A 30 años del descubrimiento de la enfermedad | 07 JUN 11

¿El fin del sida está cerca?

Los drásticos avances científicos desde que el VIH fue descubierto hace 30 años hacen que el virus ya no sea una sentencia de muerte.
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Panorama en cifras

Por Kate Kelland

 LONDRES (Reuters) - Para sus doctores, Timothy Ray Brown fue un intento a ciegas.

 Un estadounidense VIH positivo que se curó gracias a un tipo único de trasplante de médula ósea, el hombre conocido como "el paciente de Berlín" se ha convertido en un ícono de lo que los científicos esperan que sea la próxima fase de la epidemia del sida: su final.

 Los drásticos avances científicos desde que el VIH fue descubierto hace 30 años hacen que el virus ya no sea una sentencia de muerte.

 Gracias a análisis que detectan el VIH de forma temprana, nuevos medicamentos antirretrovirales contra el sida que pueden controlar el virus durante décadas y a una serie de formas de impedir que se propague, 34 millones de personas de todo el mundo están aprendiendo a vivir con VIH.

 Personas como Vuyiseka Dubula, una activista de la lucha contra el sida y madre VIH positivo de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, pueden esperar tener vidas relativamente normales y plenas. "No pienso para nada en la muerte. Estoy sometiéndome al tratamiento y viviendo mi vida", asegura.

 Sin embargo, en el 30 aniversario del descubrimiento del VIH, la comunidad científica internacional se dispone con renovado vigor a intentar eliminarlo. La campaña tiene que ver en parte con la ciencia, y en parte con el dinero. Someter a pacientes con VIH a tratamientos con fármacos sofisticados durante toda la vida se está tornando imposible de costear.

 La atención de los pacientes con VIH sólo en países en desarrollo ya cuesta alrededor de 13.000 millones de dólares al año y esta cifra podría triplicarse en los próximos 20 años.

 En momentos económicos difíciles, la necesidad de encontrar una cura se ha vuelto más urgente, dice Francoise Barre Sinoussi, quien ganó el premio Nobel por su labor en la identificación del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

 "Debemos pensar a largo plazo, incluyendo una estrategia para encontrar una cura. Debemos seguir buscando hasta encontrarla", dijo la científica.

 El paciente de Berlín es la prueba de que se puede. Su caso dio nueva energía a un campo donde las personas creían durante años que hablar de una cura era una irresponsabilidad.

 LA CURA QUE FUNCIONO

 Timothy Ray Brown estaba viviendo en Berlín cuando, además de ser VIH positivo, sufrió una recaída de leucemia.

 Se estaba muriendo. En 2007, su doctor, Gero Huetter, realizó una sugerencia radical: un trasplante de médula ósea usando células de un donante con una inusual mutación genética, conocida como CCR5 delta 32. Los científicos sabían desde hace años que las personas con esta mutación genética habían resultado resistentes al VIH.

 "Cuando empezamos este proyecto no sabíamos realmente qué podría pasar", dijo Huetter a Reuters, un oncólogo y hematólogo que ahora trabaja en la Universidad de Heidelberg, en el sur de Alemania.

 El tratamiento bien podría haber acabado con Brown. En cambio, él es el único humano que logró curarse del sida.

 "No presenta replicación viral y no está tomando medicación alguna. Y probablemente no tenga más problemas con el VIH", dice Huetter. Brown se mudó a San Francisco.

 La mayoría de los expertos dice que es inconcebible que el tratamiento que recibió Brown pueda ser una forma de curar a todos los pacientes.

 El procedimiento fue costoso, complejo y riesgoso. Para hacérselo a otros, deberían hallarse donantes exactamente compatibles en la pequeña proporción de personas -en su mayoría con ascendencia del norte de Europa- con la mutación que los torna resistentes al virus.

 El doctor Robert Gallo, del Instituto de Virología de la Universidad de Maryland, lo pone en términos concretos.

 "No es un procedimiento práctico y puede causar la muerte de personas", dijo a fines del año pasado.

 Sinoussi fue más explicativa.

 "Es claramente irrealista pensar que este enfoque extremadamente costoso y apenas reproducible pueda ser replicado y ampliado (...) pero desde un punto de vista científico, ha demostrado que la cura es posible", dijo la científica.

 La Sociedad Internacional del sida añadirá formalmente este mes el objetivo de encontrar una cura a su estrategia de prevención, tratamiento y atención del VIH.

 Un grupo de activistas también está por lanzar un grupo de trabajo internacional para elaborar un plan de ataque científico y persuadir a Gobiernos e instituciones para que destinen más fondos.

 El dinero está empezando a llegar. Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos están solicitando propuestas para un subsidio de investigación conjunta de 8,5 millones de dólares para buscar una cura.

 Además, la Fundación para el Estudio del sida o amfAR, acaba de anunciar su primera ronda de cuatro subsidios a grupos de investigación "para desarrollar estrategias para erradicar la infección del VIH".

 EL COSTO DEL TRATAMIENTO

 Hasta hace poco, las personas en los círculos de VIH y sida temían que destinar fondos a la búsqueda de una cura podía implicar restarle mérito a la lucha para que las personas VIH positivo recibieran tratamiento.

 Incluso hoy, poco más de los cinco millones de las aproximadamente 12 millones de personas que necesitan los medicamentos realmente lo reciben.

 El VIH surgió por primera vez en 1981, cuando científicos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) descubrieron que era la causa del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).

 Un artículo en el Informe Semanal sobre Morbilidad y Mortalidad del CDC de junio de ese año hacía referencia a "cinco jóvenes, todos homosexuales activos" de Los Angeles como los primeros casos documentados.

 "Ese fue el verano (boreal) de 1981. Para el mundo era el comienzo de la era del VIH/sida, aunque no lo conocíamos como VIH entonces", dijo Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, quien ha hecho de la investigación de la enfermedad el trabajo de toda su vida.

 En las tres décadas subsiguientes, la enfermedad tildada de forma ignorante como "la plaga gay" se ha convertido en una de las más atroces epidemias de la historia humana.

 Transmitida por el semen, la sangre y la leche materna, el VIH ha devastado las regiones más pobres, especialmente Africa Subsahariana, donde vive la gran mayoría de las personas VIH positivo.

 A medida que aparecen más análisis y tratamientos, el número de nuevos contagios ha estado disminuyendo. Pero por cada dos personas con VIH que tienen la posibilidad de ser tratadas con medicamentos antirretrovirales, cinco personas más se suman a la lista de "nuevos infectados".

 

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