En el Hospital Cetrangolo | 13 JUL 10

Elaboran una guía alimentaria para los pacientes con EPOC

Apunta a que quienes padecen la enfermedad pulmonar puedan controlar mejor su peso.

Fabiola Czubaj

Masticar y digerir cada bocado puede demandarles tanta energía a las personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que les va restando de a poco masa muscular. Es que al tener que esforzarse más para respirar y comer, se cansan, tosen y pierden el apetito. En el tiempo, eso reduce la fuerza de los músculos.

Y a medida que avanza esta enfermedad respiratoria, causada por el tabaquismo en el 85% de los casos, el deterioro nutricional altera el sistema inmunológico y el metabolismo óseo. Para contrarrestar ese pronóstico, los especialistas del Servicio de Nutrición del hospital Cetrángolo elaboraron una guía alimentaria para los pacientes con EPOC.

"Es la primera en el país y, según especialistas de Uruguay, Chile y Brasil, por ejemplo, no existe nada parecido en América latina", señaló el doctor Eduardo Giugno, director del hospital público bonaerense y director de la carrera de médico especialista en neumonología de la Facultad de Medicina de la UBA.

La guía se está usando en el hospital de Vicente López desde abril y apunta a que los pacientes controlen las deficiencias nutricionales. "Llegan a la consulta porque tienen tos, flema y sienten que les falta el aire para caminar o subir las escaleras, y fumaban -agregó-. Muchos llegan con un índice de masa corporal elevado porque la enfermedad los hace más sedentarios. La mayoría llega con sobrepeso u obesidad."

Mientras la enfermedad se mantiene de leve a moderada, 6 de cada 10 pacientes tienen síndrome metabólico, que es la combinación de dos o más factores de riesgo de enfermedad cardiovascular o diabetes. Son ellos obesidad abdominal (perímetro de cintura superior a 101 cm en los hombres y 89 cm en las mujeres); hipertensión, y glucemia, colesterol y triglicéridos altos.

Pero el 2% de los pacientes padece desnutrición. "Al fumar, el humo de tabaco dispara una cascada inflamatoria que hace que ciertas células en el organismo liberen sustancias químicas llamadas mediadores, como las citoquinas proinflamatorias -explicó Giugno-. Esas sustancias gatillan otros problemas, como cardiopatías, síndrome metabólico [principalmente por el aumento de peso por la reducción de las actividades físicas], caquexia [desnutrición extrema], osteoporosis, problemas gastrointestinales, anemia, depresión, ansiedad o disfunción eréctil, entre otras."

Para el equipo del Servicio de Nutrición del Cetrángolo, que dirige la licenciada Roxana Guida, elaborar las guías fue todo un desafío. Allí, a diario, llegan pacientes con una gran pérdida de masa muscular. Una parte de esos músculos, con poca fuerza y capacidad de contraerse, son los que la persona necesita para respirar. "La dieta busca mejorar esas masa y mantenerla -resumió Guida, que desde hace 23 años trabaja con estos pacientes-. Por la limitación respiratoria que tienen, no pueden hacer actividad física, y eso hace que no tengan buenos músculos."

 

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