De forma programada | 27 OCT 09

Hacer ejercicio en la UCI acelera la recuperación

Estar inmovilizado repercute negativamente sobre la densidad ósea, la masa muscular, el funcionamiento cardiaco.

ALEJANDRA RODRÍGUEZ

Los tiempos de inmovilizaciones y encamamientos eternos han pasado. Desde hace años, diversas áreas de la medicina exploran las maneras y los beneficios que tiene el hecho de que el enfermo recupere cuanto antes su vida cotidiana ya sea con vendajes mínimos, férulas en lugar de escayolas, suturas casi invisibles, incisiones pequeñas, movilizaciones tempranas...

De hecho, las primeras pruebas de los beneficios de empezar a moverse cuanto antes datan de la II Guerra Mundial, cuando se recuperaba precozmente a los soldados para que regresaran al campo de batalla y se observó que sus cualidades físicas y neurológicas se deterioraban menos que las de sus compañeros que se veían obligados a permanecer más tiempo ingresados en el hospital.

Pues bien, actualmente, les está llegando el turno a los pacientes ingresados en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). El motivo de querer sacarlos cuanto antes de sus camas no obedece únicamente al objetivo de reducir los costes económicos vinculados a una estancia hospitalaria prolongada.

Además, numerosos trabajos han demostrado que estar inmovilizado repercute negativamente sobre la densidad ósea, la masa muscular, el funcionamiento cardiaco (al fin y al cabo, el corazón es un músculo), el metabolismo de la glucosa y el estado anímico del individuo, que es más propenso a sufrir demencia (en el caso de las personas mayores), a deprimirse o a tener crisis de ansiedad.

Ejercicio suave
Un equipo de investigadores pertenecientes al Hospital Johns Hopkins (EEUU) ha llevado a cabo un programa de movilización temprana basada en la electroestimulación (para mantener el tono muscular y evitar la debilidad), los paseos cortos y el pedaleo (mediante un dispositivo diseñado específicamente para poder usarlo incluso desde la cama) destinado a los pacientes con respiradores ingresados en la UCI.

Un grupo de 90 pacientes críticos se sometieron a este protocolo de aplicación diaria en cuanto sus condiciones respiratorias les permitían dar pedales alrededor de 20 minutos. Para los paseos, se contempló la circunstancia de estar encadenado al respirador, de manera que un celador y un fisioterapeuta acompañaban al paciente, que podía sentarse a descansar cuando se encontrara exhausto.

Los resultados obtenidos por estos sujetos en lo referente a su agilidad, fuerza muscular, sensación subjetiva de bienestar... fueron comparados con los de otro grupo de pacientes, también ingresados en la UCI, que únicamente recibieron fisioterapia respiratoria y movilizaciones parciales de los miembros superiores estando en cama.

"El ejercicio suave realizado de manera precoz es muy beneficioso para los pacientes críticos, ya que contribuye a acelerar la recuperación de la resistencia y la capacidad aeróbica previas al ingreso, además, incrementa la percepción de estar en buena forma, así como la fuerza muscular en el momento de dar el alta", concluyen los responsables de este trabajo, que han seguido aplicando este protoloco a 400 pacientes a lo largo del último año con idénticos buenos resultados.

 

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