Terapia cognitiva / Cómo hacer para "desaprender lo aprendido" | 30 JUL 11

El amor, al tope de los sufrimientos

El psicólogo Walter Riso insta a educar a la mente para que "piense bien", de modo de transformar ese hábito en bienestar.

Loreley Gaffoglio

A simple vista, el postulado puede parecer hasta ramplón: "Quien piensa bien, se siente bien. Quien piensa mal, se siente mal". Pero ese epítome de la psicología cognitiva suma cada vez un mayor aval científico y hoy goza de una adhesión inusitada en el país y en hispanoamérica, empujada por su principal divulgador, el psicólogo cognitivo Walter Riso.

El axioma no se refiere a la "imposición" de pensar positivamente o de forma esperanzada, sino a pensar sin distorsiones. Poder comprender cómo la mente procesa la información que recibe para, antes de actuar, sopesarla desde un plafón bien racional, sin por ello marginar a la emoción.

En otras palabras, se trata de abrazar la metacognición : pensar sobre lo que pensamos, ya que ello determina el comportamiento y bienestar humanos.

Y pensar sobre lo que pensamos incluye la elección de la pareja. Tanto es así que hoy -según Riso- el amor encabeza el ranking de los sufrimientos.

Así lo explica a LA NACION el especialista en su reciente visita al país. Terapeuta de la disciplina racional-emotiva e investigador del área cognitiva del comportamiento, Riso vive entre Barcelona y Medellín y es, además, un infatigable hacedor de best sellers . Lleva publicados más de una veintena de títulos, de divulgación y académicos, vinculados entre sí: el hilo conductor es lo que acuñó como "malestares y adicciones posmodernos" y así indaga en una ristra de comportamientos perjudiciales.

Entre ellos, la dependencia emocional y las conductas compulsivas, el analfabetismo amoroso y los fracasos afectivos seriales, la rigidez mental y la inadaptabilidad a una era de cambios constantes. Además, la prevalencia del combo ansiedad-depresión motivado, en parte, por las distorsiones del pensamiento y por expectativas irracionales, de resultados extraordinarios obtenidos con rapidez ultrasónica.

Esos "desvíos" sumados y anquilosados en la psiquis sumergen hasta a un 30 por ciento de la población en diversos cuadros depresivos y ansiosos, en los cuales la diátesis (la predisposición y vulnerabilidad del individuo) es cada vez mayor, según afirma Riso. Pero advierte que las versiones más severas de esas patologías afectan a un porcentaje menor: el 4% de las personas.

"El consultorio es un muestrario implacable de mucho sufrimiento inútil vinculado a sesgos o errores cognitivos que deberían atacarse: las creencias irracionales, los esquemas inconducentes de pensamiento, los falsos apegos, las expectativas desmedidas, la alta propensión al autoengaño, la manipulación, el boicot.

"Si se logra entender cómo funciona lo absurdo, lo inútil y lo peligroso de la mente, se puede decidir si vale la pena intentar modificarla. En mi experiencia, al concientizar cómo funcionamos, podemos desaprender lo aprendido, sin que ello suponga subestimar a la emoción y al afecto. Por ejemplo, la mente siempre intenta autoperpetuarse y, por ello, rechaza, ignora o distorsiona la información que se aleja de sus creencias", explica Riso.

Contra las deformaciones

Los tres pilares que propone para corregirla son: impedir que la mente se mienta a sí misma y encaminarse hacia un realismo crudo, aprender a perder y adoptar un sesgo de humildad y discriminar cuándo se justifica actuar y cuándo no para actuar con sentido común y sabiduría.

Riso está convencido de que los especialistas en salud mental deben tener un pie en la academia y otro en la divulgación para promover información científica valiosa que cree prevención en salud mental.

Otro malestar acentuado en la posmodernidad son los diferentes tipos de dependencias que muchas veces pasan inadvertidas por tratarse de adicciones sin droga: a la compra, a Internet, a la alimentación sana, a las relaciones afectivas, al ejercicio físico, a la moda, a la belleza... La incidencia de conductas compulsivas dañinas en la población es alta, afirma. "Si bien todavía no están clasificadas en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, el DSM-IV, se trata de claros ejemplos de adicciones comportamentales. Ante ellas, trabajar la moderación resulta extremadamente complejo ya que la sustancia de consumo no es prohibida.

"Pero, de todas, la que muestra una prevalencia altísima, del orden del 15%, es la dependencia afectiva. Y ello abarca casos bien disímiles: van desde sentirse incompleto, a la ilusión de pretender que dos sean uno, y al sometimiento, «porque el amor todo lo soporta o peor es estar solo», repiten los pacientes. Incluso, a permanecer en una relación donde uno de los dos sabe que no es amado, pero se queda allí igual.

"En la dependencia patológica, en cambio, la cuestión está en la cantidad, en la posesión y el afán de control: lo excesivo se suele esparcir a todas las acciones y emerge con nitidez en delirios de celos infundados. Porque aclaro que los celos, cuando están fundamentados, son aceptables y hasta buenos para la pareja", afirma.

La educación en la autonomía, el fortalecimiento de la propia vida interior, la eliminación de ataduras psicológicas, aprender a lidiar con la incertidumbre propia de las relaciones afectivas, junto con saber afrontar el miedo a la pérdida, la soledad o el abandono, conforman el basamento desde el cual la terapia cognitiva trabaja con los apegos desmedidos. "El amor sano siempre es una suma de dos, en la cual nadie pierde", subraya Riso.

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

CONTENIDOS RELACIONADOS
AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024