Trauma vascular | 09 AGO 10

Estudio observacional de cohorte sobre el manejo y los resultados en el trauma vascular

Este estudio fue llevado a cabo para evaluar la causa de la lesión y el manejo y resultados del trauma vascular, en el centro vascular regional de derivación en donde se desempeñan los autores
Autor/a: Dres. Bains SK, Vlachou PA, Rayt HS, Dennis M, Markose G, Naylor AR Surgeon 2009; 7(6): 332-35

Introducción

Aunque el trauma vascular mayor es infrecuente en el Reino Unido, la epidemiología del mismo está cambiando [1]. Históricamente, mucho de nuestro actual conocimiento en relación con las lesiones vasculares, se desarrolló durante los tiempos de guerra. No obstante, más recientemente, los accidentes de tránsito y la violencia civil han llevado a un aumento en el trauma vascular mayor urbano. Coincidente con ello, ha habido un aumento en las lesiones iatrogénicas desde el comienzo de la era “mínimamente invasiva”  y la emergencia de las técnicas percutáneas [1,2].

Mientras que las técnicas mínimamente invasivas pueden ser responsables por muchas de esas lesiones, también están siendo usadas cada vez más como una estrategia de tratamiento. Los avances en la radiología intervencionista y las mejoras tecnológicas han permitido que las técnicas percutáneas sean usadas para tratar la hemorragia y obtener el control vascular. Esto permite estrategias de tratamiento mucho más seguras, rápidas y menos invasivas que las usadas previamente. Los únicos inconvenientes con tales medidas son la necesidad de un conocimiento radiológico experto y una infraestructura específica que puede no estar disponible en los centros periféricos.

Este estudio fue llevado a cabo para evaluar la causa de la lesión y el manejo y resultados del trauma vascular en el centro vascular regional de derivación en donde se desempeñan los autores.

Métodos

Se trata de un estudio retrospectivo de las características demográficas y clínicas y de los resultados en los pacientes que requirieron intervención por trauma vascular en el University Hospitals of Leicester NHS Trust (UHL). Este grupo de tres hospitales atiende a una población de un millón de personas, mientras que también brinda cobertura vascular de emergencia a otras 200.000 de otras regiones. Los pacientes con trauma torácico son tratados por los cirujanos cardiotorácicos y no fueron incluidos en este estudio. Los datos de los pacientes fueron tomados de la auditoría vascular, partes quirúrgicos y auditoría radiológica, en los pacientes que se presentaron en el departamento vascular entre enero de 2000 y diciembre de 2006. El seguimiento alejado fue registrado para un período de 30 días, hasta el egreso del hospital o el fallecimiento en el hospital.

Resultados

Desde enero de 2000 a diciembre de 2006, se identificaron 182 casos de trauma vascular, aproximadamente 26 casos por año. Hubo 106 hombres y 76 mujeres. En la figura 1 se resume la distribución por género y por edad de los pacientes. La edad media de los pacientes masculinos fue de 53 años, comparado con 63 años en los femeninos.

FIGURA 1: distribución de las lesiones por género y edad

El mecanismo de injuria vascular fue clasificado como penetrante, romo o trauma iatrogénico. La mayoría de los pacientes en esta serie (n = 132, 73%) sufrieron lesión iatrogénica y esto tendió a ocurrir en pacientes mayores de 45 años de edad. Cincuenta pacientes tuvieron lesiones penetrantes/cerradas de naturaleza no iatrogénica y ocurrieron primariamente en hombres jóvenes (Fig. 2). Las lesiones penetrantes con laceración de arterias/venas ocurrió en 28 pacientes (15%), mientras que la injuria roma con oclusión o contusión de los vasos ocurrió en 20 pacientes (11%). Dos pacientes sufrieron lesiones tanto penetrantes como no penetrantes (1%).

FIGURA 2: distribución del trauma iatrogénico y no iatrogénico

Sólo 2 pacientes presentaron síndrome compartimental (1%): el primero después de un accidente de tránsito, mientras que el segundo fue consecutivo a la permanencia prolongada de un catéter en la arteria femoral, con lesión isquémica secundaria.

El vaso más comúnmente lesionado fue la arteria femoral (51%) seguido por la arteria braquial (8%). Esto era esperable, porque ambos sitios fueron usados para el acceso en procedimientos intervencionistas. Otros vasos de las extremidades incluyeron las arterias poplítea/tibial (6%), radial/cubital (5%), y la vena femoral (4%). Los casos que involucraron las arterias de cabeza y cuello fueron raros, siendo la arteria carótida lesionada en el 2% y la arteria subclavia en el 3% de los casos. No sorprendentemente, la mayoría de las derivaciones fueron del departamento de cardiología. De todas las derivaciones, el 61% provinieron de los cardiólogos. Otras especialidades que derivaron pacientes fueron: cirugía general (8%), cirugía cardíaca (5%), ortopedia (5%), nefrología (4%), ginecología (3%) y urología (1%).

La mayoría de las lesiones vasculares iatrogénicas (80/132, 61%) se produjeron por algún tipo de intervención cardiológica (angiografía, n = 56; angioplastia, n = 23; colocación de marcapaso, n = 1). La mayoría de ellas son tratadas en la actualidad mediante procedimientos no quirúrgicos. No hubo lesiones por trócares laparoscópicos en los grandes vasos en esta serie.

Hubo 94 pacientes que desarrollaron falsos aneurismas después de una instrumentación en la arteria femoral. De ello resultaron 2 muertes: un paciente desarrolló una coagulopatía y el otro sepsis y falla cardíaca. La mayoría de estos pacientes fueron tratados con inyecciones percutáneas de trombina (n = 65, 69%). Las inyecciones de trombina fracasaron en 2 pacientes, uno de los cuales tenía un stent insertado y el otro un coil de embolización. La sutura primaria fue realizada en 22 pacientes (23%). Los pocos pacientes restantes fueron tratados con bypass, ligadura o parche venoso. El tratamiento intervencionista común fue la inyección de trombina en los falsos aneurismas (37%) seguido de sutura primaria de los vasos lesionados (22%). Los procedimientos de bypass fueron realizados en el 14% de los casos y la amputación primaria en sólo el 4% de los pacientes.

Si se divide la experiencia en 2 períodos (2000-2003 y 2004-2006), en el último período, la intervención quirúrgica ha declinado mientras que el uso de los procedimientos percutáneos se ha incrementado en más del 100%.

Globalmente, el trauma vascular no iatrogénico se asoció con una mortalidad del 4%, comparado con el 7% después de las lesiones iatrogénicas. No obstante, mientras que el trauma iatrogénico de origen cardiológico se asoció con una mortalidad de sólo el 1,3% (1/80), en el trauma iatrogénico de origen no cardiológico ocurrió una mortalidad mucho mayor, del 17% (9/52).

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024