Nuestra realidad | 23 ENE 08

Suicidio y adicción en Uruguay

El suicido en Uruguay presenta altas tasas para la región (10/100.000 habitantes). Internacionalmente se estima que el intento de autoeliminación (IAE) es diez veces superior al suicidio, y junto al consumo de drogas aparecen como elementos de predisposición de conductas agresivas.
Autor/a: Dra. Ps. Cristina Larrobla, Dr. Artigas Pouy Fuente: Revista Médica del Uruguay Vol. 23, N°4. 
Introducción

El número de suicidios e intentos de autoeliminación (IAE) se ha incrementado en las últimas décadas. Este fenómeno, que afecta a todos los países sin distinción de grado de desarrollo, comenzó a ganar la preocupación de investigadores y responsables gubernamentales de diferentes países. En este sentido la bibliografía internacional es abundante, detallada y rica por la diversidad de disciplinas que se abocan a su comprensión(1-6). Estudios internacionales de finales de la década de 1990 muestran una serie de modificaciones en el panorama general del fenómeno en sí; los cambios se dan a nivel de las edades y grupos de riesgo, destacándose los suicidios en hombres jóvenes o en edades maduras, o ambos(7-9).
Los suicidios son la novena causa de muerte en Uruguay, siendo responsables de 12% a 15% de los fallecimientos en personas entre 25 y 34 años. Nuestro país se destacaba por presentar, en la década de 1980, altas tasas para la región (10 casos por 100.000 habitantes).
El consumo de drogas legales o ilegales es otro de los temas que ha ganado interés de autoridades, trabajadores de la salud y organizaciones no gubernamentales, teniendo un lugar prioritario en su difusión a nivel internacional.
En Uruguay, según la Junta Nacional de Drogas* , la marihuana predomina entre las drogas más utilizadas en el país: 5,1% de la población en áreas urbanas ha hecho uso de la misma y el porcentaje se duplica en la franja etaria entre 12 y 29 años. Tanto la experimentación como el consumo habitual se presentan predominantemente en hombres (10). La cocaína se ubica en el segundo lugar, localizándose entre personas menores de 30 años. De acuerdo con el mismo estudio(10) (* En el estudio de la JND se presenta un detalle pormenorizado de datos sobre otras drogas como éxtasis, anfetaminas, alucinógenos, consumo de alcohol, etcétera), si bien se incrementa levemente el número de individuos que experimentan esta droga, el porcentaje desciende en relación con quienes la consumen regularmente. Es importante destacar el impacto que está teniendo la información acerca del consumo y consecuencias del fenómeno de la pasta base en los jóvenes hoy día.
A nivel internacional se estima que el número de IAE es muy superior (relación 10 a 1) al de los suicidios(2), factor que es difícil precisar debido a dificultades de diferente índole. En relación con esto último, si bien es de conocimiento general el subrregistro(11) de casos de suicidio -fundamentalmente en Sudamérica-, estos errores son aleatorios en la medida que no obstaculizan las comparaciones a nivel epidemiológico entre diferentes países y para el interior de los mismos.
En Uruguay se han realizado varios estudios que investigan las siguientes variables de forma independiente: suicidio, ideación suicida y consumo de sustancias psicoactivas; en algunos casos, el consumo de sustancias aparece como elemento aleatorio a las variables estudiadas.
El tema del suicidio e IAE, así como el consumo aparecen generalmente, tanto en la bibliografía internacional (8,12-14) como en la bibliografía nacional consultada(15-20), como
elementos considerados relevantes en la predisposición de conductas auto y heteroagresivas. Varios de estos trabajos destacan que los grupos de adictos conforman una
población de riesgo.
Tomando como punto de partida lo dicho anteriormente, el presente trabajo pretendió alcanzar como objetivo general la presentación de algunas características generales de individuos específicamente consumidores que acuden al Servicio de Farmacodependencia del Hospital Maciel (centro de referencia nacional) para luego, a nivel específico, explorar y describir la presencia o no de IAE en esa población, tomando como base una muestra de 95 pacientes que consultaban por primera vez en el servicio mencionado.
Dicho estudio se desarrolló entre julio y octubre de 2004.

Revisión de la literatura - Situación de Uruguay en relación con el suicidio e IAE
A nivel internacional, anualmente, el suicidio alcanza índices de 16 muertes cada 100.000 habitantes, es decir, una muerte cada 40 segundos. Epidemiológicamente, está entre las diez principales causas de muerte en el mundo y entre las tres principales en jóvenes comprendidos entre 15 y 34 años(21).
En los últimos 45 años los índices de suicidio se incrementaron 60% en todo el mundo. El mayor problema que se ha identificado frente a esta situación es la falta de conciencia en relación con las conductas auto y heteroagresivas que se presentan en muchas sociedades al no discutirse abiertamente este tema. Son pocos los países que han implementado programas preventivos de suicidio e IAE con carácter prioritario.
Según datos estadísticos, se estima que de 7% a 12% de los niños y adolescentes de la población general tuvieron una ideación suicida seria(22), mientras otros estudios indican que cerca de un tercio de la población general, en algún momento de su vida, presentó ideación suicida(23). Algunos autores establecen relaciones entre las tasas de suicidio e IAE, por ejemplo: de los sujetos que intentaron suicidarse, entre 15% y 25% se matarán al año siguiente y 10% lo conseguirán en los próximas diez años; de los individuos que se suicidan, entre 45% y 70% presentaban trastornos del humor y la mitad de ellos ya lo había intentado con anterioridad(24-26). Es importante destacar que otros trabajos presentan los IAE como un elemento predictor de los suicidios(27).
En Uruguay, un estudio epidemiológico publicado en 1990 (15) caracteriza la conducta suicida en la población de la siguiente manera: predominio del sexo masculino en edades altas de la vida. Sin embargo, los IAE presentan un comportamiento contrario, es decir, predominio en sexo femenino y joven, básicamente en población adolescente. Nuestro país presenta en la última década una alta prevalencia de desesperanza y depresión en la población joven(16), que se relacionan con el incremento de los suicidios en esa misma población. De esta forma, el comportamiento del fenómeno en sí acompaña las tendencias, en líneas generales, del resto de los países a pesar de destacarse por los valores de las tasas en la región(17).
Un estudio realizado en el Hospital de Clínicas destaca los siguientes datos en relación con los IAE para la población atendida en dicho centro asistencial: en el período 2000-2001 fueron atendidos un total de 83 ingresos por IAE en la Emergencia, siendo utilizado como método mayoritario la ingesta de fármacos, seguido por la ingesta de venenos. El sexo femenino se presentó como predominante con una relación de 1,4 a 1 respecto a los hombres, teniendo un promedio de edad de 30,6 años. El grado de impulsividad en esta conducta fue clasificado como alto en 60% de los casos; los motivos más comunes para dicho comportamiento fueron las decepciones amorosas y las dificultades familiares. Del total, 51% de los sujetos atendidos presentaban trastornos depresivos y 18,3% trastornos adaptativos con síntomas depresivo-ansiosos. Es importante destacar que 11% de los casos no estaban diagnosticados de manera precisa y sólo en 2,4% no se registró diagnóstico en el eje I según DSM IV(28). Sobre la población adolescente y los IAE se sabe, a
través de un trabajo publicado por el Ministerio de Educación y Cultura (1998), que hay una prevalencia de 6,5% (correspondiendo 5% para el sexo masculino y 8% para el femenino) en un total de 430 entrevistados entre 15 y 19 años. Como método se observó el predominio de la sobredosis de fármacos, presentándose como motivos más frecuentes los problemas con los padres, sentirse incomprendido y problemas existenciales(18).
Según Bailador, en su estudio específico sobre desesperanza en adolescentes que concurren a liceos públicos y privados, la cantidad de jóvenes que declararon tener problemas de índole familiar, económicos, y carecer de amigos, es altamente significativa entre los sujetos encuestados que se presentan más desesperanzados y con menores expectativas de futuro. En dicho trabajo entre 11% y 14% de los individuos estudiados presentaron ideación suicida o realizaron algún IAE (19).
La situación presentada en los párrafos anteriores vuelve a reiterarse, en líneas generales, en un relevamiento realizado durante los meses de enero/junio de 2004 en el sistema asistencial público y privado de la ciudad de Montevideo(29). En dicho estudio se evaluó el tipo de registro y las derivaciones realizadas a individuos comprendidos entre los 14 y 24 años que intentaron suicidarse y fueron atendidos en las emergencias de cuatro instituciones (dos en la esfera pública y dos en la privada). En dicho trabajo se establecieron semejanzas o diferencias, o ambas, de los registros en ambos subsistemas de salud, poniéndose énfasis en el tipo de abordaje asistencial que se le ofrece al paciente posalta. En el análisis de los resultados se constató una carencia importante en el registro de datos considerados a nivel internacional como predictores de nuevos IAE (IAE previos , tratamiento psiquiátrico, método utilizado, etcétera). En este sentido cabe mencionar que dicha carencia no significa que no se hayan indagado, sino que no se registraron en la historia clínica, elemento de suma importancia considerado por los profesionales que pueden atender al paciente en etapas posteriores.
A pesar de esto, se destaca un mayor relevamiento de variables y registro en el sector público (el número de consultas en este nivel duplica en número al sector privado); predominio del sexo femenino frente al masculino en los IAE; la ingesta de psicofármacos combinados con otras sustancias predominó como el método más utilizado; los
problemas de pareja y familiares se presentaron como los motivos más frecuentes; se observó una tendencia en el sector privado a internar mientras que en el sector público
predomina el alta médica. Es decir, a los adolescentes comprendidos en la franja etaria estudiada el sistema sanitario nacional ofrece solamente dos alternativas: el alta (con o
sin seguimiento de un profesional) o la internación, ya sea en una clínica médica, psiquiátrica o domiciliaria, según el caso, pero sin criterios preestablecidos o normatizados.
La conjunción de dos fenómenos: IAE y consumo de sustancias psicoactivas.
* A modo de ejemplo, dicha variable no fue registrada en 70,8% de los casos en el sector privado mientras que en el público no se realizó en 52,3%(24). Predominó la ingesta de psicofármacos y fármacos (a nivel privado fue 77,1% de los casos mientras que a nivel público, en uno de los hospitales fue de 55,2% y en el segundo 71,6%)(29).

 

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