Nuevo aporte de la genética | 18 JUL 10

El plato menos esperado: carne mejorada en el laboratorio

"Es realmente ineficaz", afirma Scott Fahrenkrug, genetista de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos.

Bob Holmes, New Scientist

LONDRES.- A menos que usted viva en Europa, su último almuerzo haya contenido, probablemente, ingredientes modificados genéticamente, ya que el 80% de la soja que se produce hoy en el mundo, por ejemplo, es transgénica. Pero si bien son las plantas modificadas las que rápidamente se han apoderado de las granjas del mundo, no se puede decir lo mismo de los animales transgénicos.

Los primeros en haber salido del laboratorio tienen un fin decorativo: son peces que contienen un gen de medusa que los vuelve fluorescentes. En tanto, se encuentran esperando aprobación cerdos cuyas carnes contienen una sustancia saludable para el corazón, vacas que no pueden contraer (y cuyo consumo no puede contagiar) el "mal de la vaca loca" y animales de granja menos contaminantes, entre otros.

La principal razón del lento desarrollo de los animales modificados es que, en ellos, la ingeniería genética ha sido un proceso lento y tedioso que necesitaba mucho dinero y no poca suerte. Entre bambalinas, sin embargo, ha estado desarrollándose una silenciosa revolución.

Gracias a nuevas tecnologías, modificar animales se está convirtiendo en algo mucho más fácil y más preciso. Esto no sólo va a transformar la investigación, podría también transformar la carne y lo huevos que comemos y la leche que bebemos.

Los primeros animales transgénicos fueron producidos al inyectar ADN a óvulos; luego, tras implantar esos óvulos a los animales, se espera semanas o meses para ver si la descendencia ha incorporado el ADN extra. A menudo menos del 1% lo logró lo que convierte a éste en un proceso largo y caro.

Es realmente ineficaz", afirma Scott Fahrenkrug, genetista de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos.

En ratones, los genetistas encontraron un camino. Los investigadores alteran el ADN de las células madre embrionarias que crecen en el laboratorio, luego inyectan exitosamente las células modificadas en los embriones. Esto da como resultado "quimeras" con una mezcla de células que pueden ser desarrolladas para producir ratones en los que todas las células están modificadas.

Con esto, el proceso se ha vuelto más económico y fácil: hoy hay millones de ratones modificados en laboratorios de todo el mundo, incluidas extraordinarias creaciones como el "superratón" capaz de correr el doble que uno normal, otros llamados brainbow, cuyas neuronas se ven en diferentes colores, y hasta ratones que no les temen a los gatos.

Salvados por los clones

Sin embargo, todavía no es posible cultivar células madre embrionarias de otros animales. No obstante, el perfeccionamiento de la clonación significa que, para muchas especies, las células pueden ser alteradas y, por lo tanto, producir animales completos clonados con la modificación deseada.

Al mismo tiempo, los biólogos han desarrollado formas más eficientes de agregar el ADN a las células al capturar ingenieros genéticos naturales, como los virus y genes jump capaces de "copiarse y pegarse" por sí mismos. Todos estos avances han hecho que el esfuerzo y el costo necesario para producir animales genéticamente modificados hayan decrecido cien veces.

Los investigadores también están desarrollando maneras más precisas de alterar el ADN en lugar de basarse en la inserción al azar. Una nueva y promisoria herramienta es la proteína nucleasa "dedo de zinc", una enzima ADN unida al "dedo de zinc" que puede ser personalizado para unir a secuencias de ADN específicas.

Estas nucleasas permiten a los ingenieros cortar el ADN de la célula en un sitio preseleccionado. Cuando la célula intenta reparar el corte, a menudo excluye unas pocas letras de ADN o incorpora unas pocas más, por eso este método puede ser usado para destruir o eliminar genes específicos.

"Esto revolucionará a la ingeniería genética animal", afirma Bruce Whitelaw, genetista del Roslin Institute de Edimburgo, Reino Unido. "Uno puede diseñar su «dedo de zinc» para cortar un sitio específico de un genoma sin importar qué genoma es. Podría ser de cerdo, de oveja, de perro o de rata, no importa."

Es más, en teoría, si uno agrega algo de ADN flanqueado por secuencias que combinen con las que se hallan en cualquiera de los lados del corte, la célula debería manipularse para que se empalme con el ADN agregado, proceso conocido como reparación homóloga. En otras palabras, el ADN extra es agregado exactamente donde uno quiere.

Según los rumores, los investigadores de la compañía biotécnica Sigma-Aldrich , son los primeros en utilizar "dedos de zinc" para concretar este proceso en animales.

La habilidad para modificar animales fácilmente y con precisión llevará a enormes recompensas tanto en la investigación como en la medicina. Por el momento, queda menos claro si transformará los productos animales que consumimos.

Bajo supervisión

La Administración de Alimentos y Drogas (FDA, según sus siglas en inglés), de Estados Unidos, que regula el tema de animales genéticamente modificados, todavía debe aprobar el uso en la agricultura. El primer candidato, un salmón de crecimiento rápido, ha estado en estudio por más de una década, en parte debido al temor que podría afectar a las poblaciones salvajes.

Tales preocupaciones no existirían con la mayoría de los animales de granja o con las mascotas, y el año pasado la FDA parece haber estado preparando el camino para la producción de animales genéticamente modificados cuando publicó una guía con los pasos que una compañía tendría que adoptar para obtener la aprobación de la FDA. La Unión Europea está trabajando en algo similar, pero se espera que no esté finalizado hasta 2012.

Cuestión de demanda

En últimas instancias, la adopción de animales de granja modificados genéticamente puede depender de la opinión pública y de la demanda, por los posibles beneficios. Esa demanda puede sentirse con más urgencia en países, como China, donde el consumo de carne aumenta aceleradamente.

"Anticipo que el ganado modificado genéticamente será utilizado primero en China, Cuba y otros lugares del mundo y recién después llegará a Estados Unidos y Europa ?afirma James Murray, genetista animal de la Universidad de California?. Es decir, al revés de lo sucedido con las plantas."

¿Así que en 20 años los animales genéticamente modificados estarán tan extendidos como lo están hoy las plantas? Tecnológicamente, nada se interpone en el camino. El tema es ¿qué se va a hacer? Traducción de María Elena Rey.

 

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