La luz solar predispone a la mejora anímica | 18 SEP 11

La llegada de la Primavera cambia el humor de la gente

Según una encuesta, los argentinos la relacionan con el amor, el renacer y la juventud.

Para los expertos en neurociencias, estas sensaciones tienen su explicación: la luz solar predispone a la mejora anímica. Para la mayoría es la mejor estación del año.

Por Gisele Sousa Dias

Botticcelli la pintó y Mercedes Sosa la interpretó equiparándola con un renacer: “ Hay que sacarlo todo afuera, como la primavera. (...)Para que adentro nazcan cosas nuevas”.

Antonio Machado le escribió a una “ primavera que besaba ” y Pedro Aznar le cantó “ vuelta a brillar, suelta tu mal, vuelta a brillar, porque el invierno volverá ”. La sensación de marchitarse en invierno para después florecer, se ve, nos atraviesa. Eso porque lo que se esconde detrás de los pajaritos de colores, la alegría injustificada y las frases hechas, es lo que el sol es capaz de provocar en el cuerpo.

Amor, renacer y juventud. Esas son las primeras abstracciones que aparecen en septiembre, según una encuesta de D´Alessio Irol exclusiva para Clarín.

Para la mayoría es la estación preferida del año y eso se debe a que la llegada del sol dispara un estado contagioso e indisimulable: el buen humor.

“La luz solar tiene un efecto directo sobre el estado de ánimo. De hecho, para la depresión estacional (que ocurre en invierno) uno de los tratamientos es dar luz, dar primavera”, introduce el biólogo Diego Golombek. “Pero a lo biológico hay que sumarle lo social: si hay más horas de sol salimos más y si tenemos mejor humor tenemos más ganas de relacionarnos. Además, usar menos ropa representa un ícono cultural que hace que miremos al otro y nos miremos de un modo diferente”.

Tal es la necesidad del cerebro de recibir luz solar que varios estudios científicos hablan, incluso, de “adicción”. “Se ha demostrado que existen neuronas que se activan frente a la luz, y que muchas se ubican en áreas del cerebro que son críticas para nuestro ánimo. Pero además, cuando se activan, ponen en marcha circuitos del cerebro que incluyen a las áreas del placer y de la recompensa: las mismas que se activan frente al sexo, las drogas, el chocolate y otros estímulos positivos”, describe Ezequiel Gleichgerrcht, investigador en neurociencias cognitivas de INECO. “Para muchos científicos, esto podría explicar que algunas personas desarrollen una adicción a la exposición solar, pues al activar circuitos de recompensa, se perpetúan las conductas”.

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

CONTENIDOS RELACIONADOS
AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024