Causas, Consecuencias y Prevención | 23 MAR 09

Noventa y cinco por ciento de la depresión se origina en la infancia

El resto de los casos se explica por cuestiones metabólicas o aspectos como traumatismo.
Autor/a: Patricia Zavala Gaceta UNAM

Noventa y cinco por ciento de los casos de depresión se origina en la infancia, etapa donde se gestan y desarrollan factores que repercutirán en la adolescencia o en la adultez, señaló Jorge Alfonso Valenzuela Vallejo, de la Facultad de Psicología.

El otro cinco por ciento, añadió, se explica por cuestiones metabólicas o aspectos como traumatismo, problemas de hipertiroidismo, hormonales o cardiovasculares, entre otros.

En la conferencia Depresión: Causas, Consecuencias y Prevención, realizada en el Palacio de Minería, el académico comentó que hay que remitirse a la primera infancia; las necesidades básicas que no se cubren en esa etapa ocasionarán daños en fases porteriores.

La depresión, explicó, es la incapacidad de identificar, percibir y expresar sentimientos; por tanto, desde la niñez se gestan factores que desencadenarán el padecimiento.

En los sistemas capitalistas se crea la necesidad de poseer bienes materiales y se dejan de lado los asuntos relacionados con la naturaleza del ser humano. Entonces, se genera un proceso de deshumanización y lo único que importa a los padres es que el pequeño sea bien portado, obtenga buenas calificaciones, sea obediente y cubra las expectativas de sus progenitores, la sociedad o la escuela.

El psicólogo Erich Fromm aseguraba que los individuos, desde que nacen, necesitan un vínculo con alguien, porque de lo contrario no podrán desarrollar sus capacidades, mencionó.

Por ello, es importante que un bebé establezca lazos con una figura constante, una relación significativa basada en el afecto que le permitirán adquirir confianza básica y desarrollar sus potencialidades, además de que es relevante para relaciones futuras y para no ser una persona desconfiada y aislada, apuntó.

A partir de la relación con los demás, los seres humanos se conocen a sí mismos en una función de espejo: si el infante ve a la progenitora sonreir, se sentirá querido, reconocido y adquirirá confianza y será capaz de identificar lo que siente, comentó.

En el caso contrario, si la madre está molesta o deprimida, el niño construirá una imagen de si mismo que sólo cubrirá las expectativas que se le impongan, ajenas a los sentimientos, pensamientos y deseos propios.

Otros factores que contribuyen son violencia intrafamiliar, abuso sexual, estrés, ausencia de la madre, pérdidas familiares o personas cercanas. En esta etapa empiezan a gestarse kis factores que más adelante desencadenarán en depresión o en distimia (tristeza moderada y continua que por momentos agudiza pero se sobrelleva), destacó.

Síntomas

Los principales síntomas de la depresión son alteraciones en el sueño (dormir mucho o poco); sensacion de pesadez, agobio o molestia al despertar, la minusvalía (autorreproches por sentirse incapaces o víctimas); alteraciones en la alimentación (se deja de comer o se tienen arranques compulsivos), incluso sentimientos de desprecio por la vida.

Además, irritabilidad, desmotivación, apatía, agresividad, dolores de espalda, cabeza y problemas gastrointestinales. A diferencia de la tristeza, en la que se sabe qué la ocasionó y se es consciente que durará cierto tiempo, la depresión es una incertidumbre.

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

CONTENIDOS RELACIONADOS
AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024