El 60% de los pacientes trasplantados de riñón sufre anemia

El 60% de los pacientes que han sido trasplantados de riñón padece anemia en algún momento de su evolución, según los datos de un estudio multicéntrico multinacional publicado en la revista Transplantation y en el que han participado más de 2.000 pacientes españoles.
 
La anemia asociada al injerto siempre supone un problema, pero generalmente suele ser relegada a un segundo término en relación con otros como el rechazo y la inmunodepresión. En palabras del Dr. Manuel Arias, jefe de Servicio de Nefrología del Hospital universitario Marqués de Valdecilla de Santander, “es de vital importancia prestar la máxima atención a todas aquellas cuestiones que acompañan a un trasplante renal y son capaces de causar síntomas que disminuyen la calidad de vida de estos pacientes y repercuten en la morbilidad cardiovascular a largo plazo”.
 
De hecho, el trastorno asociado a la anemia, que se puede curar tras ser diagnosticado, ha dejado ya evidencias en la literatura médica de que se trata de un claro marcador de la disminución de la función renal y, a largo plazo, de la disminución de la supervivencia del injerto y del propio paciente.
 
A este respecto, como indicó el Dr. Josep Grinyó, jefe de Servicio de Nefrología del Hospital Universitario de Bellvitge en Barcelona, “la anemia, entendida en el contexto del enfermo trasplantado, comporta complicaciones importantes que debe generar una alerta diagnóstica y terapéutica en el clínico”.
 
En este contexto, los especialistas presentaron la actualización Anemia en trasplantes, que recoge las últimas pautas marcadas en el manejo del citado trastorno y constituye una “herramienta fundamental” para el profesional que ha de tratar con la complejidad que exigen estos pacientes.