Mary Elizabeth Dallas
La obesidad y la resistencia a la insulina constituyen un mayor riesgo para desarrollar hígado graso que el consumo moderado de alcohol, según un nuevo estudio que encontró que beber cantidades moderadas de vino tinto no supone un riesgo mayor para desarrollar dicha condición.
Para el estudio, publicado en línea el 23 de mayo en la revista Annals of Medicine, investigadores suecos instruyeron a 44 personas a que se abstuvieran de alcohol o tomaran entre una (mujeres) a dos (hombres) copas de vino tinto al día durante tres meses. Al principio y al final de los tres meses, los investigadores recolectaron las muestras de sangre y resonancias magnéticas realizadas para medir el contenido graso de los hígados de los participantes.
"Resultó que la cantidad de grasa en el hígado estaba relacionada con obesidad y resistencia a la insulina y casi no se vio afectada por el vino tinto. Específicamente, luego de tres meses, ninguno de los bebedores de vino había desarrollado hígado graso o elevado los niveles de transaminasas hepáticas, dijo en un comunicado de prensa del Consejo Sueco de Investigación el Dr. Stergios Kechagias, especialista en hígado en la Universidad de Linkoping.
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