Investigación de dos niñas de primaria | 20 OCT 11

Es fácil confundir medicamentos y caramelos

En un estudio realizado por dos niñas de una escuela primaria, los bebés y los maestros se confundieron el veinte por ciento de las veces.

Cuando se trata de diferenciar entre los caramelos y algunos fármacos, los maestros son casi igual de propensos a cometer un error que los niños de kindergarten, según una investigación reciente llevada a cabo por dos emprendedoras estudiantes de primaria.

Casey Gittelman, que ahora tiene 12 años de edad, y su amiga Eleanor Bishop, mostraron un botiquín especial lleno de medicinas y caramelos a maestros y alumnos de kindergarten en la Escuela Primaria Ayer en Cincinnati, para ver qué tan bien podían distinguir entre ambos.

"Nadie pudo diferenciar bien entre un fármaco y un caramelo", señaló Gittelman, que actualmente está en séptimo curso. "A los niños que no podían leer les fue peor", añadió.

Gittelman presentará los hallazgos el lunes en la Conferencia y exhibición nacionales de la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP), en Boston.

Treinta maestros y treinta estudiantes de kínder fueron seleccionados para participar en el estudio. El padre de Gittelman, el Dr. Michael Gittelman, pediatra del Centro Médico del Hospital Pediátrico de Cincinnati, ayudó a las niñas con el estudio. El Centro de Información sobre Drogas y Venenos del hospital proveyó el botiquín, especialmente abastecido.

Los pequeños estudiantes pudieron distinguir entre dulces y medicinas el 71 por ciento de las veces. A los maestros les fue ligeramente mejor, distinguiendo medicamentos de dulces el 78 por ciento de las veces. Apenas 67 por ciento de los niños que aún no podían leer pudieron identificar correctamente qué era un dulce y qué era una medicina.

Los dulces conocidos como Sweet Tarts se confundieron comúnmente con Tums (53 por ciento) o con Mylanta (53 por ciento). La mitad de las veces, los dulces Reese's Pieces se confundieron con Sine-Off, un medicamento descongestionante. Y los dulces M&M se confundieron con Coricidin el 43 por ciento de las veces. Coricidin es otro fármaco descongestionante.

Según el estudio, los medicamentos y los dulces de forma circular y que tenían colores y un tono similares sin marcas distintivas eran los que se identificaban erróneamente con mayor facilidad.

"La FDA trabaja mucho para intentar hacer que los medicamentos sean agradables para los niños. Pero es difícil conseguir el equilibrio entre hacer que un niño esté dispuesto a tomar un fármaco sin que sea tan sabroso que lo quiera tomar todo el tiempo. No es una ciencia fácil", aseguró el Dr. Robert Squires, director clínico de gastroenterología pediátrica del Hospital Pediátrico de Pittsburgh.

 

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