicó Milteer.

Además, las ciudades y los barrios deberían incluir "más espacios seguros" para que los niños jueguen, como los patios de juego de las escuelas, que podrían quedar abiertos durante la tarde y los fines de semana, bajo supervisión.

Para la autora, los padres deben recordar que los juguetes costosos que no siempre pueden comprar no son necesariamente los mejores para el desarrollo de sus hijos.

Los juegos simples y más tiempo al aire libre con los padres van más allá. "Algo que los niños siempre quieren es la atención de sus padres", finalizó Milteer.

FUENTE: Pediatrics, online 26 de diciembre del 2011

 

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