Editorial de Circulation | 28 FEB 09

Importancia de la condición social en la salud cardiovascular

Las condiciones socioeconómicas y su relación con la enfermedad cardiovascular.
Autor/a: Dr. Berkman LF Fuente: SIIC Circulation 111(23):3022-3024, Jun 2005

Se conoce la existencia de un gradiente social en las enfermedades cardiovasculares (ECV). Hay estudios que muestran que tanto hombres como mujeres en condiciones sociales desfavorables se encuentran en riesgo de presentar ECV y de tener un peor pronóstico una vez que la enfermedad se ha producido. Los hombres de entre 25 y 64 años que se encuentran en condiciones más desfavorables tienen un riesgo 2.5 veces mayor de morir por esta enfermedad. En las mujeres, el riesgo se eleva hasta 3.4 veces. Hasta la fecha, las causas y los mecanismos que median este hallazgo no han sido caracterizados. La identificación de los mecanismos biológicos y de comportamiento que unen las desventajas económicas y sociales a la morbilidad y mortalidad cardiovascular brinda información importante acerca de las causas de ECV y respecto de cuándo, en el espectro de la aparición de la enfermedad, se puede intervenir en forma eficaz para mejorar la evolución de las poblaciones con esas desventajas.

Mucho del gradiente social originalmente se atribuyó a la distribución irregular de una serie de comportamientos saludables respecto de la dieta, el tabaquismo, el sedentarismo, la distensibilidad de los esquemas terapéuticos y el acceso diferencial a la atención médica de alta calidad. Una población con mayor nivel de educación y en mejor condición económica aprende acerca de los riesgos relacionados con el tabaco, la obesidad y el sedentarismo, y cambia sus comportamientos, por lo que reducen sus riesgos cardiovasculares, provocando un aumento mayor en las disparidades relacionadas a las enfermedades coronarias. Si bien es sabido que las diferencias en los comportamientos son en parte responsables de las desigualdades en la enfermedad coronaria, dejan muchos interrogantes sin explicación.

Aunque la mortalidad por cardiopatía isquémica se ha reducido en forma continua en las últimas décadas, se ha hecho poco para disminuir la incidencia de la enfermedad y las desigualdades sociales relacionadas a la posición socioeconómica o la raza sobre la morbimortalidad. La reducción de las desigualdades y de la morbilidad de la población permanece como una deuda pendiente para la salud pública y para la medicina. Hasta que se tenga una mejor comprensión de la relación causal y de los mecanismos por los cuales las desigualdades sociales se traducen en enfermedad, se empleará mucho tiempo en reducir la carga de la enfermedad en la población. Además, de acuerdo a la estimación de la World Health Organization’s Global Burden of Disease, la cardiopatía isquémica será la causa principal de muerte en el mundo en 2010 y la mayoría de los programas de prevención establecidos por Occidente no han sido eficaces.

Existen 2 áreas generales en las cuales se necesita información para mejorar la comprensión de los mecanismos por los cuales la posición social influye sobre la cardiopatía isquémica. La primera se relaciona con la identificación de los mecanismos biológicos que median la experiencia social de la desventaja y llevan a un incremento del riesgo. La segunda se asocia con la comprensión de la naturaleza del ambiente social en identificar precisamente qué es lo importante de la posición socioeconómica, desde el punto de vista de la salud. Con frecuencia, los científicos que trabajan en biomedicina aceptan la importancia de la primera de la identificación de los mecanismos biológicos, pero subestiman la importancia de la compresión de la naturaleza de la experiencia social. Para entender porqué este segundo aspecto es tan importante, basta con pensar en un indicador crudo de alguna experiencia social (ocupación actual) y analizar de qué manera podría relacionarse con el riesgo cardiovascular.

Las perspectivas epidemiológicas para evaluar la asociación entre posición socioeconómica y ECV son más fuertes metodológicamente cuando se puede obtener información sobre los mecanismos biológicos que probablemente medien la exposición social y la evolución de la enfermedad, cuando se pueden incorporar técnicas analíticas de  niveles múltiples en los cuales la información se recopila tanto a nivel de área como a nivel individual y cuando se puede obtener información que una de manera lineal los riesgos con la evolución.

Mecanismos biológicos

Uno de los hallazgos más importantes relacionado con algunos biomarcadores (proteína C reactiva, variabilidad de la frecuencia cardíaca, metabolismo de la glucosa y resistencia a la insulina) es su asociación con estímulos estresantes tanto físicos como psicológicos. De este modo, esos procesos biológicos tienen el potencial de vincular una variedad de exposiciones estresantes, físicas, sociales o psicológicas, tanto al comienzo de la ECV como durante la evolución de ésta.

 

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