Pre-adultez | 13 FEB 08

El adolescente y el pediatra

Los adolescentes son individuos que están en proceso de desarrollo físico y madurez emocional para llegar a la adultez.
Autor/a: Enriqueta Sumano Avendaño, miembro de la Asociación Mexicana para la Salud de la Adolescencia Vol.V/Núm.6/Enero-Febrero/2008
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Sugerencias de lectura

Los adolescentes son individuos que están en proceso de desarrollo físico y madurez emocional para llegar a la adultez. La población adolescente mexicana de 10 a 19 años es de 21.7 millones, para los cuales existen muchas oportunidades, pero tal vez más riesgos. Sus oportunidades son todas aquellas adquisiciones biológicas como el crecimiento físico y la madurez sexual, y sus adquisiciones psicológicas, que los llevan de la dependencia de la infancia a la independencia del adulto con pensamiento deductivo y omnipotencia ante las situaciones.

Asimismo, los adolescentes representan, además, una fuerza positiva en la sociedad para el momento en que viven y para el futuro, pero enfrentan mayores riesgos que las generaciones previas y cuentan con menos apoyo, ya que las instituciones sociales que antes los protegían –como la familia y la escuela–, están cambiando en su estructura. De ahí que sea tan relevante promover mecanismos para su desarrollo dentro de la sociedad civil. Es precisamente donde los servicios de salud deben impulsar una acción definitiva para solucionar y prevenir problemas que se generen en este sector. En ese sentido, el pediatra ocupa un lugar privilegiado, pues ha estado en contacto con los jóvenes desde las primeras etapas de su vida y ha podido establecer con ellos una comunicación que en otras circunstancias es difícil conseguir.

El médico sabe que los riesgos que enfrenta el adolescente lo afectan no sólo a él, sino a las futuras generaciones porque ellos son los padres del mañana. La fecundidad que alcanzan durante esta etapa los hace susceptibles de presentar problemas en el proceso reproductivo, el más importante es el de las infecciones de transmisión sexual (ITS). Los adolescentes son vulnerables al estrés, ansiedad, impulsividad; las amistades negativas también son factores de riesgo. Existen otras conductas individuales como la desnutrición, obesidad, bajo rendimiento escolar, autoestima pobre, inicio precoz de vida sexual, abuso de sustancias, conductas violentas. Por lo tanto, el pediatra tendrá en mente que en una consulta con adolescentes el objetivo será valorar que se esté cumpliendo el proceso íntegro de desarrollo biopsicosocial, identificar alguna disfunción para devolverle la salud y prevenir futuras disfunciones. En todo caso es indispensable proveer de educación para mantener la salud.

En la atención médica del adolescente se utiliza un esquema lineal, es decir, el profesional de la medicina se comunica directamente con su paciente, pues sus padres ocupan un sitio menos preferente, siempre y cuando así lo desee el adolescente y sea él quien conteste las preguntas que se le hacen. Cuando el paciente está en la adolescencia temprana y se siente inseguro estando solo durante la consulta, es preferible que lo acompañen los padres para hacerlo sentir tranquilo. Los adolescentes mayores generalmente acuden solos a la consulta y son ellos quienes describen la sintomatología y permiten crear un ambiente amigable y respetuoso.

Anamnesis

El médico debe sentirse cómodo al entrevistar a su paciente adolescente, se mostrará interesado por sus problemas, podrá aplicar sus conocimientos, desarrollar habilidades y destrezas. El adolescente debe saber que existe confidencialidad, siempre y cuando lo expuesto no ponga en peligro su vida, como es el caso de que confíe que planea suicidarse, o bien, huir de casa. Es importante conservar la distancia entre el médico y el paciente, sin olvidar que el adolescente acude a visitar a un profesional y que éste no puede ni debe comportarse como otro adolescente. Si el chico tiene problemas con la autoridad, el pediatra puede enseñarle a comportarse ante la presencia de un adulto amigable, evitando la actitud parental y hacer juicios de valor; escuchar con respeto y atención es la conducta adecuada.

Las preguntas del interrogatorio deben ser abiertas para evitar que la respuesta sea un monosílabo. Por lo general, este tipo de entrevista puede parecer difícil al pediatra novato que está acostumbrado a tratar a los neonatos y no ha incluido aún a adolescentes en su consulta diaria. El tiempo que se dedica al adolescente generalmente es más que el que se destina a otras edades pediátricas.

Algunos temas difíciles, como el consumo de drogas, pueden abordarse de manera indirecta para averiguar condiciones de riesgo. Ejemplo: ¿algunos de tus amigos consumen drogas?, ¿es difícil conseguir drogas en tu escuela? La cuestión de la sexualidad puede plantearse preguntando si ha pensado iniciar relaciones sexuales y qué opina de los anticonceptivos. El médico puede sorprenderse con la variedad de respuestas a veces muy maduras y en caso de que no lo sean, ha quedado abierta la posibilidad de acudir al médico para proteger su salud si es necesario.

 

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