'The Lancet' | 17 ENE 08

Un tercio de las muertes infantiles es por mal nutrición

Así lo afirman hoy cinco estudios.

Más de un tercio de las muertes anuales de niños menores de 5 años en el mundo y un 11% del total de las enfermedades en esa población se deben a la falta de nutrición maternal e infantil, según publica hoy la revista británica The Lancet .

Cuatro de cada cinco chicos que sufren deficiencias nutricionales viven en 20 países, escribe Richard Horton, director de la prestigiosa publicación científica. Y precisa que, entre los que necesitan medidas urgentes, están Birmania, Uganda, la India y Sudáfrica.

En una presentación en Londres de una serie especial dedicada al tema, Horton subrayó la necesidad de poner en marcha programas nacionales e internacionales para remediar la situación, que calificó de "injustificable".

Los signos de la subnutrición -una de las formas de la malnutrición- son delgadez, el retraso del crecimiento y la deficiencia de vitaminas y minerales esenciales. El mejor período para prevenir la subnutrición es entre el embarazo y los 2 años, una edad después de la cual un chico sufre "daños irreversibles para el desarrollo hacia la edad adulta", explicó Horton. Las consecuencias incluyen baja estatura, y en las mujeres, bajo peso.

Además, los niños que han sufrido falta de nutrición hasta los 2 años y después aumentan rápidamente de peso, tienen más riesgo de sufrir enfermedades crónicas relacionadas con la alimentación.

Situación local

En la Argentina, las estadísticas difundidas ayer por el Ministerio de Salud indican que la tasa de mortalidad infantil en 2006 fue de 12,9 chicos por cada mil nacidos vivos.

El licenciado Sergio Britos, director asociado del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni), explicó ayer a LA NACION que la desnutrición está vinculada directamente con la pobreza y que el problema no sólo afecta a la Argentina.

Según Britos, "el espacio o momento más oportuno para evitar una malnutrición son los nueve meses de embarazo y hasta los dos años de vida del niño. Este período es clave porque es cuando el crecimiento es más rápido y se forman las funciones cognitivas".

Y agregó que entre las posibles medidas de prevención de la malnutrición están "que las madres tomen conciencia de que deben adoptar la rutina del control médico y mantener la lactancia durante los primeros seis meses de vida del bebe". Indicó también que, a partir del sexto mes, el bebe debe recibir una alimentación complementaria. "Es indispensable incorporar al menú de los hijos carnes, frutas y verduras -explicó-. La desnutrición ocurre cuando la alimentación es inadecuada y tiene que ver más con la calidad que con la cantidad de alimentos."

Es que aun cuando las personas comen suficiente cantidad de alimentos, pueden padecer malnutrición, si esos alimentos no tienen las cantidades apropiadas de micronutrientes, vitaminas y minerales para cubrir las necesidades diarias. La malnutrición se manifiesta de varias formas, según el tipo de nutrientes ausentes en el menú diario, la cantidad de tiempo que dura esa nutrición insuficiente y la edad en que esto ocurre.

Su forma más común es la llamada deficiencia proteico-energética, que ocurre cuando la dieta carece de energía y proteínas suficientes. La deficiencia de micronutrientes, principalmente vitaminas y minerales, es otra forma de malnutrición y sus señales orgánicas más frecuentes son la anemia por deficiencia de hierro, la falta de vitamina A, folatos y zinc.

Julieta Bravo

LA CIFRA
3,5 Millones 
 
Es la cantidad de niños menores de 5 años que mueren en el mundo por falta de nutrición.  

 


 

El Mundo, España

Malnutrición materno-infantil, una lacra social y económica

El 80% de los niños desnutridos vive en 80 países de Asia, África y Latinoamérica

Cada año fallecen 3,5 millones de menores de cinco años por una mala alimentación. 

Una madre y su hijo en un centro de alimentación cerca de Nairobi, Kenia. (Foto: Radu Sigheti | REUTERS) CRISTINA DE MARTOS

MADRID.- Una alimentación pobre durante el embarazo y la infancia tiene consecuencias a largo plazo que muchas veces son irreversibles. Un tercio de las muertes de niños menores de cinco años de debe a la malnutrición que sufren ellos mismos y sus madres. Pero hay más, los que sobreviven a esta situación, se convierten en adultos peor educados, con menos ingresos, menos capacidad de trabajo y más propensos a padecer enfermedades.

 

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