Cirugía mínimamente invasiva | 01 NOV 11

Un agujero de 0,5 milímetros para intervenir el túnel carpiano

Llega la cirugía mínimamente invasiva para el paciente que pierde fuerza en la mano y no puede hacer vida normal - 26.000 personas se operan al año en España.

EMILIO DE BENITO  -  Madrid 
 
Hay avances que se miden en milímetros. En este caso, los 0,5 de la incisión que José Manuel Rojo acaba de practicar en la muñeca de María Pilar Exojo en un quirófano de la unidad de cirugía ambulatoria del hospital Gregorio Marañón de Madrid. "Los libros dicen que para operar el túnel carpiano hay que hacer una incisión de cuatro centímetros, pero mira esta", dice el médico con orgullo.

También se puede medir en minutos. De los 15 minutos de operación propiamente dicha (desde que el paciente está anestesiado y el médico listo) de la técnica tradicional a los menos de cinco del método desarrollado por Rojo, que en esta demostración para EL PAÍS se ha recreado en las explicaciones y ha utilizado casi 10. "Y eso es dinero; en las operaciones donde se ahorran, al menos, 2.000 euros", añade.

O en días. De los menos de tres que calcula que va a tardar Pilar Exojo en recuperarse, a las seis semanas de media que lleva el posoperatorio tradicional (y eso si no se complica, como le pasó a Exojo hace tres años, que estuvo dos meses y luce una cicatriz de cuatro centímetros en la otra muñeca).

La operación de túnel carpiano es la más frecuente de las de mano. Solo en Madrid se practican unas 4.000 al año (lo que, extrapolado, da más de 26.000 en España). Consiste en liberar los nervios de la presión de una polea que los fijan en el paso más estrecho que va desde el brazo a la mano, a la altura de la muñeca -una especie de desfiladero lleno de vasos sanguíneos, tendones y nervios que hacen que funcione la herramienta más precisa del ser humano, la mano-. Parece una tontería, pero no lo es. Cuando esta brida aprieta, el paciente pierde fuerza, siente dolor y queda imposibilitado para llevar una vida normal.

Rojo tuvo la idea de simplificar el proceso viendo a los fabricantes de maquetas que construyen barcos dentro de botellas. "Solo que la muñeca no es transparente como el vidrio", dice el médico. Pero el efecto lo ha conseguido con un ecógrafo portátil, con el que el cirujano se orienta para abrir un pequeño túnel desde el antebrazo, dos dedos antes de la muñeca, por el que introducirá la aguja provista de una cuchilla que le permitirá cortar la polea que oprime a los nervios. Lo hace con una pequeña aguja con la que va abriendo un camino aprovechando uno natural entre el techo del tendón y la parte más externa de la mano.

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024