Asignación del paciente al tratamiento | 14 MAR 11

Desintoxicación y tratamiento del paciente con abuso de sustancias

Entre las cuestiones que obstaculizan la atención del paciente que requiere desintoxicación se incluyen las limitaciones económicas e inherentes al contexto de atención, la falta de autoridad y conocimiento de los profesionales y la ausencia de un seguro de salud adecuado.

Objetivos

El presente artículo se realizó con el objetivo de definir los criterios de asignación de los pacientes que reciben tratamiento de desintoxicación por abuso de sustancias a un determinado plan terapéutico. 

Contexto de atención

La creación de un sistema de atención eficiente y rentable en un contexto adecuado a las necesidades del paciente que requiere desintoxicación es un desafío. Entre las cuestiones que obstaculizan la atención se mencionan las limitaciones económicas e inherentes al contexto de atención, la falta de autoridad y conocimiento de los profesionales y la ausencia de un seguro de salud adecuado. Hasta el momento no existe una solución para superar estos obstáculos, aunque se lograron ciertos avances. 

Tanto el contexto como la intensidad del tratamiento son importantes. Por este motivo, la American Society of Addiction Medicine (ASAM) elaboró el consenso Patient Placement Criteria, Second Edition, Revised (PPC-2R). De acuerdo con este consenso, la asignación del paciente a un determinado tratamiento debe efectuarse sobre la base del cuadro agudo de intoxicación y el potencial de abstinencia y las condiciones y complicaciones biomédicas, emocionales, cognitivas y conductuales. También se considera la importancia del deseo de cambio, los problemas vinculados con la aparición de recaídas y el entorno del paciente.

El criterio clínico y la situación de cada paciente son importantes respecto de la aplicación de una estrategia adecuada de desintoxicación y tratamiento. La ASAM definió niveles de asignación de los pacientes según las necesidades de atención que incluyen la desintoxicación ambulatoria con intervalos predeterminados de evaluación o con evaluación continua, la desintoxicación en un contexto no ambulatorio con supervisión médica continua o sin ella y, por último, la desintoxicación del paciente internado en un contexto de atención aguda. De acuerdo con el PPC-2R de la ASAM, la desintoxicación no sólo se vincula con el manejo de la abstinencia sino con la interrupción del consumo compulsivo en presencia de dependencia de sustancias.

Consultorio médico

Los problemas vinculados con el consumo de sustancias son muy frecuentes en el ámbito de la atención primaria. El médico es el primer punto de contacto con el sistema de atención y, en consecuencia, el inicio del tratamiento tendrá lugar en el consultorio. Por este motivo, el médico debe determinar la necesidad de desintoxicación ambulatoria, que será tan eficaz como la internación en presencia de abstinencia leve a moderada. La preparación del paciente para recibir un tratamiento y la creación de una alianza terapéutica deben ser cuestiones prioritarias e incluir el aporte de información y la integración de la familia. Finalmente, los profesionales deben procurar un seguimiento adecuado durante la abstinencia aguda.

La desintoxicación ambulatoria sin evaluación extendida en el lugar de atención tiene lugar en un servicio ambulatorio organizado que brinda atención a intervalos regulares y pautados previamente bajo políticas y protocolos predefinidos. Sólo puede aplicarse si el paciente cuenta con una red de apoyo social adecuado. La abstinencia debe alcanzarse en forma segura y cómoda para facilitar la transición del paciente hacia el tratamiento y la recuperación. En caso de desintoxicación aguda con evaluación extendida en el lugar de atención es fundamental la disponibilidad de personal de enfermería con formación adecuada para evaluar a los pacientes. El servicio debe ser ambulatorio y organizado, con sesiones regulares predefinidas. El objetivo es lograr la abstinencia y facilitar el tratamiento y la recuperación.

Los médicos y enfermeros son fundamentales para lograr la desintoxicación de los pacientes. Dado que la desintoxicación será ambulatoria, el personal debe estar entrenado para evaluar la abstinencia y la seguridad del proceso de desintoxicación. Es importante que los médicos estén disponibles rápidamente ante cualquier necesidad o emergencia. El personal debe ser capaz de interpretar los signos y síntomas de intoxicación, conocer el tratamiento adecuado y facilitar su cumplimiento por parte del paciente. La vinculación del individuo con los servicios terapéuticos también es deseable, aunque a veces no resulta posible debido al monto de trabajo. 

Servicios independientes de urgencias o emergencias

Los servicios de atención de urgencias son utilizados por pacientes que no pueden esperar hasta la consulta con su médico, en tanto que los servicios de emergencia son utilizados en situaciones de crisis. Mientras que en el primer caso la atención tiene lugar durante horas determinadas y es propiciada por menos personal, los servicios de emergencias operan durante las 24 horas. A pesar de las diferencias mencionadas, existe una superposición considerable entre ambos servicios. Lamentablemente, en general, los servicios independientes de urgencias o emergencias no brindan estabilización satisfactoria.

La evaluación oportuna y precisa es especialmente importante en los servicios de emergencia ya que permitirá derivar al paciente para que reciba un tratamiento completo. En este caso, el paciente intoxicado o que inició la abstinencia no debe ser enviado a su hogar inmediatamente luego de recibir medicación. La derivación a un servicio de desintoxicación es fundamental. Además, es importante diferenciar entre la intoxicación aguda y la abstinencia y tener en cuenta el riesgo de suicidio mediante una atención especial. Los pacientes atendidos presentan cuadros lo suficientemente graves para requerir cuidados profesionales. La atención es suministrada según protocolos y procedimientos predefinidos.

Tanto en los servicios de urgencias como emergencias se inicia la desintoxicación, aunque en ninguno de los contextos podrá brindarse estabilización satisfactoria y evaluación adecuada. En cambio, se brindará atención al estado de crisis y el tratamiento no podrá completarse hasta la vinculación del paciente con un servicio de atención específico para el trastorno en cuestión. Por este motivo, es fundamental la evaluación psicosocial y biomédica. 

 

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