"The Lancet" | 27 FEB 09

Comprobado riesgo CV en vuelos de larga distancia

La Sociedad Europea de Cardiología advierte que el riesgo de TEV se incrementa hasta 4 veces.

Una vez considerados los resultados de una revisión de artículos sobre vuelos comerciales publicado en la revista The Lancet, la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) se ha reafirmado en su advertencia sobre el riesgo de tromboembolismo venoso (TEV) asociado con los vuelos de larga distancia. No en vano, y según concluye el trabajo, “el riesgo podría incrementarse  hasta 4 veces”.
 
En palabras del Dr. Steen Kristensen, vicepresidente de la ESC, “los vuelos de larga distancia se asocian con un incremento de trombosis venosa profunda, lo que en ocasiones deriva en una embolia pulmonar. La gente que viaja inmóvil, las embarazadas, las mujeres que toman la píldora o los viajeros que ya han sufrido trombosis venosa son los que presentan mayor riesgo. Y para evitarlo es importante beber muchas bebidas no alcohólicas y caminar tanto antes como durante el vuelo. El uso de medias de compresión también es importante para prevenir la trombosis venosa profunda”.
 
Los estudios citados en The Lancet sugieren que el riesgo de TEV aumenta cuando la duración del vuelo supera las cuatro horas. Un incremento relacionado con la inmovilidad, la deshidratación y la menor cantidad de oxígeno en la cabina, así como con factores de riesgo individual como la obesidad, la cirugía reciente o las trombofilias.
 
Por lo que respecta al riesgo, el Prof. Kurt Huber, portavoz del Grupo de Trombosis de la ESC, añade que, “incluso la población sana puede presentar problemas trombóticos en los vuelos de larga distancia, sobre todo las embarazadas, las que toman la píldora –especialmente si fuman– y los ancianos. Personas todas ellas que deberían preguntar a sus médicos sobre su riesgo individual y la necesidad de aplicar medidas preventiva, incluida la medicación”.
 
Asimismo, y por lo que hace referencia a las complicaciones vasculares graves, el Prof. Panos E. Vardas, presidente electo de la Asociación Europea de Ritmo Cardíaco (EHRA), recuerda que la pérdida de consciencia puede ocurrir durante el vuelo por razones benignas –sobre todo síncope vasovagal– o malignas. “Y en caso de estas últimas, suele ser por causa de una taquicardia ventricular o por fibrilación ventricular”.
 
Llegado el caso, los expertos recomiendan que el paciente permanezca tumbado con las piernas elevadas. “Y si el episodio –concluye el Dr. Vardas– dura más de 30-40 segundos debe plantearse la utilización de un desfibrilador”.

 

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