En cáncer de ovario agresivo | 09 SEP 10

Genes: clave para el daño celular

Varias mutaciones asociadas con un agresivo cáncer de ovario.

Cristina de Martos | Madrid

La mortalidad del cáncer de ovario es la más alta de todos los tumores ginecológicos, sobre todo porque los diagnósticos suelen llegar demasiado tarde. Uno de los que tiene peor pronóstico es el de células claras, que no responde al tratamiento habitual. Hasta el momento, se han asociado algunas alteraciones del ADN a este tipo de tumor, pero su base genética estaba aún por explorar. Ése ha sido el último trabajo realizado por un equipo de investigadores del Instituto Médico Howard Hughes (Baltimore, EEUU), especializado en este tipo de investigaciones.

Como ya hicieran con el glioblastoma (un tumor cerebral), el cáncer de páncreas, el de mama y el de colon, entre otros, el equipo liderado por Victor Velculescu, Kenneth Kinzler y Nickolas Papadopoulos analizaron más de 18.000 genes codificantes procedentes de las células cancerígenas de ocho pacientes del Centro Kimmel de la Universidad Johns Hopkins (EEUU).

Iban en busca de mutaciones, de pequeñas alteraciones en el código genético que hacían a estas células distintas de las de las personas sanas. En su primera criba dieron con 268 variantes de 253 genes; una media de unas 20 mutaciones por tumor. Y entre ellas, sobresalían por su frecuencia dos: ARID1A, presente en el 57% de los tumores, y PPP2R1A, que se encontraba en el 40% de las muestras.

 

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