"Neuropsychologia" | 14 JUL 08

Los niños sienten empatía por el dolor ajeno

La reacción es más intensa que en los adultos cuando el daño es intencionado.


De acuerdo con las conclusiones de un estudio llevado a cabo con imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf) por un grupo de investigadores de la Universidad de Chicago (Estados Unidos), los niños de entre siete y doce años parecen inclinados de forma natural a sentir empatía hacia el dolor ajeno.
 
El trabajo, publicado en la revista Neuropsychologia, muestra que las respuestas de los (IRMf) eran similares a los de los estudios en adultos. Los investigadores descubrieron que, como los adultos, los menores muestran respuestas ante el dolor en las mismas áreas del cerebro. La investigación también descubrió aspectos adicionales del cerebro activados en los niños, cuando los chicos veían que una persona era lastimada de forma intencionada por otra persona.
 
En palabras del Dr. Jean Decety, investigador principal, “la empatía es algo que se encuentra en el cerebro normal de los niños y que no es por completo un producto de la educación de los padres o de la crianza”. Para llevar a cabo el trabajo, los investigadores mostraron fotos animadas de personas que experimentaban dolor, ya fuera por motivos accidentales o porque alguien se lo había provocado de forma intencionada, a 17 niños de entre siete y doce años –nueve niñas y ocho niños.
 
Asimismo, y a la par que pasaban por los escáneres de IRMf, los menores también observaban animaciones que utilizaban tres fotografías de dos personas de las que sólo se veía su mano o pies derechos, así como imágenes no referentes al dolor y animaciones en las que las personas ayudaban a alguien a aliviar su dolor.
 
Los escáneres mostraron que las partes del cerebro que se observan ante la contemplación del dolor son las mismas en adultos y menores. Como apuntó el Dr. Decety, “de forma consistente con los estudios de IRMf previos sobre empatía ante el dolor realizados en adultos, la percepción de otra persona dolorida en niños se asoció con una mayor actividad hemodinámica en los circuitos neurales que participaban en el procesamiento de la experiencia del dolor directa, incluyendo la ínsula, la corteza somatosensorial, la corteza anterior mediocingulada, el área gris periacueductual y motora suplementar”.
 
Sin embargo, cuando los niños veían animaciones de alguien que era lesionado de forma intencional, las regiones del cerebro que participaban en la interacción social y el razonamiento moral también se activaban, por lo que, a juicio de los investigadores, el estudio proporciona nuevos conocimientos sobre las percepciones de los niños sobre el bien y el mal y cómo su cerebro procesa la información.
 
Como concluyó el Dr. Decety “aunque el estudio no entra en el juicio moral explícito, la percepción de un daño intencional sobre otra persona es probable que evoque la conciencia de maldad moral en el observador”.

 

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