Martha Olivia Hernández
Cada día se dan a conocer más bondades de la leche y sus derivados. Según lo revelan estudios internacionales, el consumo regular de leche previene padecimientos como la artritis reumatoide, el cáncer de colon, las enfermedades cardiovasculares o el alzheimer.
Ello, gracias a que la leche es una rica fuente de proteínas, lípidos, carbohidratos, y vitamina A, D y E, necesarias para fijar el calcio. Asimismo las vitaminas B12 y el hierro que contiene este alimento son indispensables para un buen funcionamiento del sistema nervioso, ya que envían estímulos y señales entre las neuronas.
Para la nutrióloga Valeria Rubio Márques, académica de la Escuela de Dieta y Nutrición, es importante que el lácteo se consuma desde la infancia o en los periodos de crecimiento, en la adolescencia, durante el embarazo, la lactancia y la edad adulta.
Este alimento es fundamental para el crecimiento de los niños, además de que refuerzan su sistema inmunológico y los dota de los nutrientes necesarios para un mejor desarrollo sicomotor.
Es recomendable incluir en la dieta diaria dos vasos de leche, los cuales aportan las porciones de lípidos, carbohidratos y proteínas.
Los derivados de la leche no son tan efectivos
Lo más importante es que la leche sea ciento por ciento de vaca, señala la catedrática y afirma que los alimentos lácteos no aportan la misma calidad de proteínas que contiene la leche.
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