Multifactorial | 04 DIC 07

Un 43% de mujeres con disfunción sexual

Expertos debaten en Sitges el abordaje del llamado trastorno del deseo sexual hipoactivo, consistente en la ausencia persistente o recurrente de fantasías sexuales.

Según expertos reunidos en Sitges (Barcelona), la sexualidad es un aspecto fundamental de la experiencia humana y se caracteriza por ser multidimensional y compleja. Implica una interacción entre factores biológicos y no biológicos. Desde una perspectiva biológica, los estímulos y la coordinación de los sistemas endocrino, nervioso y cardiovascular son  esenciales para el funcionamiento Sexual.

Explican que la disminución de los niveles de ciertas hormonas, especialmente de la testosterona y del estrógeno, puede causar disfunción sexual o contribuir a ella. La actividad sexual se puede ver también alterada por factores no biológicos como son las relaciones interpersonales, debido a que cada componente de la pareja aporta a la misma su propia perspectiva, sus creencias, actitudes, necesidades y reacciones. También los factores psicológicos, sociales, económicos, culturales y religiosos pueden jugar un papel importante. Cualquier problema en uno de estos aspectos puede tener como consecuencia la disfunción sexual.

¿Qué es la disfunción sexual femenina?

Según un comunicado de Proecter & Gamble, la disfunción sexual femenina (DSF) se caracteriza por la presencia de alteraciones en varios de los aspectos psicológicos del ciclo de respuesta sexual. Los trastornos en el funcionamiento sexual suelen causar en las mujeres y en sus parejas un efecto emocional muy grande, pues comportan un fuerte agotamiento personal y dificultades en la relación. La disfunción sexual femenina comprende muchas afecciones que pueden tener distintas causas. El tratamiento de la DSF tiene que estar dirigido a cada mujer en particular, adecuado para los problemas sexuales que ella está atravesando y para las causas específicas de dichos problemas.

La disfunción sexual es más común entre las mujeres que entre los hombres y se calcula que afecta a un 43% de mujeres con edades comprendidas entre los 18 y los 59 años. Si bien tanto el diagnóstico como el tratamiento de la disfunción sexual masculina conocen avances importantes, todavía no se ha llegado a una buena comprensión de los mecanismos fisiológicos y psicológicos de la respuesta sexual femenina.

En la reunión también se señaló que las mujeres que presentan menopausia quirúrgica (tras la extirpación de los ovarios y del útero) podrán saber si sufren pérdida de deseo sexual con preocupación asociada contestando a las preguntas de un cuestionario fácil de responder. En "Gynecological Endocrinology" se ha publicado ya un artículo detallado sobre el desarrollo y la validaciónde este cuestionario, conocido como B-PFSF.

El cuestionario consta de siete sencillas preguntas sobre la función sexual y la preocupación asociada, cada una de las cuales se contesta sobre una escala de 6 puntos. Se obtiene entonces una puntuación global que va de 0 a 35 según las respuestas dadas. Una puntuación total de 20 o menos indica que la mujer puede estar sufriendo pérdida del deseo sexual con preocupación asociada (médicamente conocido como trastorno del deseo sexual hipoactivo o TDSH), por lo que sería aconsejable que acudiese a su médico.

 

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