Sólo se denuncia el 5% de las intoxicaciones | 11 ENE 11

Alimentos contaminados

Así lo revela un informe de la Dirección de Epidemiología de la Agencia Gubernamental de Control porteña.

Por Fabiola Czubaj

Sólo la pandemia de gripe A pudo entre los porteños contra las enfermedades que causan los alimentos contaminados. Las medidas de higiene para evitar el virus colaboraron también en la prevención de los problemas que provoca el mal manejo de los alimentos, tanto en casa como en los lugares de venta de comida.

Aun así, esa mayor conciencia de la higiene no logró aumentar en la población las denuncias por las llamadas enfermedades de transmisión alimentaria (ETA), como el síndrome urémico hemolítico, el botulismo o la salmonelosis, entre otras. De hecho, un informe de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) porteña revela que sólo se denuncian un 5% de las enfermedades o las intoxicaciones por alimentos contaminados.

Eso quiere decir que, sólo el año pasado, hubo por lo menos 1280 casos de ETA en la ciudad de Buenos Aires en los que no se pudo investigar el origen de la intoxicación. En 2010, a través de la línea 147, la Dirección de Higiene y Seguridad Alimentaria (Dghysa) de la AGC recibió 120 denuncias espontáneas, que pueden ser individuales o grupales, como ocurre cuando los afectados son los invitados a una fiesta de casamiento o los clientes de un local de comida.

Estos avisos amplían el alcance del monitoreo anual de alimentos, que ese organismo de control está obligado a realizar en quioscos, supermercados, bares, restaurantes, puestos de venta callejera, escuelas, colonias de vacaciones y hospitales, entre tantos otros.

"Con la cantidad de locales de venta de alimentos y de gente que almuerza en la ciudad, que son unos cinco millones de personas todos los días, 120 denuncias en un año es una cifra muy baja", dijo ayer a La Nacion la doctora Silvia López, jefa del Departamento de Epidemiología Alimentaria de la Dghysa.

Los especialistas estiman que todos sufrimos de alguna ETA una vez al año. "Muchos no la consideran grave, porque es un malestar que dura poco o, quizá, no tienen vómitos o diarrea. Y, entonces, no la asocian con este tipo de enfermedades. Pero, la realidad, es que todos estamos expuestos a sufrirlas y no hay que subestimarlas", agregó López.

Su equipo, integrado por especialistas en nutrición, veterinaria, bromatología o gestión de agroalimentos, es el encargado de investigar cada denuncia por ETA que se recibe a través de la línea de atención ciudadana (147), del correo electrónico alimentoseguro@buenosaires.gob.ar o de Internet (suaci.buenosaires.gob.ar/suaci/contacto) .

"En cada denuncia, entrevistamos a todos los que se hayan enfermado. Si es una denuncia en la que hay varias personas afectadas, hablamos por teléfono también con los que no se enfermaron. Por eso es tan importante que la denuncia incluya un teléfono celular o una forma de contacto -señaló la experta-. Muchas veces, nos dejan teléfonos que no existen o direcciones erróneas del lugar donde comieron o compraron el alimento contaminado."

De la precisión de esa información, dependerá la posibilidad de hallar y analizar el alimento sospechoso, así como de dónde provino y qué camino siguió. En esa investigación, los datos del denunciante se mantienen en anonimato. Es que, muchas veces, se trata de productos que se compraron en la rotisería o en el almacén del barrio.

 

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