Un estudio realizado en Estados Unidos | 03 OCT 07

Sexualidad y salud en los adultos mayores

El propósito de este estudio fue estimar la prevalencia de la actividad, conducta y problemas sexuales en la población de adultos mayores.
Autor/a: Dres. Stacy Tessler Lindau, Philip Schumm, Edward O. Laumann, Wendy Levinson, Colm A. O’Muircheartai http://content.nejm.org/cgi/reprint/357/8/762.pdf
INDICE:  1. Referencias | 2. Referencias
Referencias

En Estados Unidos, poco se sabe sobre la sexualidad de los ancianos, a pesar del envejecimiento poblacional. La sexualidad comprende la pareja, la actividad, la conducta, las actitudes y la función. La actividad está relacionada con el estado de salud, y la enfermedad puede interferir considerablemente con la salud sexual. Un mercado masivo y en desarrollo de fármacos y aparatos para tratar los problemas sexuales está dirigido a los adultos mayores. La demanda de atención médica y de servicios relacionados con la salud sexual está creciendo, debido en parte a la disponibilidad de fármacos para el tratamiento de la disfunción eréctil. El conocimiento de la conducta sexual de los adultos mayores y cómo se modifican las actividades sexuales con el envejecimiento y la enfermedad todavía es limitado.

Hay pocos datos que indican que algunas mujeres y hombres mantienen las relaciones sexuales e íntimas y el deseo durante todas sus vidas, pero esos datos provienen principalmente de estudios pequeños, que no incluyen a personas de mucha edad, con muestras también pequeñas. Las modificaciones fisiológicas pueden afectar la respuesta sexual del hombre y la mujer y pueden inhibir o aumentar la función sexual con el envejecimiento. Muchas personas, en particular las mujeres, pierden su pareja sexual cuando envejecen. La edad y la mala salud se asocian negativamente con muchos aspectos de la sexualidad. Los problemas sexuales pueden ser un signo de alarma o la consecuencia de una enfermedad subyacente importante, como la diabetes, una infección, las alteraciones del tracto urogenital o el cáncer. Los problemas sexuales no diagnosticados o no tratados pueden provocar una depresión o el aislamiento social. Los pacientes pueden abandonar su medicación habitual debido a los efectos colaterales que afectan su vida sexual, y los medicamentos para tratar los problemas sexuales también pueden tener efectos negativos sobre la salud, más aún si la comunicación médico-paciente no es buena.

Los datos disponibles para los médicos sobre normas y problemas en la población anciana no son coherentes ni representativos en el nivel nacional. En este trabajo, los autores desarrollaron un proyecto para brindar datos sobre la actividad, la conducta y los problemas sexuales de los adultos mayores: el National Social Life, Health, and Aging Project (NSHAP).

Objetivo

El propósito de este estudio fue estimar la prevalencia de la actividad, la conducta y los problemas sexuales en la población anciana. La hipótesis de los autores es que los perfiles de actividad y problemas sexuales difieren entre los hombres y las mujeres y que la diferencia entre los grupos etarios no sería uniforme para todos los resultados. Otro objetivo fue describir la relación entre la sexualidad y los diversos estados de salud.

Métodos

Se informó la prevalencia de la actividad sexual, las conductas y los problemas en una muestra de probabilidad nacional de 3.005 adultos residentes en Estados Unidos (1550 mujeres y 1455 hombres), de 57 a 85 años, blancos, negros e hispanos, y se describió la asociación de esas variables con la edad y el estado de salud.

Resultados

La tasa no ponderada de respuesta a la encuesta en esta muestra de probabilidad fue 74,8% y la tasa de respuesta ponderada fue 75,5%. La prevalencia de la actividad sexual declinó con la edad (73% entre los respondedores con edades entre 57 y 64 años, 53% entre los respondedores de 65 a 74 años y 26% entre los de 75 a 85 años); las mujeres de todas las edades informaron una actividad sexual significativamente menor que los hombres. Entre los respondedores sexualmente activos, cerca de la mitad de ambos sexos informó al menos un problema sexual importante. Los problemas sexuales más comunes entre las mujeres fueron el poco deseo (43%), la sequedad vaginal (39%) y la anorgasmia (34 %). Entre los hombres, el problema sexual prevalente fue la dificultad eréctil (37%). El 14% de los hombres usaba medicación o suplementos para mejorar la función sexual. Los hombres y las mujeres que consideraron su salud como mala tenían menos actividad sexual y, los respondedores sexualmente activos fueron los que más informaron problemas sexuales. Un total de 38% de hombres y 22% de mujeres informaron haber hablado sobre sexo con su médio a partir de los 50 años.

Se obtuvo una historia marital o de cohabitación, con información sobre la oportunidad de hasta tres encuentros sexuales más recientes en los últimos 5 años. La actividad sexual fue definida como "cualquier actividad mutuamente voluntaria con otra persona que comprende el contacto sexual, con penetración y orgasmo, o sin ellos." Se consideraron sexualmente activos a aquellos que tuvieron al menos una pareja en los últimos 12 meses. También fueron consideradas la frecuencia del sexo y la participación en actividades como la penetración vaginal, el sexo oral y la masturbación. En las personas que no tuvieron sexo en los últimos 3 meses se recabaron las razones posibles. A los sexualmente activos se los interrogó acerca de problemas sexuales relacionados con el interés, la excitación, los orgasmos, el dolor y la satisfacción y fueron catalogados siguiendo los criterios diagnósticos para la disfunción sexual.

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

CONTENIDOS RELACIONADOS
AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024