En mujeres ("JAMA") | 22 JUL 09

El ejercicio y la dieta reducen hasta un 78% el riesgo de HTA

Un estudio en JAMA muestra que el IMC es el factor modificable más importante a la hora de prevenir la hipertensión.

El ejercicio y la dieta podrían reducir en hasta un 78% el riesgo de hipertensión arterial en las mujeres, según las conclusiones de un estudio llevado a cabo por investigadores del Brigham & Women’s Hospital y la Facultad de Medicina de Harvard en Boston (Estados Unidos) y publicado en el último número de la revista The Journal of the American Medical Association (2009;302:401-411).
 
Concretamente, los resultados muestran que el seguimiento de factores dietéticos y de estilo de vida modificables que incluyen el mantenimiento de un peso normal, ejercicio diario, una dieta alta en frutas, vegetales y productos lácteos desnatados y baja en sal y suplementos de ácido fólico se asocia con una menor incidencia de hipertensión entre las mujeres.
 
Los científicos, dirigidos por el Dr. John P. Forman, examinaron la asociación entre combinaciones de factores de estilo de vida de bajo riesgo y el riesgo de desarrollar hipertensión. El estudio incluyó a 83.882 mujeres adultas de entre 27 y 44 años del segundo Estudio sobre Salud de las Enfermeras (NHS) que no tenían hipertensión, enfermedad cardiovascular, diabetes o cáncer en 1991 y que presentaban unas cifras de presión sanguínea normales. El seguimiento de los nuevos casos de hipertensión se realizó durante 14 años, hasta 2005.
 
Los autores identificaron seis factores del estilo de vida y dietéticos asociados a la hipertensión que incluían un índice de masa corporal (IMC) inferior a 25 kg/m2; una media de 30 minutos de ejercicio diarios; una puntuación alta en el seguimiento de la dieta DASH para detener la hipertensión en un cuestionario alimentario; el uso de menos de un analgésico no narcótico a la semana; y el consumo de 400 g o más diarios de ácido fólico en suplementos.
 
La puntuación en la dieta DASH se determinó en base a el consumo elevado de frutas, vegetales, frutos secos y legumbres, productos lácteos desnatados y productos integrales además de un consumo bajo de sal, bebidas edulcoradas y carnes rojas y procesadas.
 
Los investigadores analizaron la asociación entre las combinaciones de tres (IMC normal, ejercicio y dieta DASH), cuatro (los referidos tres factores de bajo riesgo y la adición de un consumo moderado de alcohol), cinco (más el no consumo de analgésicos) y seis factores de bajo riesgo (más ácido fólico) y el riesgo de desarrollar hipertensión.
 
 
Beneficios significativos
 
Durante los años de seguimiento del estudio se detectaron 12.319 nuevos casos de hipertensión. Los seis factores de riesgo modificables se asociaron de forma independiente con el riesgo de desarrollar hipertensión durante el seguimiento. En el caso de las mujeres que seguían todos los aspectos saludables del estilo de vida, el riesgo de hipertensión era un 80% menor.
 
Y es que como apuntan los autores, si se hubieran seguido los seis aspectos del estilo de vida se hubieran podido evitar el 78% de los nuevos casos de hipertensión. Este porcentaje hubiera sido del 72%, 58% y 53% si se hubieran seguido cinco, cuatro o tres de las recomendaciones saludables respectivamente. El IMC fue el factor que predecía en mayor medida la hipertensión: un IMC de menos de 25 kg/m2 podría evitar el 40% de los nuevos casos de presión sanguínea elevada.
 
Los autores concluyen que “el seguimiento de factores del estilo de vida y de la dieta de bajo riesgo se asocia con reducciones significativas en la incidencia de la hipertensión y podría tener el potencial de evitar una gran proporción de nuevos casos de hipertensión entre las mujeres jóvenes”.

 

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