Advertencias de la FDA sobre un medicamento | 24 OCT 08

Psoriasis: algo más que una enfermedad de la piel

Dos pacientes cuentan su experiencia con una patología que sigue rodeada de mitos.

PSORIASIS

CRISTINA G. LUCIO

MADRID.- Ana no lo recuerda, porque era muy pequeña, pero de tanto escuchar la historia de labios de su madre, es capaz de relatar con detalle cómo llegó la psoriasis a su vida.

"Al principio aparecieron sólo dos marcas en la piel, una especie de granitos. Pero no se iban. Y nadie sabía lo que eran. Fuimos de médico en médico, hasta que por fin uno dio con el diagnóstico".

Desde aquel día, hace ya más de 20 años, ha ido aprendiendo a convivir con esta enfermedad crónica que hace que periódicamente algunas zonas de su piel enrojezcan, se inflamen y se vuelvan escamosas.

Lo primero que comprendió esta asturiana, estudiante de Filología Hispánica, es que los brotes son imprevisibles. Aunque tiene comprobado que la psoriasis suele acompañarla en época de exámenes y cuando tiene fiebre, también sabe que muchas veces las lesiones aparecen y desaparecen sin una pauta fija.

"Se sabe que el estrés, las infecciones, algunos fármacos, haber padecido un trauma y el consumo de tabaco y alcohol son factores desencadenantes de un brote. También que el sol y las situaciones de mayor relajación ayudan a que mejore, aunque esto no es así siempre ni en todos los casos", explica Elena de las Heras, dermatóloga del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, quien aclara que las terapias tampoco funcionan por igual en todos los pacientes.

Una enfermedad caprichosa

Según esta experta, el tratamiento debe ser siempre individualizado y generalmente rotatorio. Los tratamientos tópicos –cremas o pomadas- suelen ser el primer escalón, que habitualmente se combina o se sustituye por los llamados tratamientos sistémicos, como la fototerapia UVB de banda estrecha, la PUVAterapia, ciclosporina, etc. En los últimos tiempos han aparecido también tratamientos biológicos, que actúan directamente sobre los mecanismos de la enfermedad, aunque los expertos remarcan "que estos nunca son la primera opción para el paciente, sino que sólo se emplean cuando lo anterior no ha funcionado".

Fórmulas magistrales, aloe vera, cremas con cortisona, varias lociones... Patricio ha probado distintos productos para mitigar la psoriasis "que se instaló" en su vida al llegar a la treintena y a la que le costó acostumbrarse. "Al principio me produjo bastante desagrado, porque algunas zonas quedaban a la vista y afeaban mi aspecto físico", recuerda.

Años de experiencia y la frase de un especialista –"tiene usted que acostumbrarse a vivir con esta enfermedad"- le ayudaron a ver las cosas de otro modo y a aceptar de mejor grado la compañía de la psoriasis, algo que no siempre es fácil.

"El problema es que todavía está muy estigmatizada", apunta Juana del Molino, presidenta de la asociación de pacientes Acción Psoriasis.

En la mayoría de los casos, la psoriasis se localiza en el cuero cabelludo, codos, rodillas y parte baja de la espalda, aunque, en algunos pacientes también se ven afectadas otras áreas, a veces muy amplias y visibles.

"En ocasiones provoca rechazo y, aunque sea totalmente falso, hay gente que aún cree que es contagiosa, que puede pasar de una persona a otra", remarca Del Molino.

Origen inmunológico

La 'culpa' de esta alteración que sufren Ana, Patricio y otras 800.000 personas en España la tienen los queratinocitos, las células de la epidermis, que en ellos se multiplican más rápido de lo normal.

"Si en una persona sana el recambio cutáneo se produce en un mes, en un paciente con psoriasis se hace en cuatro o cinco días, lo que provoca las lesiones", explica Elena de las Heras, quien aclara que, aunque el origen de la psoriasis es desconocido, la investigación apunta a que es un trastorno del sistema inmunológico el que lleva a las células de la epidermis a comportarse de forma anormal.

Ana y Patricio no tienen parientes con psoriasis, pero es muy común que el trastorno se dé en varias personas de una misma familia, ya que existe una predisposición genética para padecerla. Eso sí, los expertos recuerdan que además de poseer determinados genes es necesaria la presencia de factores externos –los mismos que provocan los brotes- para el desencadenamiento de la enfermedad.

Además de los problemas de la piel, entre un 5% y un 30% de los casos de psoriasis se asocian con una artropatía y también se han señalado complicaciones cardiovasculares –varios estudios recientes han relacionado los grados más severos con el síndrome metabólico (una combinación de factores de riesgo para el corazón)-, por lo que es importante acudir periódicamente a un especialista.

Ana visita al suyo a menudo, ya que forma parte de un estudio que trata de encontrar nuevas terapias efectivas contra la enfermedad. Después de años probando distintos métodos y pasando por naturistas, terapeutas alternativos y otras consultas, tiene claro que en quien más confía es en su dermatólogo.

 

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